XXII - Planes.

736 70 6
                                    

El fin de semana se pasó deprisa por las locuras que hacíamos o hablábamos entre mis hermanos, Roy, las mascotas, mis amigos o, incluso, el mismo Alfred, que nos seguía las estupideces con su ironía tan característica. El lunes ya me habían quitado los puntos y decidí ir a la Academia, cosa que no vieron bien ni Damian ni Tim, pues pensaron que era pronto, pero Bruce accedió con la condición de que Damian me llevara la mochila. 

-¿Estás seguro de que no te importa?- miré al menor llevar ambas mochilas, menos pesadas, pues habíamos pasado por las taquillas.- Mi clase es en el gimnasio y... 

-Tchss, ¿enserio ahora te preocupas por ello?- me miró con el ceño fruncido, íbamos por las afueras del edificio principal, el cielo seguía nublado, al parecer típico de Gotham.- Asegúrate de que Derek o Amber te la llevan, como te vea con ella te llevo a casa.- me amenazó. 

-Lo intentaré ya que no puedo faltar, voy muy atrasada y necesito ponerme al día.- este giró sus ojos verdes con desdén. 

-Sí no dependiera tanto de sus explicaciones podrías ser autosuficiente.- se quejó. 

-¿Y perderme la oportunidad de ir contigo a la escuela? No lo creo.-sonreí, este pareció que iba a sonreír de lado, pero consiguió hacer una mueca de disgusto. 

-Si no vinieras, no tendría que llevar una mochila verde chillón y azul a una clase alejada de la mía.-reprochó.

-Yo no te he obligado, Alfred también podría haberlo hecho.- me encogí de hombros.- Aunque prefiero pasar más tiempo contigo, si te soy sincera.- Este me dio un puñetazo en el brazo sano.- ¡Ay! 

-No digas cosas innecesarias, adop... Estúpida.- corrigió girando su cara al lado contrario. 

"No lo reconoce, pero se preocupa por mí."- pensé con ternura, Damian se había esforzado por no ser tan duro. 

Vi como nos acercábamos cada vez más a la entrada, miré si había alguien y decidí actuar. 

-Espera, Damian. - me paré. 

-¿Qué quie..?- le di un besito en el pómulo, pareció quedarse de piedra ante tal acto, decidí retirarme por si las moscas. 

-Quizás no seas Robin, pero tú también eres mi héroe.-le sonreí y seguí avanzando hacia la entrada. 

Damian no dijo nada, solo parecía como meditar mi acto. Abrí la puerta y un montón de confetti y globos de colores cayeron sobre mí y mi hermano menor. 

-¡Bienvenida, Cyl!- gritó mi clase.

Enseguida el tumulto de mi clase me rodeó y empezaron a agobiarme. Miré entre la multitud a Damian, Derek, Amber y las tres Wendys. Derek sonrió. 

-¡Vamos a mantearla, que se note que es nuestra heroína oficial!- animó el rubio, casi me da un patatús al notar cómo era elevada del preciado suelo.- ¡Arriba con ella!-se unió. 

Comencé a gritar que pararán mientras intentaba sujetarme la falda. De repente, pararon y me dejaron en el suelo. Mi profe me había salvado, pero instantáneamente comprendí por qué. 

-Veo que no está en mi clase, ¿se cree que voy a tolerar la falta de respeto, Wayne?- la profesora Howard se cruzó de brazos severa mientras este la miraba desafiante. 

-Señora Howard, estaba ayudando a mi hermana mayor, la cual tiene el brazo herido.- obvió sin asustarse. 

-Sí, ha sido mi culpa, le he entretenido, por favor, no le castigue.- salí en su defensa. 

La rubia me miró, supe que se detuvo a observar el cabestrillo. 

-¿Qué ocurrió?- me miró gélida. 

Una más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora