Parte 34: Empezar nunca es fácil

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34-Empezar nunca es fácil

**Renji**

Maldito frío....la nieve no deja de caer sobre mi cuerpo, me he vuelto a quedar indispuesto en la calle, sentado en el suelo, sintiendo como el frío cala mis huesos y me hace tiritar....me cubro todo lo que puedo con mi chaqueta y dejo que el vaho salga de mi boca acompasadamente. Odio el invierno. Es la peor estación del año sin duda. Necesito calor....cualquier tipo de calor. Hogareño, humano....cierro los ojos y recuerdo como me quedaba embobado mirando la chimenea cuando estaba en la mansión. Rukia siempre sonreía al verme tan estático sin apartar mis ojos de las llamas y el viejo siempre solía recriminarme que yo era como el fuego, porque mi pelo es del mismo color...ese recuerdo está muerto, tanto como la solitaria mansión.

-Bss, bss joven.... ¿me escuchas?-

Alzo la cabeza levemente para mirar a una anciana mujer con ropas harapientas y un gran cesto en el brazo. Está engatusada viendo mi cabello, tan descarada que se inclina para tocarlo y acariciarlo sin oposición alguna por mi parte.

-Te pagaré una buena suma si me lo das-

Sonrío tristemente ante el ofrecimiento y vuelvo a la realidad. ¿De verdad quiere mi cabello? Que mas me da...necesito dinero y tener este pelo no me ha ayudado en absoluto...en los barrios bajos cualquiera te pide lo que sea para ganar dinero, conozco a gente que se deja sacar muelas sin anestesia para poder venderlas y comer algo caliente al menos un día....lo que me pide esta vieja no es tan grave. Asiento con la cabeza y ella se frota los dedos para después sacar de su cesta unas viejas tijeras de podar. Me enseña también todas las pelucas que lleva dentro por si estoy interesado en algunas, pero simplemente me limito a negar.

-Buen negocio con el pelo ¿no?-

-Jiji, claro joven ¡todo el mundo compra pelucas! Y mira...son de pelo auténtico ¡nada artificial! Incluso los pelos muertos son muy útiles en mi negocio, por eso siempre voy preparada. La verdad es que creía que estabas muerto cuando te he visto aquí tirado-

-Y quería llevarse mi pelo gratis ¿no es así? Siento decepcionarla-

-No importa, me lo llevaré igualmente.... ¿puedo?-

La dejo que se arrodille a mi lado y tire de mis mechones para ir cortándolos. Veo como algunas hebras de mi cabello caen sobre la nieve dándole un tinte rojo, como la sangre...cuando la mujercilla termina sonríe con alegría y me pone sobre el regazo el dinero. Mete mi cabello muerto en la cesta y se despide efusivamente mientras yo me incorporo del suelo y decido caminar. Camino pesadamente hasta detenerme frente a una tienda en la que se puede leer el nombre de "pastelería" en el letrero. Entro y una campana suena al hacerlo, como de costumbre. Un joven alto y delgado, de piel blanquísima y cabello rubio con un delantal, sale a recibirme mostrándome su cortesía en sus grandes ojos azul claro.

-Bienvenido.....ah, renji eres tú.... ¡¡¡¡!! ¿Qué le ha pasado a tu pelo?-

-He decidido cambiarme el look-

-¿Pero qué look?? Si tienes trasquilones por toda la cabeza, ni que te hubiera mordido un perro ¡¡qué has hecho!!-

-Deja de sermonearme Kira y ofréceme algo caliente de beber por favor-

Kira Izuru. Nos conocemos desde hace tiempo, cuando me recuperé del disparo de Starrk y salí del hospital, Hisagi me trajo a su tienda para tener un sitio en el que cobijarme y pasar desapercibido por un tiempo hasta que me recuperara. No podía volver con Kenpachi y Yumichika, no podía dejarme ver por el barrio extranjero, no podía salir del país....en definitiva, estaba encadenado de pies y manos a una vida miserable y oculta ante todos los que me conocían. Por suerte hisagi se apiadó de mí y Kira me aceptó en su casa sin pedir nada a cambio. Claro que ahora que estoy totalmente recuperado he decidido volver a la mansión que está abandonada desde hace unos meses y cobijarme allí por orgullo para no ser una carga ni molestia para nadie. He hecho cosas de las que no me enorgullezco para conseguir pasta....y lo último ha sido mi cabello. Si lo llego a saber, habría recurrido antes a eso que el haber follado con algún tío rico desesperado o trapichear con drogas...al menos ahora tengo dinero para pagarme unos estudios, ya que he decidido ingresar en la universidad y con suerte me han concedido una beca.

"Arte para seducir"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora