20 - Vuelta a casa

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Cuando se encuentran con Annete dejan a Liam dormir en el campamento. El resto se reúne.

—¿Y ahora? —Jaina, muy débil aún, mira a Lena, esperando que solucione la situación.

—Ya todos deben de saber que estamos aquí... Lena, vendrán a por ti. —Ethan dice lo evidente.

—Lo sé, tenemos que irnos. —Lena mira a Annete.

—Lo he encontrado. —Annete saca un mapa y lo extiende sobre la mesa—. Muy cerca de la puerta grande.

—¿Os importa explicárnoslo? —Airo no entiende nada.

—Sí, cuando se crearon las puertas se creó una estación de observación, para moverse por el vacío y buscar hacia dónde se quiere que apunten las puertas. Es esta, —Annete señala el mapa, a un kilómetro de la puerta—, ¿Funcionará?

Lena mira el mapa pensativa.

—No lo sé, pero tenemos que intentarlo. Creo que, si llego ahí, podré buscar el camino de regreso a casa.

Eva interrumpe, ha estado escuchando. Su hijo y un par de personas más del campamento les acompañan.

—Queremos ir con vosotros.

Lena se levanta, la mira con duda.

—Será muy peligroso.

—Nos da igual, os ayudaremos, si hay una sola opción de salir de aquí, lo intentaremos. Sé dónde está ese edificio, os llevaré hasta allí.

Se marchan, hacia el observatorio.

El Observatorio es un edificio cerrado, sin ventanas, casi sin puertas. Dentro hay varias salas con puestos de trabajo. Pero la importante es la sala central. Es opaca, completamente negra, diáfana, con un terminal en el medio. Cuando entran, el edificio se enciende, como si hubiera estado esperando a que llegasen. El terminal del medio tiene una esfera, Lena se acerca y la toca, las paredes negras se mueven, como un espacio infinito. Lena puede moverse por ese espacio, al hacerlo ella, la proyección en la sala lo hace también, permitiendo que los demás lo puedan ver.

—Necesitaré tiempo. —Mira a todos, que salen a esperar. Annete se queda para apuntar las coordenadas necesarias. Liam ya puede caminar, su recuperación es extraordinaria, pero está sumamente preocupado, sabe que le queda poco tiempo para dejar de ser él, tiene que salir de este mundo.

Lena se mueve por la zona, le cuesta, pero encuentra Salvación, al fin y al cabo, ella lo creó. Annete se emociona y apunta las coordenadas.

—Vamos a decírselo a los demás.

Antes de salir, Lena la detiene.

—Espera, por favor.

Annete no lo entiende. Lena comienza a moverse de nuevo por el vacío, hasta que encuentra otro sitio.

—Aquí es, aquí apuntarán las puertas.

Annete mira a Lena sorprendida.

—Eso no es Salvación...

—Lo sé, pero cuando lleguemos, configura las puertas hacia estas coordenadas.

—Pero...

—Confía en mí, por favor.

Annete asiente, y ambas salen.

Cuando tienen todo lo necesario, se dirigen a la puerta central, de camino, escuchan un estruendo. Él viene, viene a por Lena, se puede ver cómo cientos de ellos se aproximan.

Corren todo lo que pueden, hasta que llegan a la puerta, los demonios se acercan, el sonido que hacen los cientos de demonios avanzando es sobrecogedor. Annete corre hacia el terminal. Cuando llega, mira a Lena, que asiente con la cabeza. Annete comienza a configurar el camino que ella le ha pedido.

Hijos de la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora