Capítulo 22

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Me llevó por las escaleras que dan al sótano y cada paso que daba hacia que mi estómago se revolviera cada vez más, tanto que no pude contener las ganas de vomitar, libero todo lo que mi estómago contenía y me estremezco al sentir como Caín me ayuda a recomponerme. Quita la banda que está sujeta a una de las pretinas de su pantalón y me la extiende para que limpie mi boca, la tomo con desconfianza pero limpio mi boca.

Tras esperar a qué se me pase el malestar seguimos el paso, el nudo en mi garganta es fuego, lágrimas salen de mis ojos y me siento vulnerable, pérdida, hundida, sola, muy sola. Pregunto por Lucas y él solo me mira y se queda callado. Cuando voy a protestar me fijo y reconozca en el pasillo donde estamos, un escalofrío me hace vibrar y transpiro, nos dirigimos a la misma habitación donde me tenían retenida junto a Mary.

Mi cuerpo reacciona y con todo y mis manos amarradas soy capás de golpear a Caín, el hecho de tomarlo con la guardia baja me dio más ventaja. Lo golpeé en la garganta, una patada es impactada en su parte y otra en si estómago.

Salgo corriendo hacia el otro lado del pasillo sintiendo repulsión por mi misma al permitir que esto me consuma otra vez. Corro y muevo mis manos para tratar de desamarrarlas, no es hasta que veo un vidrio cortado en una ventanilla de una puerta cuando me acerco a ella para tratar de cortar la tela con la que estoy amarrada, me corto más de dos veces con mis bruscos y rápidos movimientos pero logro hacerlo y es aquí cuando escucho que viene alguien por el pasillo, abro la puerta para esconderme y entonces lo veo.

Me detengo de la forma más abrupta y paralizante del mundo, el hombre que adoro esta encadenado. Sus brazos extendidos a cada lado sujetados con cadenas  que nacen desde la pared y capturan sus muñecas, tiene una cadena en su cuello también, esta desnudo y completamente golpeado, sucio. Siento que voy a morir al verlo inerte. Esta de píe y solo. Se ve débil. Me adentro a esa sala y llego hasta él con el corazón en la boca.

—¡LUCAS!—Tomo su rostro entre mis manos y lo veo abrir los ojos casi delirante —¡¿Pero qué te han hecho mi cielo?!
—Drea—Es apenas audible su voz, el dolor me golpea y acaricio su rostro, me percato de que tiene el mismo collar de voltajes que yo cuando me secuestraron la vez que Marcus acabo con Damián.

—¡Te juro que te sacaré de aquí amor!—Beso su rotos labios y él solo respira con dificultad para luego moverse en un solo tirón de manera frustrada, me confundo  al ver su actitud pero todo se aclara cuando lo siento .

Soy arrojada al suelo brutalmente, desorientada busco a mi atacante y entonces lo encuentro, Oscar toma mi cabello haciéndome gritar y sin piedad me da un fuerte bofetón, pero reprimo el dolor para mover mis piernas y lo hacerlo caer también, estoy aturdida pero la adrenalina hace que me hace incorpore rápido. Entonces veo el control del collar descansar en el cinturón, la irá me hace actuar y solo pasa, estallo.

Me le voy encima y los golpes comienzan a ser intercambiados, él me ataca y yo también hasta que lo veo tomar el control y con una mirada sínica presiona el botón rojo. Un alarido de dolor brota de Lucas, y esa es la gota que derrama el vaso, tomo una fuerte respiración y mi movimiento es rápido, su cuello esta en mis manos y con toda la fuerza que tengo corro hasta impactar su cabeza con la pared. El sonido es fuerte. El impacto hace que hasta yo me lastime los dedos pero no me importa. Oscar queda desorientado por lo que aprovecho y le quito el control, pero no conforme con eso doy un puñetazo en su rostro,luego otro y otro hasta que mis nudillos sangran, la irá que siento pronto es cambiada por repulsión, me detengo en seco y me doy cuenta de que estoy a punto de dejarlo inconsciente. Tomo el control en mis manos para luego verificar que Oscar respire.

Me levanto cuando tomo la pistola que descansa en su cinturón, doy una patada a su estómago para que tratar de ganar tiempo. Disparo a las cadenas y las dos de sus brazos se rompen pero la del cuello es más gruesa, disparo y cuando casi esta por romperse las balas se acaban. Con la misma pistola y con la misma desesperación trato de reventar el último hilo del anillo de metal que las une, y funciona, Lucas se deja caer de rodillas y voy a él. Justo cuándo llegó y lo tengo en mis brazos Caín entra a la habitación.

DARKER ZONE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora