El primer reconocimiento

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Sentía como le pesaba el cuerpo mientras se vestía con el uniforme del colegio, en parte no quería volver, ese mal presentimiento seguía y además estaba cansado. La noche anterior no había podido dormir bien a causa de unas pesadillas que había tenido, causando unas muy notorias ojeras bajo sus ojos. 

Lo único bueno que podría sacar de ese día era que volvería a ver a Nejire, desde el viaje que había tenido con su novio no había tenido oportunidad de ver a la chica, más que nada porque ella también había salido de viaje con unas amigas y no volvieron hasta la noche anterior.

Salió de su cuarto y fue a la cocina, tomó un pan y un poco de jugo a la vez que se despedía de su madre y se iba, de camino al instituto pensaba en su madre, los dos se habían vuelto muy unidos aunque eso a veces no era bueno, teniendo como un principal y claro ejemplo cuando volvió de su semana con Mirio, su madre lo miró durante un par de minutos con los ojos entrecerrados como si estuviera juzgándolo por dentro, hasta que dijo una frase que se quedaría de por vida grabada en su mente:

"Te acostaste con Mirio ¿Verdad? Se nota que ya no eres virgen"

No estaba seguro que era lo que buscaba o cual era el objetivo que tenía su madre cuando dijo eso, apenas terminó de decir eso simplemente se avergonzó tanto y entró en un nivel de ansiedad tal que simplemente su cuerpo colapsó en un desmayo que le duró hasta la noche del día siguiente.


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Caminaba con su usual desgano a la vida, cuando en el parque al que siempre acudía se encontró a su novio sentado en el borde de la pileta con los ojos cerrados y escuchando música con los audífonos puestos. Sonrió levemente, estar con el rubio siempre lo calmaba. El hecho de verlo así de tranquilo, como si nada malo fuera a pasar le hacía pensar que así era, que nada malo sucedería si estaba a su lado.

Caminó hasta él con calma y cuando llegó enfrente no había necesidad de hacer algo más porque a penas terminó por pararse en su lugar el rubio abrió los ojos como si lo hubiera sentido. Se miraron un momento mientras el más alto se quitaba sus audífonos, después de eso solo se miraron unos segundos más.

- Buenos días Tama - Saludó el rubio con una sonrisa y un beso en la mejilla.

- Buenos días Mirio - Correspondió las palabras mientras se avergonzaba un poco por el gesto de su novio.

Después de eso ya no hubieron más palabras solo caminaban con los meñiques de sus manos entrelazados, por lo menos hasta que llegaron al colegio. Apenas entraron notaron a un chico peli-verde en la entrada a punto de caerse de no haber sido por una alumna castaña, y aunque les extrañó no dijeron nada, se mantuvieron al margen mientras seguían caminando a su aula, en donde fueron sorprendidos por una peli-celeste quien saltó a los brazos de ambos sujetándolos con un fuerte abrazo.

- ¡CHICOS, LOS EXTRAÑÉ TANTO ESTE VERANO! - Comentó en un casi grito la chica, mientras los otros se limitaban a sujetarla para que no cayera y sonreían.

- Hola Nejire - Saludaron ambos con cariño.

- ¡No hay que volver a separarnos jamás! - Ordenó la chica en son de broma, el azabache solo siguió sonriendo mientras que el rubio se rió divertido.

- No lo sé, lo pasé de maravilla lejos de ti - Bromeó el rubio separándose del abrazo fingiendo asco.

- ¡Oye! - Exclamó la de cabellos celestes haciendo un puchero, pasaron un par de segundos de silencio hasta que los tres comenzaron a reír, claro que uno de forma muy sutil.

Las Primeras Veces [MiriTama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora