Las Primeras Veces [MiriTama]

Los primeros chocolates

Igual que cada mañana, Mirio se levanto, y después de hacer lo que hace cada mañana salió de su casa con una sonrisa en su cara, viendo como era un día frió y que la noche anterior había dejado las calles y techos blancos, después de algunos minutos caminando pudo ver como su novio estaba esperándolo en el centro del parque para irse juntos al colegio. 

Novio esa palabra aun le sabía tan dulce e imposible, seguía sin creerse que Tamaki y el eran novios, había soñado con eso gran parte de la secundaria, creyendo que nunca pasaría y era imposible, pero no, ahí estaba el, mirándolo con esos ojos que prometían quererlo por siempre.  

- Buenos días Tama - habló Mirio una vez llego al lugar donde se sentaba su novio, le abrazo un rato, para luego soltarlo.

- Buenos días Mirio - se acercó el azabache hasta dale un corto y casto beso en los labios - Te ves más feliz hoy ¿Ocurrió algo de lo que deba saber? - Pregunto el chico con curiosidad. 

- Nada que debas saber por ahora - Respondió el rubio con una sonrisa traviesa. 

- ¿De verdad? ¿No hay forma en la que pueda sacarte la información? - Pregunto el azabache de forma divertida volviendo a besar a su novio. 

- No, si te lo digo tendría que matarte - Respondió Mirio correspondiendo el beso. Tamaki solo se rió por el comentario hecho por su mejor amigo. 

- De acuerdo señor misterioso, después intentare sacarle la información, por ahora vamos a clases - Comento Tamaki divertido por la situación.

Los dos jóvenes se tomaron de la mano y comenzaron a caminar en dirección al colegio, Mirio no podía asegurarlo (más que nada por lo anteriormente ocurrido), pero mientras iban caminando y hablando creía haber sentido que Tamaki estaba un poco más distraído de lo usual, como si algo le molestara.  A pesar de eso decidió que lo mejor era no preguntar, si algo sucedía el se lo iba a comentar a su tiempo. 

Aunque al principio los besos entre ambos eran pocos y ambos se morían de vergüenza, conforme pasó el tiempo a ambos se le comenzaron a hacer gestos normales entre ambos, ya sea para saludarse, despedirse o cuando a uno (o ambos) solamente querían hacerlo. Mirio estaba feliz por eso, después de todo su novio al fin se había soltado un poco más en la relación, eso daba a entender que Tamaki estaba más que cómodo con todo lo que ocurría. 

Al llegar a su clase todo paso tan rápido, en un segundo estaba con Mirio tomándolo de la mano, y al siguiente alguien lo arrastraba fuera de la clase, mirando como se alejaba de su novio. Tan pronto como paro de correr pudo ver que la persona que lo había secuestrado era su amiga Nejire. 

- ¿Y ahora qué sucede Nejire? - Preguntó Tamaki agitado por el reciente e inesperado esfuerzo físico. 

- ¿Ya estás preparado para la semana que viene? - Preguntó la chica mirándolo como si fuera un interrogatorio. 

- No, he intentado todo, pero no me sale. Creo que no es lo mio cocinar - Respondió Tamaki apoyando su cabeza en la pared. 

- Vamos amigo no te deprimas, ¿Qué tal si en esta semana te enseño para que puedas hacer algo comestible? - Preguntó Nejire sonriendo amablemente.  

- Sería grandioso, muchas gracias - Expreso el azabache abrazándola, mientras la chica le devolvía el abrazo, se quedaron asi un rato hasta que alguien interrumpió. 

- Emmm chicos el profesor ya llego y pregunta por ambos - Sonó la voz de Mirio, cosa que hizo que ambos jóvenes se separaran abruptamente. 

- Si claro, yo me voy adelantando chicos - Habló la peliceleste corriendo al salón lo mas rápido que podía. Cuando ambos chicos se quedaron solos hubo un silencio sepulcral, sin que ninguno supiera como romperlo.