Esta oscuro aquí afuera, es una noche silenciosa. Si me pidieran describir lo que siento en este momento lo único que podría decir es que siento un hilo muy fino retorcerse en mi corazón, apretarlo hasta hacerme estremecer de dolor. La convicción de que alguno no saldrá vivo de esto me hace respirar el profundo aroma a grama que se desprende de la hierba del jardín trasero.
Son las dos de la mañana y no tengo nada de sueño, mi mente esta vuelta mierda. Sus palabras todavía me hacen tragar el nudo ardiente que en mi garganta se forma, yo no quiero acabar con nada y menos si tiene que ver con él.
Yo nunca había fumado en toda mi vida, su caja favorita de cigarros me hace sonreír con nostalgia. Tomo uno de los habanos y lo enciendo, cuando el humo sale de mi boca saboreo lo que queda en mis labios, no puedo evitar toser un poco ya que son fuertes. Cierro mis piernas ojos y disfruto de un minuto de serenidad. Nunca creí que tuviera razón cuando me aseguraba que el cigarro era una gran ayuda, te relajan y mucho.
Estoy en esos momentos donde quieres desaparecer y que todo se arregle por arte de magia. Sé que lo que haré va a acabar con todo y no estoy lista para perderlo todo.
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Miro por la ventanilla en la que reposaba mi cabeza, las nubes y el hermoso paisaje de un cielo perfecto aparece ante mis ojos, estoy en un avión. Me enderezo y entonces él, hermoso como siempre, está dormido a mi lado. Acerco mi mano hacia su rostro y la calidez que me ofrece su piel lleva una satisfacción a todo mi cuerpo. Sus ojos se abren y me sonríe.
–¿Me extrañaste?– Niego y acaricio su rostro y mientras me abrazo a él
– Apenas un poco– Siento su mano acariciar mi cabello y un suspiro muy lastimero brota de mis labios.
–Todo estará bien bonita– Lo abrazo e inhalo su olor, siento su fuerte cuerpo con el mío, lo siento conmigo. No digo más nada.
Estamos tomados de la mano mientras miramos por la ventana del avión, cuando menos lo espero una azafata nos informa que hemos llegado. Luego de un rato ya estamos bajando del avión con las cosas que trajimos. Barcelona, España. Nunca pensé que sería el país perfecto de Lucas, de la mano vamos caminando por las callas de esta intimidante ciudad, lo primero que hacemos es comer en cualquier Subway y discutir sobre donde nos quedaremos y que haremos.
Castellón, Valencia allí vamos...
Christian Pascual mejor conocido como Christuga para sus amigos, es un amigo de Lucas aquí en Valencia, exactamente en Castellón este pueblo particularmente hermoso.
Llegamos a la casa de Christuga y su novia, llevamos ocho horas en España y ya hemos pasado de Barcelona a Valencia, más las otras doce horas de vuelo y escala. Me duele hasta el culo realmente y puedo decir que Lucas está más agotado que yo por alguna razón.
Me encargo de acomodar la habitación donde nos quedaremos, la novia de Christian, Sarah me ayuda mientras ellos van por comida, saco las cosas de nuestras maletas y aparto algo de ropa para cambiarnos esta noche.
El cansancio no fue motivo para dejar pasar unas cuantas cervezas y es que el calor es insoportable aquí, nos quedamos en sala viendo un partido de fútbol el cual ni siquiera estoy viendo pensando en todo lo que ha pasado y en lo que podría venir.
Lucas me mira y se acerca a mí para abrazarme fuertemente, acaricio sus brazos y siento como besa una de mis mejillas. El rubor surge en mi cuando susurra en mi oído "Soy el amor de tu vida" me giro y lo miro con picardía, él sonríe para luego besar mi nariz y susurrarme " Tu eres el mío" sonrió y asintiendo lo beso en su mejilla. Miramos la televisión abrazados fuertemente.
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DARKER ZONE ©
Teen Fiction"Somos adictos a lo que nos destruye, nos volvimos la perdición de cada uno"