jugaste con fuego...

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*Diego*
La dejé  en su habitación, con la cara colorada y loca de deseo de algo que aún no comprendía...
¡A mí nadie me llama cobarde!-susurré al cerrar mi puerta-¡que se aguante ahora!
Solté un suspiro y fue al baño a darme una ducha de agua fría, ¿a quién quería engañar? yo estaba igual o peor que ella...
Dormí apenas un par de de horas, entre sueños con la espalda y la boca de Cristal.
Bajé a desayunar y ella aún no estaba, habia decidido  no hablarla ni mirarla hasta que se disculpas, pero cuando bajó la escalera mi decisión se fué al cuerno...
Llevaba una camiseta de tirantes verde militar que dejaba ver la mitad de sus pechos de lo escotada que era al menos llevaba una chaqueta de cuero que cubría algo mas de arriba pero al ser corta dejaba su vientre al aire, además de un pantalón tan corto que enseñaba mas de lo que tapaba... Pasó por mi lado y al verla de espaldas ví que no le cubría casi nada, pues tenia la mitad de sus nalgas fuera del pantalón...
¡No podía apartar la vista de ella!
Terminó de desayunar y se fué a la cocina y rápidamente el resto de las mujeres la siguió.
Al rato oí risas y ví salir a Gisela y Estrella, pero tanto ella como su prima seguían dentro de la cocina, maquinando a saber que maldad...
*Cristal*
Salimos por la puerta trasera de la casa sin ser vistas y mi prima me llevó  hacia un lado de la casa.
Contempla mi pequeño-dijo Marina quitándole la manta de encima a un porche carrera rojo vino.
Abrí los ojos como platos.
¡Wow!que preciosidad-dije pasando la mano por el capó.
Vamos sube -dijo mientras abría la puerta-¿no pensaras ir andando a la ciudad?
Arrancamos el coche y pasamos casi toda la mañana de compras hasta que dimos con la ropa adecuada para la próxima parte de mi plan.
Salí  del probador y Marina no daba crédito a lo que veían sus ojos...

Por tu cara creo que he acertado -dije y reímos juntas mientras pagábamos y volviamos a casa

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Por tu cara creo que he acertado -dije y reímos juntas mientras pagábamos y volviamos a casa.
Andrés podría ponerse muy celoso si viera lo que que te has comprado para bailar conmigo... Además Diego va a vernos ¿lo sabes no? -dije mientras volvíamos a casa.
Aayyy... Primita ¿cuantas veces me lo vas a a repetir? -contestó girando los ojos -y antes de que me lo vuelvas a repetir... Si... Sé que Andrés va a saber todo mientras pase por la vergüenza que pasaré... Ay de verdad...  ¡Déjame ayudarte y deja de poner pegas!
Llegamos a casa y como pensé no había nadie en  el salón. Fue hacia el despacho de Diego,abrí su maletín y me llevé  los papeles que tenia que llevarse a la reunión de esta tarde,tenia que supervisar su negocio humano por lo que necesitaría las llaves de su coche,ya que no podría ir transformado, así que tambien me las llevé.
Mi padre ya se había ido y el chófer tenia el día libre... Así que  tendría  que llevarle Andrés y para traerle igual porque no molestarían a ningún otro para no pasar la vergüenza de haberse dejado los papeles...
Tanto Marina como yo estábamos listas, tras una larga charla ,mientras nos vestimos, descubrí que ella estaba enfadada con Andrés porque la trataba como a una niña pequeña así que por eso decidió ayudarme y ya de paso darle un escarmiento.
Tal y como esperaba en menos de de una hora estaban en la puerta de vuelta de la reunión en busca de de los papeles "olvidados".
Ellos esperaban encontrarnos dormidas o como mucho en pijama sentadas en el sofá, pero nada los hubiese preparado para lo que se encontraron al abrir la puerta del garage....
Marina aun estaba en el parking y yo estaba sentada en el coche.

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Ambos se quedaron parados al vernos

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Ambos se quedaron parados al vernos.
De pronto sus caras pasaron del desconcierto a deseo mal disimulado para llegar a una de enfado total.
Diego se bajó del coche y vino decidido hacia mí, cogiéndome de la muñeca y sacandome del coche de un fuerte tirón .
¿¡Se puede saber a donde pensabas ir así?! -gritó mientras yo le miraba desafiante.
Yo me limité a mirar hacia Marina para ver como Andrés la tenia contra la pared. 
De acuerdo... No eres una niña...pero por favor no me hagas esto Mar... -dijo Andrés, puesto que mi prima no le hablaba, ni siquiera le miraba...
De pronto sentí que me  metían en el  coche de un empujón.
Andrés -gritó Diego lanzandole sus llaves de casa-entrar no se vaya a enfriar,con tan poca tela no seria nada difícil pescar un resfriado...,yo tengo que hablar a solas con esta elemento de aquí -terminó guiñándole un ojo.

Entre dos AlfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora