II. After Show

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 Fuera del alcance de la vista del público todos comenzaron a intercambiar abrazos. Estábamos contagiados por la emoción de terminar un trabajo bien hecho. En cada abrazo yo escuchaba un muchas gracias por la invitación, fue increíble. A medida que eso se desarrollaba, yo no podía evitar seguirlo con la mirada, lo iba manteniendo dentro de mi campo de visión. Tuve la sensación de que él se estaba dejando quedar atrás, a propósito.

 Me acordé de que había dejado mi pañuelo verde en el micrófono, en medio del escenario. Salir en ese momento, iba a encender la euforia del público otra vez, así que busqué con la mirada a alguien que pudiera ir a buscarlo. Vi un técnico enrollar cables y me dirigí a él. Después de pedirle el favor me volví y choqué con alguien.

 - ¿Vos todo bien? - oí su voz preguntar al mismo tiempo que me sostenía por los hombros para ayudarme a no perder el equilibrio.

 - Sí, sí. No te esperaba atrás mio, boludo.

 - ¡Está todo bien! Ya me estás bardeando - dijo con la risa contenida. - ¿Te puedo ayudar?

 - ¿Por? - me quedé confusa con la pregunta pero cuando él miró al sitio donde el técnico había salido entendí - No, no. Solo me olvidé el pañuelo en el escenario y le pedí al técnico que lo busque.

 En ese momento el técnico volvió con el pañuelo y me lo entregó. Mientras yo le agradecía y él volvía a su actividad, la vestuarista y mi productora me atraparon para llevarme al camarín. Solo tuve tiempo de mirar a mi artista preferido y decirle "en un rato nos vemos". Él me devolvió la mirada con aquellos ojos enmarcados por una cara hermosa de barba media hecha y asintió con la cabeza. Sonreímos los dos.

 En el camarín me cambié de ropa para la rueda de prensa y aproveché para calmarme. Tomaba un té que me habían dejado preparado para ayudar a la garganta a recuperarse después de dos horas de esfuerzo, cuando me doy cuenta de la conversación de mi productora con la vestuarista y el peluquero.

 - El tiempo no pasó. Está todo ahí. - afirmaba la vestuarista.

 - ¡Esas miradas! Son capaces de derretir hierro con la intensidad que manejan. - acrecentó el peluquero.

 - Fue un hermoso show. Estaba un mundo en ese recinto. - declaraba mi productora con voz más relajada después del estrés anterior. - Pero, cuando se encontraron en el escenario, se les achinaron los ojos para enfocarse solo el uno en el otro. No existía más nada. ¡Es hermoso poder verlo!

 - ¿De qué hablan? - pregunté al oír un suspiro de tres voces cuando mi productora acabó de hablar.

 - De vos y él. - respondió el peluquero al mismo tiempo que terminaba de acomodarme el pelo. - ¿Quién más logra esa magia en el escenario?

 - Si yo fuera vos, iría a hacer magia con él a un lugar más privado. - sugirió la vestuarista con todas las segundas intenciones.

 No pude evitar reír. Y la imaginación no se prohibió de devolverme unas cuantas imágenes. Sentí como el color rojo en mi cara me iba denunciando. No respondí porque llegó el mensaje de que me esperaban en la sala de prensa. Mientras mis invitados disfrutaban del catering  y de un momento todos juntos y las personas que colaboraban conmigo se divertían a analizar nuestro desempeño en el escenario, yo fui a enfrentarme a las fieras. Iba a responder a la curiosidad de la gente. ¡Y como les gustaba tener algo para jugar en los diarios del día siguiente! No necesitaban comenzar con las preguntas, porque yo ya sabía lo que vendría. Respire, me senté en la silla detrás de la mesa y me enfrenté a los periodistas del otro lado. Saludé a la sala de forma general y el juego comenzó.

 - ¡Hola! ¿Quería preguntarte si vos crees que el discurso que hiciste en la Sede de las Naciones Unidas puede realmente cambiar algo?

 - ¡Hola! ¡Primero te felicito por la excelente pregunta! - le dije porque realmente me sentía sorprendida con tamaño profesionalismo, no lo esperaba. - Nací con los micrófonos delante de la cara y siento que de alguna manera los tengo de usar para los asuntos que no son solo importantes para mí, sino para un grupo enorme de personas. Es importante que quien tenga una voz que llega más lejos, ayude. Callarse no es opción. Por eso, mi discurso puede ser un grano de arena, pero es un grano necesario. ¡Creo en eso!

 - Hace unos años, nuestra sociedad se dividió entre los que estaban a favor de la vida y los que no. Vos tomaste una posición muy clara y eso te trajo muchas opiniones negativas. ¿Vos como te sentís ahora? - preguntó una periodista conocida.

 - La división nunca fue de los que defendían la vida contra los que defendían la muerte. Lo propusieron de esa forma para tener más apoyo. Hasta yo tendría que apoyar la vida si el problema fuese así. Lo que se discutía era si dábamos apoyo médico a las mujeres que se encuentran con esa situación. Porque el aborto existe, no lo inventamos nosotras. Y las mujeres mueren. La ley que yo apoyé y apoyo, no obliga a nadie a abortar pero permite que esa hipótesis exista en determinadas circunstancias. En muchas sociedades tener esa situación prevista en la ley muestra excelentes resultados en la prevención de la muerte materna, porque llega acompañada de cambios en los esquemas educativos y sociales. ¿Como me siento? Yo estoy para aprender. ¡Eso siento!

 - Te felicito por el show. ¡Fue hermoso! Tu crecimiento profesional es enorme. Creo que todos sabemos que vos estás para grandes cosas, a pesar de chiquita en estatura. - se oyen risas cruzar la sala. "Siempre lo mismo", pensé. - Hoy cuando él entró a cantar con vos el público se quedó eufórico. ¿Por qué vuelven los dos al mismo escenario después de tanto tiempo sin cruzarse?

 - ¿Y porque no? - después de las primeras preguntas empezaba a pensar que realmente iba a escapar, pero acababa de percibir que no iba a ser así y no sabía muy bien que responder. - Estuve en gira por el mundo. Y ahora necesitaba volver a las raíces y creemos que sería hermoso reunir en el escenario a esos artistas amigos que siempre me tiraron la mejor onda. Él fue muy especial conmigo. Compartí con él mi primer protagónico en la tele con un proyecto muy soñado e importante para mí. ¡Fue un gran compañero! ¿Por qué ahora no lo iba a invitar? Si bien, tardé mucho con esa invitación, las cosas a veces suceden cuando tienen que suceder.

 - ¿No confirmamos romance? - insistió el hdp.

 - ¿Están tan mal de noticias? ¡Porque acabo de llegar y ya me quieren poner de novia! - ironicé. - No, señores. No hay ningún romance. ¡No empiecen, por favor! ¡Déjenme disfrutar de mi tierra, un poquito!

 - Nosotros asistimos hoy, a una química intacta sobre el escenario. Cuando se juntan son magia. - después del comentario en el camarín, la palabra magia estaba provocando estragos en mi mente, esperaba que eso no fuera notorio para los demás. - La gente se pregunta, ¿por qué no te conocemos ningún amor en los últimos tiempos?

 - Misterios de la vida. - la expresión exacta de mis emociones, confusión.

 - Pero, ¿vos estás cerrada a una relación?

 - ¿Vos podes decir aquí y ahora qué va a ocurrir mañana? - y encogí los hombros.

 - ¿Volver a trabajar juntos es una posibilidad? - insistieron.

 - Yo volvería a trabajar con cualquiera de estos maravillosos artistas que pisaron el escenario conmigo hoy y con todas las ganas del mundo. Son todos amigos. - di por finalizada la rueda de prensa haciendo un gesto a la producción que calló los micrófonos. Y me despedí. - Gracias a todos por recibirme con tanto cariño. ¡Nos vemos!

 Mi productora siguió el protocolo para despedirse de todos los periodistas y yo pude salir al pasillo. Me acerqué a la pared, aprovechando que estaba oscuro y yo había salido sola por ese lado. "Otra vez", pensé. "Todavía no sentí el sol de mi tierra en la piel y ya me están queriendo armar rumores. No me importa, pero él es un paranoico con eso. No vuelvo a verlo durante lo que me queda de vida si la locura vuelve a empezar. La suerte es que ya acepté el cierre de esa parte de mi vida."
 El cansancio se apoderaba de mí, porque sentí que mis ojos se llenaban de lágrimas y el pecho se ponía pesado. Cierro los ojos, mientras apoyo mi espalda a la pared. Tengo que controlarme, porque todavía falta ir a agradecer a mis invitados y despedirme. "Yo soy fuerte", pensé tratando de convencerme.

 De repente mis sentidos registraron una presencia. Alguien se había acercado a mí de forma suave y se había recostado a la pared de la misma forma que yo en silencio. Su olor me invadió e inmediatamente supe quién era. Mi garganta se contrajo. Tuve miedo de hablar y romper ese momento de proximidad. "¿Cómo puede ser que pasó tanto tiempo y todavía su simple presencia me cambia el ánimo? ¿Cómo?", mis pensamientos estaban en alerta máxima a pesar de mi quietud exterior. "Tenes que hablar, él no tiene porque saber que todavía tiene el poder de hacerte sentir así con solo su presencia. ¡Ay! ¡Y la miradaaaa! Sos actriz. Y premiada. No es tan difícil."

 - El tiempo pasa y así y todo, no me acostumbro a enfrentar esa manada sin quedar agotada. - comenté sin cambiar mi posición, pero sentí que al mismo tiempo que yo hablaba él se movía en mi dirección, de forma de quedar de frente a mí con su hombro apoyado en la pared.

 - "Manada" - repitió y lo oí reír bajito. - Son realmente complicados. Pero vos no te puedes quejar, te hicieron buenas preguntas.

 - ¡Es verdad! - respondí espontáneamente al mismo tiempo que me volví para ponerme cara a cara con él. - Los primeros periodistas merecen que mañana me tome un poco de tiempo para mandar una nota a las redacciones, felicitándolos. - "tendría que ser pecado ser tan hermoso", pensé mientras hacía un esfuerzo por no quedar prisionera de su mirada, que parecía hacerme mil preguntas a las que yo no quería, ni podía responder.

 - ¡Sí! ¡Sería un buen gesto! - me contestó sonriendo. - ¿Y qué vas a mandar a los que mañana van a publicar sobre nuestro romance? - lo dijo con una voz tranquila y un gesto con la mano que nos señalaba a los dos. Pero sin saber explicar por qué, sentí que me acusaba.

 - ¿En serio? ¡No estoy de humor! Te informo porque me gustó mucho verte y no me quiero enojar con vos. - yo estaba hablando tranquilamente pero dando énfasis a cada palabra para mostrar que no me gustaba que me pidiera explicaciones sobre algo que no estaba en mis manos. - Y también que te hice una invitación, que pudiste haber rechazado. No vendí ningún romance, pero tampoco puedo evitar que la gente piense y publique lo que quiere, sobre lo que ve. - mi tono de voz ahora estaba realmente enfadado y él apoyó su dedo índice en mis labios para hacerme callar.

 - ¡Te podes calmar! No te estoy reclamando nada. Solo estaba ahí y escuché, fue un comentario. Parece que es nuestro karma. - me ofreció su sonrisa con su mirada prendida en mi boca. - Siempre que respiramos el mismo aire, la gente piensa que andamos en algo. - esta última frase fue dicha con voz de terciopelo.

 Y yo sentí como el aire se iba cargando de tensión. Me quedé muy consciente de los pocos centímetros que me separaban de él. No sabía qué responder. Por un instante él dejó su dedo deslizarse suavemente sobre mi boca. Sentía como una cuenta descendente imaginaria que dictaba cómo mi fuerza de voluntad se agotaba poco a poco, por la necesidad de unir mi boca a la suya. Mi productora apareció en ese momento para llevarme a la despedida de mis amigos. Y como si volviéramos de repente a la realidad nos enderezamos y la seguimos en silencio. Ella no hizo ninguna pregunta pero tenía mil estampadas en la cara.

 "La verdad es que me sorprendió su actitud.", pensaba yo mientras caminábamos.

 Ya reunida con todo el grupo, subí a una silla de forma que todos me vean y en un pequeño discurso les agradecí por haberme acompañado esa noche. Hicimos un brindis y luego me dirigí a mi camarín. Me di cuenta de que su mirada me acompañó el movimiento, pero no me siguió. "Mucha gente presente, nada cambió.", pensé.

Me estaba cambiando de ropa en el camarín y me sentía inquieta. Había compartido mucho con él, lo conocía. No podría haber cambiado mucho en ese tiempo que pasó. Entonces, ¿cómo se explica esa caricia en el pasillo, antes de aparecer mi productora? "Él siempre fue cariñoso y tierno, pero nunca se atrevería a tanto en un lugar lleno de gente y sabiendo que la prensa estaba ahí a dos pasos.", mi cabeza daba mil vueltas al asunto. "Estoy segura de que estoy confundiendo todo. ¡Una vez más!" Estaba tratando de convencerme de mi locura pero la duda no desaparecía. Así que salí a los pasillos de nuevo, en su búsqueda. Pero, casi no había personas presentes. Le pregunté a un técnico si sabía dónde encontrarlo. Me dirigí a su camarín siguiendo las instrucciones que me había dado. La puerta con su nombre fijado estaba abierta y no tenía nadie adentro. Dejé finalmente la tristeza hacer su trabajo. Ya había agotado toda la energía disponible para esa noche. Me acosté en la cama que estaba en el camarín y dejé que las lágrimas me lavaran la cara. Y me quedé así hasta que mi productora, me encontró y me llevó a casa.



**14.01.2019 💖💖Gracias Lu por las correcciones. 

Gracias a todos los que visitan estas páginas. Y estén a gusto para aportar lo que se les pinte. Hasta pronto. 😘

En una de esas vueltas del reloj...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora