42. Golpe

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ALBA POV

Sonó la alarma de mi móvil y la apagué casi al instante, las 8 de la mañana.
-no he dormido nada- suspiré levantándome para ir al baño.
-yo tampoco- dijo Miki que se empezó a poner ropa- voy a llamar a los demás a su habitación, desayunamos y nos vamos.
-vale, me voy a duchar-

Me metí en la ducha bajo el agua caliente recordando, todo lo que ocurrió ayer, parecía una broma, no sé como siempre acababa en el hospital.

Salí de la ducha me vestí y al no ver a Miki en la habitación bajé a desayunar, efectivamente estaban los 4 en una mesa.
-hola a todos- me senté en un asiento libre al lado de María.
-¿has dormido algo?- preguntó África cogiendo mi mano.
-4 horas o algo así...- me levanté para coger algo para desayunar.

Salimos del hotel de camino al hospital, entramos y vi a la señora de ayer.
-Hola, vengo a ver a Natalia Lacunza-
-esperen en la sala, en nada un médico les informará- dijo la señora mirando el ordenador.
-gracias.

Nos sentamos en la sala y en apenas 10 min el señor de ayer me vino a saludar.
-Buenos días- dijo mientras se acercaba a nosotros.
-Hola- respondimos todas a la vez.
-¿me podéis acompañar?- empezó a caminar hacia un pasillo, le seguimos hasta entrar a una sala con 2 sillas.
-antes de deciros nada necesito información- dijo cerrando la puerta y sentándose en una silla mirándonos.
-¿de dónde sois?- preguntó.
-somos de varios sitios, pero vivimos en Madrid- contestó Miki.
-¿Y qué hacéis aquí?
- hicimos un viaje para celebrar el cumpleaños de Alba- dijo María cogiéndome de la mano- llevamos aquí un par de días.
-vale...- apuntaba cosas en el ordenador.
-¿Qué pasa?- pregunté impaciente.
-Natalia Lacunza...- dijo en voz baja, se levantó de la silla apoyándose en la pared.
-¿y bien?- preguntó Pablo.
-vuestra amiga tiene un traumatismo cráneo encefálico, no es grave, no os preocupéis- dijo serio- ¿Podéis decirme como se ha dado un golpe en la cabeza?

Empecé a pensar, no recuerdo ningún golpe o algo que le haya dado en la cabeza, entonces caí.
-¡puto bicho!- grité nerviosa.
-¿Alba?- preguntó María.
-ayer por la mañana Natalia tenía un bicho en el brazo se levantó asustada y se dio contra el techo de la furgoneta...- todo empezaba a encajar.
-vale, después de eso ¿recordáis que hicisteis?- preguntó de nuevo apuntando algo en el ordenador.
-fuimos a la playa- dijo Miki
-después ella y Alba se fueron a ducharse y a dormir- dijo María.
-normalmente esto ocurre cuando una persona se da un golpe fuerte y realiza actividades que agotan, física y mentalmente- enunció levantándose de nuevo de la silla para mirarnos- no es nada grave, porque lo pillamos a tiempo pero no sabemos cuándo va a despertar ni cómo va a estar.
-¿podemos ir a verla?- pregunté más nerviosa que nunca.
-solo puede ir una persona, y no mucho tiempo.
-Alba- dijeron todos a la vez.
-debes ir tú- dijo María cogiéndome de la mano y mirándome con una mueca- ya nos contarás qué tal...

Me despedí de ellos y seguí al doctor hasta un pasillo muy silencioso y oscuro, el ambiente daba miedo.
Me señaló una sala sin luz y me invitó a entrar.

Me metí y vi a Natalia con un montón de aparatos en la cabeza y un poco pálida.
-nat...- me acerqué a ella y la cogí de la mano- ya estoy aquí, no pasa nada...
Mis lágrimas empezaron a caer desbocadas y apoyé mi cabeza en la camilla.
-lo siento mucho Nat...debí tomarte más enserio...-

El doctor entró a la sala y se colocó al lado de mí.
-un golpe y una fuerte actividad genera que el cerebro tenga que desconectar para poder relajarse y recupersrse, es más normal de lo que parece- dijo tocándome el hombro- va a estar bien no te preocupes.
-gracias por todo- le sonreí y se fue de la habitación.
Pensé en lo que acababa de decir, un golpe y una fuerte actividad, igual no era de locos pensar que hacer el amor le fuese a causar más problemas que soluciones, intentaba culparme de todo aunque sabía que no tenía sentido hacerlo.

Se abrió la puerta de la sala y entró una señora.
-perdona pero en nada tenemos que llevarla a una prueba, tienes que irte- dijo apuntando algo en una hoja- en 5 min vengo a por ella.
-vale- contesté con alguna lágrima sobre mi mejilla todavía.
Me levanté y me acerqué donde ella, deje un pequeño beso en sus labios y me separé.
-nos vemos en nada Nat, no me eches de menos- sonreí y salí de la sala.

Llegué a la sala de espera y todos se levantaron.
-¿qué tal?- preguntaron África y Pablo.
-bien, bueno, está, sin más, inmóvil con un montón de cables ya sabéis...- dije algo triste- pero no es nada grave, con eso nos quedamos ¿no?

Salimos de urgencias y fuimos a comer a un bar, estuvimos un rato paseando de camino al hotel cuando me llamaron al teléfono, lo cogí y era el doctor.
-¿Si? ¿Enserio? Ahora vamos para allá, ¡muchas gracias!- empecé a gritar y saltar como una loca en medio de la calle.
-¿Alba?- preguntó Miki
-¿Cómo sabe el doctor mi número?- dije pletórica.
-se lo dimos nosotras- dijo María- ¿Y bien?
Empecé a sonreír como una idiota.
-Natalia se ha despertado.

Despacio // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora