¡Jungkook No! [KookJin]

»¡Veintiséis!

Sábado.

Los mismos sentimientos siguen frescos en mí, como los de aquella vez. No puedo soportar ni un segundo sin ver ésta escena y gruñir.

— ¿Necesariamente tenemos que hacerlo? — Reclamé.

— ¡Sí! — Gritaron los chicos al unísono para luego verse con sonrisas cómplices.

Malditos.

Observo como Jin hyung se colocó contra la pared y luego cómo NamJoon hyung lo acorrala contra la misma. Gruní, odió verlos la primera vez y sigo odiándolo.

— Ahora, luz, cámara, ¡Acción! — Gritó Jimin y me quedo atónito cuando noté que estaban grabando todo. No le dí importancia, ya habían hecho tantas cosas que ya me daba igual — ¡Jungkook, vamos, anda!

Suspiré exasperado, y dirigí mis vista hacia mis dos mayores. Todo parecía cómo la primera vez, cerca de los baños..., qué recuerdos.

— ¡Jin hyung, hola! — Saludé, para luego observar la cara de fastidio de NamJoon y la cara llena de nerviosismo por parte de Jin.

— ¡Jungkook! — Dijo Jin hyung, aún nervioso.

Fulminé con la mirada a NamJoon hyung, sé que es una de las tantas escenas de «nuestra historia» ¡Pero vamos! ¿¡Es en serio?!

— ¿Qué haces aquí, Jungkook? — Preguntó NamJoon hyung con la misma inocencia fingida de la última vez. Gruñí mentalmente hacia NamJoon hyung — ¿Jungkook..?

Me aclaré la garganta para no decir alguna incoherencia y arruinarlo todo.

— NamJoon hyung — Lo llamé — ¿Por qué tiene a mi, eh, digo, a SeokJin hyung así? — Dice fulmiándolo con la mirada, él sabe que me molestaba y se empeña por joderme la existencia.

«Oh, ésto se pone bueno...»

¡Oye, tú! ¿No se supone que el lugar de alentarme deberías estarme diciendo que no lo haga?

«Se supone, pero no me da la regalada gana así que sigue, sigue. Hazme caso. Soy tu conciencia»

Ya empezas vos....

— No. Te. Importa — Contesta entre dientes. NamJoon hyung se queja cuando siente un pellizco por parte de Jin hyung. ¡Eso es Jinnie! Y rueda los ojos cuando ve la sonrisa divertida de Jin — Estábamos practicando para una obra de teatro, ¿verdad, Jinnie?

Señor dame paciencia porque a éste si lo mato.

— Sí, Jungkookie..., sólo es eso. Pero es lindo que hayas querido ser mi héroe hoy... — Me sonrió. ¿Se puede amar más a Kim SeokJin? Diablos. Siento mis mejillas calientes y le devolví el gesto.

— ¡Bien, corte, sigamos!

Escuché gritar a Jimin. Me mofé cuando veo que está sentado en una de esas sillas que son para directores y los pies le quedaban colgando. Y más cuando lo veo vestido de disque director. Con bigote y todo.

+

— Ya ha pasado un mes desde que el pequeño Jungkook está en una depresión porque el hermoso príncipe Kim SeokJin no le habla debido a una acción tonta que cometió. El hermoso y siempre brillante Jung Hoseok le llevaba la tarea que Jin le dejaba. Pero hubo un día en el que SeokJin apareció y justamente, ése día apareció una personaje significativo en su historia.

Observé la expresión de todos y el que parecía sonreír más de todos era Hoseok hyung al ver a un Taehyung con gafas de pasta gruesa y con un libro en sus manos, como los típicos narradores. De cierta forma, Taehyung y yo pudimos superar varias cosas de nuestra fallida relación. Dolió, porque jamás había amado tanto a una persona, hasta que Jin hyung llegó a mi vida. Me alegraba, cómo su amigo, verlo tan feliz, desde temprana edad lo supe. Yo no era para él y él no era para mí.