I - Adoptada.

2.6K 132 52
                                    


"Luz, calor, qué agradable sensación..."- intentaba mover alguna parte de mi cuerpo, pero era muy cansado y doloroso. 

Recuerdo que comencé a percibir sonidos de ventiladores, o de motores...  No lo supe, hasta que comencé a abrir los ojos. Una luz por muy tenue que era, me destelló. 

-Urg...-gemí.

Vi que una figura negra se movió  y quedó cerca de mí, escuché que hablaba, pero solo entendía el tono. Intenté alzar mi brazo, pero solo logré contraer el músculo... ¿Por qué era tan doloroso? Esa sombra me posó las manos en mis hombros para evitar hacer esfuerzos, luego vino una segunda sombra, dijo algo y ambos se fueron, tras sentir un apretón en la mano... Creo que me dormí y luego me desperté, algo mejor. 

Al poder mirar mi entorno, me encontré en una sala de enfermería con un equipazo de la leche y estaba tumbada en una camilla blandita. 

"¿En qué cielo estoy?" 

No estaba muerta, aparentemente, si mi vista no me engañaba. Intenté levantarme, pero tan difícil fue levantarme como sencillo caer inmediatamente después al suelo. Tiré muchas cosas al suelo y el estruendo había resonando muchísimo. Como pensé, llegaron a ver que pasaba dos hombres: uno, anciano, con traje de mayordomo; y el otro era joven, pelo negro y ojos azules, muy corpulento, ataviado con una camisa negra y pantalones igualmente negros de traje. 

-Pensé... Que no estaba muerta...- murmuré mientras el joven me ayudaba a levantarme del duro suelo. 

-Amo Bruce, si me permite, puedo observar que esta muchacha se encuentra sana mentalmente.- habló con cierta ironía. 

-Muy agudo, Alfred, ¿te duele algo?- me acababa de sentar en mi camilla, su voz salió suave, con preocupación y cierta tranquilidad. 

-Yo...- no sabía qué preguntar, ni decir. - Creo, pero...- miré inquieta a mi alrededor.

-No te preocupes, ya habrá tiempo para explicaciones. - me miró algo más serio. 

-Vale...

-¿Quizás la señorita tenga apetito?-Alfred me miró comprensivo. 

En respuesta mi estómago rugió como una bestia, como si no hubiera comido en años. 

-Me lo tomaré como una afirmación.- salió del cuarto, quedando el hombre y yo solos. 

Este se sentó en una silla que colocó previamente en frente de mí. Y sus ojos mostraron cierta tristeza. 

-¿Dónde me encuentro?- inicié la ronda. 

-En mi mansión, o más bien, el sótano de esta.

-¿Por qué?.. 

-Estabas criogenizada, te he despertado.

En ese momento, mi mente recordó que había sido atacada por un loco y que intentaba salvar a alguien... Pero me dolió la cabeza.  Me llevé las manos a la cabeza. 

-Oye, no te esfuerces, está bien.- me posó la mano en el hombro.-¿Recuerdas tu nombre? 

Iba a contestar, pero Alfred trajo comida y mi atención se centró en lo maravillosa que parecía. 

-Señorita, coma cuanto quiera, luego ya hablará con el amo Bruce.-asentí ante la bandeja que el mayordomo me colocó enfrente, repleta de comida. 

Cuando terminé, noté como el más anciano miraba al "amo" de una manera cómplice. 

-¿Amo Bruce, no cree que quizás deberíamos decirle algo a la señorita? 

-*Carraspeo* Creo que te debo una explicación, esto... ¿Recuerdas tu nombre?- lo miré, me encogí de hombros. 

Una más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora