En una de esas vueltas del reloj...

XVII. Ser FELIZ

Estoy tan feliz, que siento que si de repente el sol se apaga, yo ilumino el universo.

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A pesar de la comida estar fría, comemos como si fuésemos a salir para construir una represa como la de Yacyretá, solos. No puedo parar de reír con las historias que me cuenta de sus compañeros, en los últimos días. Esos inquietos muchachos, cobraron todas las bromas pesadas de que fueron víctimas, de la manera más pública que pudieron. Aprovechando, que los medios estaban ardiendo con los rumores que se volvieron a intensificar alrededor de nuestro supuesto romance, brillaron en creatividad durante su show.

- ¡Tengo que felicitarte! - le digo con aire embobado y sonrisa rasgada. - Vos supiste pilotear muy bien, la situación.

- ¡Obvio! - dice con aire orgulloso y golpeando el pecho con la mano. - Soy el mejor. No es por nada, que estos pies ya han pisado tantos escenarios.

- Admito que no eres malo. - con un aire desconfiado. - Pero, no estoy totalmente de acuerdo. Creo que el brillo, es de la profesora que pulió ese don. En el caso, YO. - uso el mismo tono de voz que usaría para explicar a un bebé, como se monta un juguete.

- ¿Te agrandaste?

- Algo así. Ponele, que vos no lo acabas de hacer.

- Aquel que entró en el escenario, vio como un espectáculo ensayado y reproducido decenas de veces fue modificado, fui yo.

- ¡No te enojes! - tiro mi silla, dando la vuelta a la mesa, para quedar al lado de él y abrazarlo. - ¡Fue espectacular! Cuando el silencio inesperado invadió el escenario, casi no se notó que vos fuiste sorprendido.

- Acababa de entrar, todavía estaba saludando al público. - y pasa su brazo por encima de mis hombros para apretarme contra él, pero sin soltar su medialuna. - Y cuando sentí el silencio, la reacción fue pensar que se trataba de algún problema técnico.

- La suerte fue que cuando te volteaste a ver la banda, te quedaste de espaldas para la cámara de tu productor que estaba haciendo el vivo, porque me imagino como quedó tu cara.

- ¡No! Olvidate. - y ninguno de nosotros puede evitar reírse de la situación. - Cuando miro y los veo a poner velos de novia, juro que algo dentro de mí se hizo papa. - y en su expresión aparece la incomodidad que debe haber sentido al percibir que iba a ser víctima de una broma.

- No quería haber estado en tu lugar, pero tenemos que admitir que esta vez se esforzaron.

- Cuando me rodearon a tocar la marcha nupcial y el público empezó a gritar tu nombre, pensé "hasta acá llegamos".

- En los vídeos que están en las redes, se nota que te tardas en volver para el público.

- Por un momento, calculé cuánto tiempo tardaría en huir del escenario. Pero vi uno, del equipo de seguridad, haciéndome señas y mostrándome el dedo anular y tuve la idea.

- ¡Ah! Fue él quien te lanzó la cuerda de salvamiento.

- Sí. Por eso, yo anuncio su boda.

- ¡Pobre! La desilusión del público, fue cualquier cosa. - remato al recordar como casi se hizo silencio en aquel recinto enorme.

- ¡No importa! Era de mentira. Más tarde, hablé con él y supe que había sido mi productor que le había pedido para fingir que se iba a casar.

- Todavía, tenemos que agradecer a la banda, que no insistió con dejarte en evidencia.

- No lo pensé en el momento. Pasé el show nervioso, con lo que todavía podían inventar. Pero, después el baterista dijo, que no me iban a dejar exponer nada, que iban a saltar a anunciar la boda de mi guitarrista.