52. Mal aspecto

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NATALIA POV

No sé qué coño tienen las pastillas esas, no parecen las mismas siempre, hay aveces que me duermen, otras me crear dolores horribles, otras me impiden moverme...

Parece que hoy toca dolor por todo el cuerpo, necesito ver a Julia, saber que está bien, decirla que no se preocupe...no me dejaban salir de la habitación, solo para ir a la ducha y Manu siempre andaba detrás de mí.

Estaba tumbada en la cama, como no hacía actividades, solo me quedaba mirar el mural de dibujos que tengo en la pared o mirar al techo, duermo para hacer que las horas pasen rápido...

-¡Natalia!- alguien aporreó la puerta.
Me resultaba curioso que alguien después de tantos días me reclamé.
-Que...-no me salía ni la voz.
Abrió la puerta un hombre que iba junto a Manu y se acercó velozmente hacia mí.
-Levántate- dijo serio aquel hombre.
-Voy...-me levanté de la cama y recolocaba mi pijama gris- ¿Dónde vamos?
-Tienes visita- dijo agarrándome del brazo.
-No quiero- no mentía, no quería ver a Miki otra vez, preferiría morirme sola y encerrada a verle de nuevo.
-Tú no mandas y cállate- tiró rápido de mí por las escaleras, me tropecé varias veces, mis piernas no funcionaban, estaban dormidas, le notaba bastante enfadado, tampoco era de mi incumbencia.

El hombre se fue y me dejó con Manu delante de la puerta de la sala de visitas.
-¿Cuándo podré salir a la calle?- temblaba un poco por el cambio de temperatura.
-No lo sé...-dijo mientras escuchaba algo por el pinganillo- ya puedes pasar, tienes solo 5 min para que no pase lo de la última vez.
Rodé los ojos y entré.

ALBA POV

Estaba muy nerviosa, Pablo y yo habíamos conseguido un documento falso para hablar con Natalia, así tendrían que dejarme pasar sin ninguna pega, sé que solo tendría una oportunidad, y a la vez me daba miedo verla, sé que no va a estar bien, este sitio es horrible y no me quiero ni imaginar lo que estará sufriendo.

-Ya puedes pasar- me dijo un hombre bastante enfadado.
Di unos pasos y me senté en la silla, había un cristal que separaba las dos habitaciones y un micrófono encima de la mesa, escuché como se abría la otra puerta y me dio un vuelco al corazón.

Natalia andaba a duras penas hacia la silla, andaba torpe y con la cabeza baja, levantó la vista y conectamos miradas, se sentó y pude ver más de cerca su imagen.

Tenía los pómulos más marcados de lo normal, estaba muy delgada, tenía un moratón visible en uno de ellos, los ojos muy dilatados y rojos, el pelo le había crecido un poco desde la última vez y estaba alborotado, puso las manos encima de la mesa al lado del escritorio y notaba como le temblaban, no eran de nervios, los temblores venían de otro sitio que desconocía.
-Hola- dije tímidamente.
-Alba...- suspiró, noté su voz ronca- dime qué tú no tienes nada que ver con esto...
-¿Qué?- pregunté acercándome al micrófono.
-¿Estás con él?- dijo triste, su mirada estaba perdida.
-No, Natalia me enteré hace pocos días de que no te fuiste a Barcelona...- intentaba controlar las ganas de llorar.
-¿Barcelona?- hizo un gesto despectivo-
-¿Quién te ha metido aquí?- dije muy nerviosa.
-Miki, vino a verme me dijo que sólo estaría dos meses, me enfadé con el y...aquí sigo- no había ningún ápice de movimiento parecía un muro de piedra sin sentimientos, le darían todo tipo de medicamentos.

-Alba, tienes que sacarme de aquí, no estoy enferma te lo juro, me dan cosas malas- se acercó al cristal y puso su mano en él, me rompía el alma esta situación, realmente no podía hacer nada aparentemente...

Acerqué mi mano y la puse en la misma posición que ella, había un cristal de por medio pero podía notar su calor... empecé a llorar no podía más.
-Alba, no llores porfavor...-dijo mirándome intensamente.
-¡1 minuto!- gritó alguien por el altavoz.
-Lo siento mucho Natalia, te sacaré de aquí, lo haré, te lo prometo..- me secaba las lágrimas con mi chaqueta.
Me disponía a levantarme y despedirme.

Apareció un guardia y levantó a Natalia, no dejó de mirarme en ningún momento, se acercó de nuevo al micrófono.
-te quiero Alba- se giró y se fue con el guardia de seguridad.

Me había roto finalmente, salí de allí, Pablo me esperaba en el coche, no paraban de sonar las palabras de Natalia en mi cabeza, tenía ganas de sacarla de ahí, de tenerla en mis brazos de tantas cosas.
-Alba ¿Estás bien?- interrumpió mis pensamientos Pablo.
-Vamos a casa, necesito pensar.

NATALIA POV

Me llevaron a la habitación de nuevo y me tumbé en la maqueta que tengo, acabo de ver a Alba, no puedo reaccionar, algo en mi cuerpo me lo impide, no puedo llorar ni reír, soy un cuadro en blanco sin pinturas.

Una cosa tenía clara, Alba no lo sabía, todo era obra de Miki, me aliviaba saber eso, verla llorar me destrozaba pero confiaba en ella, sé que va a hacer lo posible por ayudarme, porque me quiere o eso quiero creer.

Ya era por la mañana, el colchón era una mierda y me dolía todo, me levanté y me asomé por los barrotes en la zona baja de la puerta, escuché pasos y me aparté.
-Natalia, te dejan salir al patio-dijo Manu abriendo la puerta.

Era una buena noticia, podría ver a Julia, y hablar con ella, lo necesitaba.
Entró por la puerta con unas cajas.
-Ya sabes lo que hacer si quieres salir- dijo dejando una de las cajas en mi mesa- en 5 min vuelvo.

Tomé la pastilla y me puse una sudadera, salí con Manu y me dejó en el patio, me vigilaba a lo lejos.
Los rayos de sol en mi piel me daban una sensación de lo más placentera, me tumbé en mi rincón preferido inmóvil, solo calentando mi cara, lo necesitaba.

Noté que alguien se sentó a mi lado, abrí mis ojos quedándome ciega para mirar la figura a mi lado.
-hola Natalia- dijo Julia con una sonrisa.
Me levanté rápidamente y la abracé.
-Julia...- susurré en su oreja- te he echado tanto de menos ...
-Y yo a tí Agente N- me miró con ternura.
-¿Cómo te sientes?- pregunté colocando un mechón detrás de su oreja.
-Bien, ¿qué tal la chica?- preguntó sonriente.
-¿La chica?- pregunté extrañada-
-La chica de tus dibujos, sé que has hablado con ella, yo también.
Me quedé a cuadros.
-¿Hablaste con Alba?- me alegraba saberlo.
-Si, vino antes de ayer, vi como entraba y preguntaba a la chica de la recepción, escuché la conversación...-hizo una pausa- sé que está mal escuchar conversaciones ajenas...
-venga Julia, ¿que pasó?
-Preguntó por Natalia Lacunza, la chica le dijo que no había nadie con ese nombre, ella puso una cara triste y entonces me miró, la llamé y la llevé a una sala apartada, le conté que sí que estabas aquí, que la habían engañado...

Me abalancé sobre Julia en un estremecedor abrazo.
-gracias Julia- besaba su cabeza.
-me encanta verte sonreír, aunque sé que te dan las mismas pastillas que a mí, y no te sientes nada bien...
-he estado peor, gracias a tí por todo Julia, eres una niña muy especial ..

Me tumbé contra el sol de nuevo y Julia se tumbó junto a mí, me encantaba este momento, la luz del sol relajaba mis músculos y me sentía un poquito más libre, mi corazón empezaba a palpitar de nuevo después de muchos meses.

Despacio // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora