Capítulo 33 | Falsas esperanzas.

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Dimensión B

Jueves 18 de Octubre del 2018— 20:05.

El remordimiento se infiltraba en su ser.

La situación en la que se encontraba era algo que empeoraba lentamente, como si fuera un tipo de droga que lo mataba sin que alguien se diera cuenta de ello. Fue debido a ello que se preguntaba, ¿había alguna solución al respecto? No era una sola vez que pensaba al respecto, ni dos; eran miles de veces las que quería que acabara todo.

Sin embargo, al tener a Michael frente a él, mirándolo de una manera psicópata lo paralizaba de miedo, él no sabía en qué cavilaba Michael, pero era de hecho, algo cruel.

—Bien, ¿en qué estaba?

Ni bien Michael habló, la atmosfera de la sala se tensó. Sus movimientos eran unos simple pasos, algo que pareciera tan común, pero si a esto le agregasen que la persona escogida por él sería torturada, no hacía sentir a uno tranquilo. Además de eso, había una chica la cual trataba de no llorar, pero no podía. Lorena, quien tenía su falda en el suelo y mostraba su ropa interior no dejaba de temblar por el miedo.

—Empecemos, ¿sí?

Parándose frente a Lorena, Michael se iba acercando a ella.

Dylan nuevamente caía en la desesperación.

No una ni dos, ni tres; ya eran varias las veces en la que él no podía hacer nada. Antes hizo que su determinación intentara llegar a Michael y así, pudiera salir libre; no obstante, fue a causa de que Michael tuviera una pistola y que lo amenazase de matarlo, que detuvo todo.

Las mismas excusas no iban a funcionar, él tenía que hacer algo.

— ¡¡Sueltalaaaaaaaaaaaaa!!

A pesar de estar tirado y llorar como un débil y estúpido niño, Dylan gritó, para que, aunque sea, algo logre evitar el tan certero evento que podría suceder frente a él. No le importaba si era golpeado, disparado o humillado; ese era su resolución y su intento de hacer algo al respecto. Sin embargo, cuando Michael giró, cayó al instante al suelo, pues Lorena pateó sus piernas, aun cuando tenía la falda en el suelo.

— ¡¿Qué-e!

—¡J-jefe!

Lorena siguió pateando como podía a Michael hasta que otro guardia llegó y la sostuvo de sus piernas; algo que hizo sentir totalmente asqueada a Lorena.

— ¡¿Qué idiota me ha pateado?! ¡Ahora!

Sacudiendo su traje, Michael se paró del suelo y miró con unos ojos llenos de furia a todas las personas, deteniéndose en Lorena. La sonrisa repulsiva que formaron sus labios la hizo tensarse y caer sin más. Las cosas se iban colocando más trágicas para el grupo de Dylan.

Hasta que———

—Todos los que están en esa casa retírense, repito, queremos evitar disparar. Todos retírense con las manos hacia arriba y suelten a los rehenes.

Alguien desde afuera habló en altavoz mientras que a la vez las sirenas de policías se empezaron a escuchar. La llamada de la policía tomó desprevenido a todos en la sala, quienes se quedaron en silencio unos segundos.

— ¡¡¡Maldición...!!! ¡¿Quién llamó a la policía?!

Los guardias, las chicas y hasta Dylan se quedaron callados, nadie sabía que haría Michael si descubriera quien fue quien llamó a las autoridades. Por esa misma razón Dylan trataba de no sonreír y tapar su cara de Michael.

— ¡¡Lo que sea!! ¡¡Disparen a las chicas!!

La orden se había dado.

El tiempo transcurrió de manera lenta en los ojos de Dylan, giró su cara del suelo y observó como todas gritaron de terror, la mayoría cayó al suelo por el shock de lo que iba a suceder en ese instante.

Reinicio FallidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora