LXIII - Completamente Necesario.

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Ya me había cambiado a una camiseta ancha con el logo de Nigthwing y una falda-pantalón negra de volantes con unas zapatillas azules de tobillo y cordones para darle el gusto de llevar merchandising de su alter ego, un bolso negro y lista.

Salí de mi cuarto, viendo a Tim con una camiseta ancha de apariencia vieja y unos pantalones también anchos cortos. Este me miró de arriba abajo.

-¿Debo preocuparme?-se cruzó de brazos.

-No, él también es mi hermano, Tim.-le sonreí quitando importancia, pero no fue así.

-Por eso me preocupo.- su mirada sincera perforó mi corazoncito.- Yo también soy tu hermano.

-Tim... - suspiré, estaba armando una potente bomba, una que destruía toda amistad entre los que se metieran al juego.

El chico solo espiró pesado y me sonrió.

-Otro día te invitaré también a salir conmigo.- me dio un beso corto en la mejilla.

Se marchó sin dejarme contestar. Bajé a la puerta, allí vi a Dick, vestido con una camiseta de manga corta, negra y ajustada junto unos vaqueros por la pantorrilla pitillos desilachados con unas deportivas blancas. Muy estiloso.

-Veo que te has tomado en serio eso de ir guapa.-me abrazó por los hombros y nos dirigimos a un coche más normalito que los otros de la colección de Bruce Wayne.

-¿A dónde vamos Richard?-este estaba en el sitio en los mandos.

-Vamos a pasarlo bien, princesa.- me pasó unas gafas de sol, me las puse.

-Gracias, no me acordaba de mi condición Wayne.-bromeé, este rió.

Aparcamos en un parking y noté que era un centro comercial que estaba cerca de Blüdhaven.

-No iba a dejar que pudieras irte en tranvía a la Mansión. - rodé los ojos.

-Si te he dicho que estaré contigo hoy, no pensaba huir.-este sonrió.

-Me alegra oírlo.

Dick me llevó a una tienda de ropa que era de chicos como de chicas, ya había notado que era un centro comercial normal y corriente en vez de aquellos a los que solía ir con precios ridículamente hinchados. Richard me llevaba correteando por la tienda, cargándonos de prendas.

-¡Mira! - me enseñó un vestido lila.- ¿Te gusta?

-No sé, el color me parece un poco apagado.- este asintió y buscó otro.

-¿Y este? Es bastante bonito.- era rojo, bastante corto y quizás algo escotado.

-Creo que es demasiado para mí, no me gusta llevar escote, al menos no tan grande.- estaba pasando la vista por la tienda, cuando vi una camisa fabulosa. - Ven conmigo. - le arrastré a la zona y le saqué la que creí de su talla.- Realmente te quedaría bien.- era blanca, con dibujitos de pájaros tropicales, pero eran bastante impresionistas, no se definían.

-Vaya, es muy chula. - había puesto una expresión de sorpresa.- A mí también me gusta. - estaba ilusionado.

-Entonces te la regalo yo, ¿te parece?-le sonreí, divertida por su entusiasmo.

-¿Qué? No, no deberías, yo...

-Richard, déjame, realmente sería el primer regalo que hago.-este entonces asintió frenéticamente.- Además, tú me regalaste esos peluches, me gustaría devolverte el gesto.

-Princesa... No hace falta, sabes que solo con estar contigo me parece suficiente. - me cogió la mano, emocionado.

Escuchamos un "Owwww" general, el resto de féminas nos miraban enternecidas. Me dio corte, pero él parecía incluso más feliz.

Una más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora