- ¡Hola! - saludó cuando le abrí la puerta y me di cuenta que él vacilaba en acercarse.- ¡Hola! - lo saludé con una sonrisa que casi no me cabía en la cara. - ¿No me vas a saludar como se debe, nene? - reclamé.
- ¡Sí! - se rió avergonzado, se acercó a mí y me dejó un beso en la mejilla y una vez más lo sentí raro. - Es para ti. - y me extendió una bolsa.
- ¿Fue muy difícil encontrar la casa? - le pregunté, mientras recibía la bolsa y lo dejaba entrar.
- Con el GPS llegué en 15 minutos. Y después de ver la fachada con esa pintura, pensé "es acá". - contó mientras dejaba el equipo de mate en la encimera de la cocina.
- ¡Es muy liiiinda! ¿No? - le dije con voz de bebé y miré dentro de la bolsa donde encontré dos envases de nuestros helados favoritos. - Mmmmmm... Gracias. Podíamos pasar directamente al postre, ¿no?
- ¿Tu relación con la cocina no progresó? - preguntó con un falso aire de preocupación.
- La cocina no es mi lugar en el mundo. - su cara pareció realmente preocupada. - Pero, te aseguro que hoy no pasás hambre. Observa que no lo hago por cualquiera.
- Me siento más aliviado y te agradezco. - dijo al mismo tiempo que se llevó la mano al estómago. - Este mí amigo exige ser bien tratado. - y nos reímos juntos al recordar su atracción por la comida.
- No vas a pasar hambre. Te lo aseguro. - guarde el helado y él preparó el mate. - Este numero que ves acá fijado en la puerta de la nevera, es de la mejor pizzería de la zona y entregan en 30 minutos. - le guiñé el ojo en un gesto de complicidad. - Pero esperemos no tener que recurrir a eso hoy. - le comenté y él sonrió con las cejas levantadas como que sorprendido por mi plan B.
- ¿Hace mucho tiempo que te mudaste? - preguntó mientras me seguía hasta la terraza.
- Compré la casa este año y esta es nuestra primera vez. Todavía estamos en fase de acostumbrarnos una con la otra. - le dije mientras miraba alrededor y luego lo miré para continuar. - En los últimos tiempos, mi casa han sido los hoteles. ¡Vos me entendés!
- Sí. - me miraba como tratando de percibir algo y yo no lograba entender lo que buscaba. - Siempre estamos de un lado al otro. Somos medio... gitanos.
- Me encanta mi trabajo y la posibilidad de conocer mil lugares, pero al final necesito saber que en un lugarcito del mundo, tengo mi nido. Necesito saber que pertenezco a un lugar. - y clavé mi mirada en la suya. - En eso somos diferentes, muy diferentes.
- ¿Diferentes cómo?
- Necesito saber que pertenezco a un lugar y vos necesitás no tener amarras. - dije con la voz envasada de tristeza. Él respondió solamente con la mirada triste.
Él llevó la bombilla de su mate a la boca. "¡El mate, su eterno escudo!" Yo rodeé mil veces la cuchara dentro de mi vaso y un silencio incómodo comenzó a amenazar con instalarse.
- ¿Ya tenemos nombre para el canal, pero ya pensaste quién va ayudarnos? - tiro, en un intento de no poner la noche a perder.
- Tengo un par de nombres, pero empecemos los dos. Filmamos con mís equipos y yo hago la edición. Vamos viendo en el camino quien se suma.
- ¡Dale! Pero te tengo que recordar que no dispongo de todo mi tiempo. Tengo compromisos ya asumidos que tengo que respetar.
- Sí, lo sé. – respondió sin poder disimular la mirada triste.
Nerviosa, me acordé del asado que ya estaba en el horno y fui a la cocina. Él me siguió curioso. Yo probé la salsa y me pareció insulsa. Le di la cuchara a probar y él lo confirmó. Revisé el salero y estaba vacío."¡Siempre me falta algo cuando cocino!" Yo tengo la sal en el armario más alto de la cocina donde pongo las cosas que no necesito con tanta frecuencia, por eso, me dirijo allí y me pongo de frente con el armario. Me estiré lo más que pude en puntas de pies con el brazo todo estirado y mis dedos apenas rozaban el cierre de la puerta. "Tengo que ir a buscar el escalón para llegar a la maldita sal."
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En una de esas vueltas del reloj...
Fanfiction"Todo sigue ahí, intacto... para que cuando se pueda DAR, se DE! " - Natalia Lo que les voy a contar a continuación es la historia de un AMOR SOÑADO. El camino del destino para corregir una historia de amor que tropezó en los errores naturales de q...