Frankenstein o el moderno Prometeo de Mary W. Shelley
Cuando esté exultante por el éxito, no tendré a nadie con quien compartir mi alegría; si el abatimiento me embarga, no habrá quien intente sacarme de mi melancolía. Siempre puedo confiar mis pensamientos al papel, por supuesto, pero ése es un pobre medio para comunicar los sentimientos. Deseo la compañía de una persona que piense como yo y que me comprenda sin necesidad de palabras. Puede que pienses, querida hermana, que soy un romántico, pero siento profundamente la falta de un amigo. (Capitán Robert Walton)
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Me hace mucha falta un amigo con la sensibilidad suficiente como para no despreciarme por ser un soñador. (Capitán Robert Walton)
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¿Por qué se vanagloria el hombre de una sensibilidad superior a la de las bestias? Esto tan sólo nos convierte en seres más dependientes. Si nuestros impulsos se limitaran al hambre, la sed y el deseo, podríamos ser prácticamente libres. Pero nos conmovemos por el viento que sopla, una palabra cualquiera o la imagen que esa palabra despierte. (Victor Frankenstein)
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¿Acaso el hombre podía ser tan poderoso, tan virtuoso y magnífico, y al mismo tiempo tan despiadado y malvado? En un momento parecía ser la misma encarnación del principio del mal y, al momento siguiente todo lo que hay de noble y divino. Ser un hombre grande y virtuoso parecía ser el mayor honor que podía acaecerle a un hombre sensible. (Monstruo de Frankenstein)
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¡Qué extraña naturaleza la del conocimiento! Una vez que ha atrapado la mente, se agarra a ella como un liquen sobre la roca. (Monstruo de Frankenstein)
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¡Maldito creador! ¿Por qué creaste un monstruo tan horrible que hasta vos mismo le disteis la espalda con repulsión? Dios, en su compasión, hizo al hombre hermoso y atractivo, a su imagen y semejanza. Pero mi cuerpo no es sino una obscena imitación del vuestro, más horrible todavía por este parecido. Satán tenía a sus compañeros, otros diablos que lo admiraban y lo animaban, pero yo estoy solo y soy detestado. (Monstruo de Frankenstein)
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Cierto es que yo pedía algo mucho más valioso que un poco de comida y descanso: yo pedía amabilidad y compasión, pero no creía ser indigno de ella. (Monstruo de Frankenstein)
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La vida del viajero incluye muchas penurias entre todos sus gozos. Los sentimientos del viajero están en permanente cambio; y en cuanto comienza a descansar, se ve obligado a abandonar aquello que le produce placer por algo nuevo que atrae su atención y que abandonará a su vez por otra novedad. (Victor Frankenstein)
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Ten cuidado, porque no tengo miedo y eso me hace poderoso. (Monstruo de Frankenstein)
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El ángel caído se convierte en el maligno diablo. Sin embargo, incluso ese enemigo de Dios y del hombre tenía amigos y socios en su desolación. Yo estoy solo. (Monstruo de Frankenstein)
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¿Acaso soy el único criminal cuando toda la humanidad ha pecado contra mí? (Monstruo de Frankenstein)