La primera borrachera

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—Vamos Tama, no es tan malo, de hecho puede ser divertido ¿No crees? — Preguntó una chica completamente entusiasmada con la noticia que les acababan de dar. 

—Será un desastre, lo arruinaré todo y terminaré dañando su juventud, no querrá convertirse en héroe y de hecho terminará uniéndose a los villanos y morirá joven de sobredosis de droga — Comentaba el azabache deprimido mientras apoyaba su cabeza en la pared más cercana.

—No creo que sea para tanto — Comentó el castaño riendo de la actitud extrema y pesimista de su amigo. 

—¿Qué sucede, Tama? ¿Por qué estás de nuevo contra las paredes? Creí que ya habíamos hablado de eso — Preguntó un rubio recién llegado y confundido. 

—Nos acaban de informar que los de primero se nos van a unir en las oficinas como compañeros ¡Lo que significan que serán nuestros kohais! Pero Tama cree que el muchacho que será su kohai terminará siendo un villano drogadicto que morirá por su culpa ya que nos fue un poco… mal en la última misión — Informó la chico sonriendo con algo de pena al ver a su amigo realmente deprimido, entonces solo vió al otro asentir con la cabeza y acercarse a su pareja.  

—¿Confías en mí, Tama? — Preguntó seriamente mientras el otro asentía con la cabeza —Entonces confía cuando te digo la verdad, que todo saldrá bien — Terminó de decir mientras extendía sus brazos para recibir a un azabache que se lanzaba a abrazar a su novio.

Inhaló su aroma profundamente, sintiendo aún más culpa a medida que pasaban los días y no hablaba con el rubio.

—Está bien, confío en tí — Cuando el rubio lo decía sonaba a verdad, la voz tan seria y confiada de su novio calmaba su inseguro corazón. 

°~°~°~°

De esa conversación ya había pasado una semana, una en la cual todos habían conocido a los que serían sus compañeros, y aunque todos adoraron a los de primer año algunos no habían tenido una buena primera experiencia. Era esa la razón por la cual ahora los cinco se encontraban en la mesa de una enorme casa con la música resonando fuertemente y muchachos de la misma edad por todas partes, todos con algo en común: Todos estaban bebiendo.
 
—Vamos, no se depriman. Lo hicieron bien ambos, solo necesitan más… práctica — Intentaba animar el castaño aún sabiendo que no iba a funcionar. 

—Claro que no, lo arruine todo. No tengo derecho a que me llamen sempai — Contradijo un albino tomando más de aquel líquido de dudosa procedencia.

—Yo sabía que iba a arruinarlo todo, no se porqué pensé que iba a poder lograrlo, todo lo que hago siempre es un fracaso. Solo hago que las personas se decepcionen — Completó un azabache completamente derrotado a lado del otro con aura deprimida. 

—Yo creo que lo hiciste increíble Tama, tu jamás podrías decepcionarme, no podría estar más orgulloso de ti — Concluyó el rubio besando la frente de su pareja, quien aparte de sonrojarse sentía las lágrimas acumularse en sus ojos, por ello terminó levantándose de su asiento tan rápidamente que logró asustar a todos en la mesa. 

—Debo ir al baño, vuelvo enseguida — Dictó con la voz ligeramente quebrada y yéndose del lugar tan rápido como pudo, dejando a sus compañeros preocupados. 

—¿Deberíamos...? — Intentó preguntar la chica sin saber qué hacer.

—No — Dijo cortante Mirio — Si Tama se fue así de rápido de aquí es porque no quiere que nadie lo vea en este momento, es mejor respetar su decisión — Finalizó el rubio con los ojos cerrados y la voz firme, dejando a todos sin palabras. 

Las Primeras Veces [MiriTama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora