Las Primeras Veces [MiriTama]

La primera vez que Tamaki sintió celos

Normalmente siempre sabía que decirle a sus amigos o como consolarlos, pero en esa situación actual no podía hacer o decir nada, era muy diferente tratar con Mirio a tratar con Tamaki, y era que aunque a veces los caracteres del rubio y ella chocaban, por lo menos el era más abierto y expresivo, contándole sus pensamientos o sentimientos en más de una ocasión, pero en cambio el azabache era más reservado, y no solía hablar así de fácil sus sentimientos.

Ya habían tenido los exámenes de mitad del curso, no era sorpresa que Tamaki y Nejire hubieran terminado en los dos primeros lugares, siendo ganado por la chica esta vez, lo que si era la noticia del momento y todos hablaban de ella era que Mirio había terminado en quinto lugar de toda la lista, en ese periodo de vacaciones y de mitad de año se había vuelto más fuerte y con nuevas habilidades, sorprendiendo gratamente a los profesores y alumnos.

Tamaki se sentía real y genuinamente feliz por el rubio, sabía cuanto se había esforzado por eso y pensaba que se lo merecía, el problema era que ahora que se había vuelto "popular", todos le hablaban y hasta algunas personas descaradamente le pedían citas, y aunque el rubio obviamente rechazaba a las personas eso no mejoraba el ánimo de Tamaki. 

Y era que aunque Mirio les rechazara sabía que iban a seguir insistiendo, porque al final ambos habían decidido que su relación solo la sabrían las personas de su clase, amigos muy cercanos y familia, porque después de todo no querían algún comentario inapropiado de alguna persona que pensara que eso estaba mal, entonces para ojos del resto del colegio, ambos eran mejores amigos.

Era por eso que la situación en la que estaba Nejire era tan difícil, porque sabía que Tamaki estaba fastidiado porque tantas personas se le acercaban a su novio, pero no podía ayudarlo porque cada vez que intentaba hablarle el le respondía: 

- Estoy bien, no estoy celoso de todas esas personas - 

°~°~°

Lo que no sabía la chica era que era verdad lo que decía, no estaba celoso de esas personas, de hecho jamás había sentido celos de nadie, solo le fastidiaba un poco el hecho de que ahora que todos querían estar con Mirio, ya no pasaban tanto tiempo a solas como antes, pero de cierta manera nunca había estado celoso de nadie jamás.

O eso pensó hasta que un día en el colegio mientras hablaban los tres de algún trabajo que tenían juntos, el rubio por estar distraído empujó sin querer a una persona, provocando que cayera, por suerte los reflejos de Mirio eran tales que con suerte había logrado sujetar la cintura de esa persona con un brazo mientras que con la mano del otro brazo sostenía su cuello, creando una visión que recordaba a las de esas películas románticas de hollywood.

Mirio lo veía fijamente pensando que ojalá no lo hubiera lastimado, pero lo que molestó a Tamaki era el hecho de que se habían quedado quietos en esa posición por mucho tiempo, quizá más del que le hubiera gustado, sin mencionar que ese chico lo miraba desde abajo completamente sonrojado.

- Perdón, estaba distraído, así que no te noté - Se disculpó tratando de volver a una posición más normal. 

- N-no te preocupes, y-yo t-tuve la culpa - Respondió ese chico de cabello albino, llevando una mano a su cabello para acomodar un mechón detrás de la oreja. 

- Quedemos en que la culpa es de ambos - Sugirió Mirio sonriendole feliz, logrando que tanto Nejire como Tamaki lo miraran con desconfianza y fastidio. 

- E-esta bien, tuve suerte de que fueras tu el que me salvara, así que insisto en que debo invitarte a comer o beber algo para agradecerte - Comentó el más bajo, y aunque no parecía la gran cosa, los dos amigos del rubio habían notado ese tono coqueto que tenía su voz, causando un gran fastidio en al azabache.