55. Masajes que saben a rosas

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ALBA POV

Escuché un ruido y vi a Natalia levantada pegada al armario.
-¿Qué haces Nat?- miré el reloj de la mesilla las 7:30- son las 7:30
-quiero ir a mear- intentaba andar pero le costaba- y no puedo dormir.

Se apoyaba en la pared y el armario, casi no avanzaba y eso que está habitación tiene baño propio.
-espera que te ayudo- me levanté y la agarré del costado.
-de verdad, tampoco es necesario que me mires como meo- dijo con una mueca divertida.
-ya bueno...-no tenía excusa- me voy a la cama de nuevo.
-¿Me puedo duchar?- terminó de mear y me miró.
-claro, ¿porque no vas a poder?- pregunté algo extrañada.
-porque no puedo, ese es el problema...-suspiró- siento ser una carga de verdad...
-no eres una carga de nadie, voy a por una toalla y te ayudo.

Salí de la habitación y fui a un armario del pasillo, cogí un par de toallas y volví, Natalia me esperaba sentada en el borde de la bañera.
-espera voy a dar el agua- empecé a llenar la bañera.
-vamos a gastar mucho agua con la bañera..
-Natalia ¿te has visto? Necesitas un baño, una ducha no te ayuda en nada si pierdes el equilibrio.
-vale vale...- dijo rezagada, empezó a desvestirse con algunos problemas.
-¿Puedo?- dije señalando su torso.
-¿que quieres hacer?- preguntó mientras le tocaba la piel del abdomen, tenía unas manchas bastante extrañas y la piel muy seca.
-después del baño ¿me dejas hacer una cosa?- pregunté seria.
-depende de qué, no tengo humor para nada, lo siento.
-no Natalia eso no- dije divertida- creo que te va a ayudar.
La ayudé a meterse en la bañera le acerqué los botes y salí del baño.

NATALIA POV

El agua caliente de la bañera mojaba todo mi cuerpo, estaba tan relajada... mi espalda me dolía a horrores, la cama del sitio ese era horrible, la cama de invitados de María no es de buena calidad pero mejor que la otra si, algo es algo.

Terminé de lavarme el pelo y el cuerpo y salí como pude y con cuidado de la bañera, apenas había dormido 2 horas, pero tengo el horario de antes y bastante mal estar.

Alba entró por la puerta dándome un susto.
-joder Alba que susto- me apoyé en la pared.
-perdona, venía a decirte que no te pongas parte de arriba- salió del baño de nuevo.
No sé qué coño me iba a hacer Alba, pero no me preocupaba, estaba en buenas manos y confiaba en ella.

Salí del baño con una toalla en el torso y vi a Alba, había hecho la cama pero había puesto una toalla encima de ella.
-ven- me hizo una señal con la mano- túmbate boca abajo.
-vale- me quité la toalla del torso y me la puse en la cabeza, me tumbé encima de la toalla boca abajo como me dijo Alba.
-si te duele, paro ¿Vale?- se acercó y cogió un bote de la mesilla.
-¿que vas a hacer?- pregunté curiosa.
-te voy a dar unas cremas para la piel y un masaje en la espalda, sé que te duele mucho aunque no lo digas.
Asentí con la cabeza y empezó a masajear mi espalda, me dolía por momentos pero me daba igual, estaba tan relajada que estaba apunto de dormirme.

-¿qué se te pasa por la cabeza?- preguntaba Alba mientras me hace masajes.
-nada, solo tú y Julia- respondí.
-quiero que me cuentes que ha pasado todos estos meses, pero no ahora, ya tendremos tiempo- me tocaba con tanta suavidad y cuidado que realmente me estaba durmiendo, llevaba varios meses durmiendo fatal y Alba en unas horas estaba consiguiendo relajarme.
-eres increíble- le dije sonriendo.
-anda calla- se puso roja, me encantaba ver como sus mofletes se enrojecen.

ALBA POV

Estábamos en un silencio cómodo, desde que nos levantamos había pasado una hora, miraba Natalia, tan débil y tranquila.
Dejé de hacerle el masaje y guardé los botes.
-voy a ir a desayunar ¿vienes?- susurré porque Pablo y María seguían durmiendo, Natalia no me contestó así que cogí una manta y la tapé, espero que duerma algo más.

Fui a la cocina y me preparé el desayuno, no sé cómo le iba a decir a Natalia que nos íbamos a Elche con mi madre una temporada, no sé cómo reaccionará, está tan cambiada desde la última vez que si no la tocó no la reconocería.

Después de desayunar me senté en el sofá para ver algo la tele, al rato apareció María.
-¿Qué tal?- se sentó conmigo- ¿Desde cuando llevas aquí?
-bien, tuve que ayudar a Natalia a hacer unas cosas, espero que no te moleste que se haya duchado y eso...
-como me va a importar, le va a venir mejor que a mí, ¿Dónde está?
-la estaba haciendo un masaje en la espalda y se ha dormido, sé que no está bien, de verdad que quiero lo mejor para ella y pienso que irnos a Elche una temporada estará bien, además, tengo que volver al trabajo y no puedo cuidarla sola.
-¿tú madre está de acuerdo?-
-si, ella me dio la idea de hecho...
-joder con las Reche, Natalia es una afortunada- me dio un codazo.
-solo sé que la quiero con locura...

NATALIA POV

Me desperté algo aturdida y al no ver mis dibujos en la pared me asusté, luego recordé que estoy con Alba.

Me quité la toalla y me levanté con cuidado, la espalda me seguía doliendo pero nada que ver como antes, Alba hace milagros, me puse una camiseta y salí despacio hacia el salón.

-hola- me tumbé con cuidado en el sofá.
-Hola Natalia- dijo María que estaba en la mesa del salón con Pablo.
-¿Y Alba?- pregunté al no verla.
-¿quién me llama?- apareció por la puerta con esa sonrisa encantadora que me enamoró de ella.
-yo- se acercó y con cuidado se sentó a mi lado.
-¿Estás mejor?- me puso un mechón detrás de la oreja.
-si, muchas gracias-
-tengo que contarte algo...
-dispara- seguía tumbada.
-no sé si te va a gustar la idea...pero pienso que es lo mejor- empezó a mover las manos nerviosas, puse las mías encima para que parase.
-tranquila, cuéntame.
-nos vamos a Elche está tarde, quiero que estés conmigo y mi madre allí, aquí no estás segura...- me miraba avergonzada.

No me esperaba para nada eso, ni siquiera me estaba preguntando, ya lo tenía premeditado y para nada me importaba.
-¿Y tú madre?- pregunté levantándome con cuidado y me incorporé a su lado.
-ella me dio la idea Natalia- volvía a estar nerviosa.
-escúchame Alba, no me gusta ser una carga y lo sabes, pero quiero ir porque lo necesito, necesito tranquilidad no quiero estar aquí en Madrid...- se me humedecen los ojos.
-¿de verdad que quieres venir?- me levantó la barbilla con su mano.
-estos meses he aprendido que tengo que dejar que me cuiden...- cayeron algunas lágrimas por mis mejillas.
-tranquila, yo te voy a cuidar todo lo que me permitas- se acercó y me abrazó.
-cuidado con la espalda- dije riéndome.
-vale, tranquila.
-¿Cuándo nos vamos?- pregunté separada del abrazo.
-a las 16;30 sale el tren- María que estaba en el salón pendiente de la conversación.
-pues podríais prepararos ya, son las 14:30 y mientras coméis y toda la pesca se os hace tarde- me miró- no te preocupes os llevo en coche a la estación.

No llevaba equipaje, no tenía móvil ni mi ropa, no tenía nada, nos montamos en el tren y me despedí de Pablo y María, Alba se sentó a mi lado y no despegó su mano de la mía en todo el viaje.

Sé que estoy enferma, ahora sí, necesito sanar las heridas de estos últimos meses y yéndome a Elche es un paso agigantado, tenía muchas ganas de volver a ese clima familiar y de cariño que tanto caracterizaba a las Reche.

Despacio // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora