Capítulo 10 | Desesperación.

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Lunes 15 de Octubre del 2018— 7:12.

El cuerpo de cierta chica estaba frente a Dylan. La sangre que la rodeaba era tan roja que brillaba, pero esto duró solo los primeros segundos en el que la vio, el silencio del lugar era tan sutil que nadie creería lo que había pasado allí. Sin embargo, Dylan ya había pasado por tantos bucles y vio tantas maneras en la que uno puede morir, por lo que, en vez de mirar y aterrarse, corrió hacia ella sosteniéndola en sus brazos.

—¡Isabella! ¡Responde! ¡¡Isabellaaaa!!

Nervioso y sin evitar temblar, tocó el pulso de su muñeca, pero no sintió latido alguno.

—Wah...N-no....no....nonononono...no te vayas.

Aunque no quería creerlo, Isabella ya había muerto. Las lagrimas descendían de sus ojos, a pesar de tenerla en sus brazos, sintió que ya la perdió para siempre. No poseía el artefacto que lo regresaba en el tiempo y era poco posible que la policía descubra quienes hayan usurpado la casa de Dylan. Él ya sabía todo eso, y aun teniendo en cuenta tal información, rezaba dentro de sí que ya no le quiten a nadie más preciado para él.

Sin embargo, Dylan ya suponía que el destino era cruel con él mismo.

—¡¡A-ayuda!!

Con la poca convicción de que haya alguna posibilidad de rescatarla, Dylan gritó por ayuda. De esa manera, un profesor llegó hacia donde estaba él.

—¡¿Qué ocurrió aquí?! ¡¿Huh?!

El profesor miró aterrado a la pareja, un chico sosteniendo a una chica con su ropa llena de sangre, hasta él siendo adulto no sabía si creer en las palabras que diría el alumno.

—N-No. ¡Yo la encontré así! ¡Ayúdame! ¡Llame a la policía o ambulancia!

Aun dudando de las palabras del chico, el profesor decidió ayudarlo. La escena era grave y dudando o poniéndose a filosofar el tiempo de vida de la chica se apagaría.

— ¡Ah! Vale, yo la cuidaré, tú llama a algún profesor para que venga aquí, ¡rápido!

—¡E-Esta bien!

Soltando a Isabella de sus brazos, se quitó la casaca que estaba usando ya que esta se encontraba empapada con sangre, para luego salir corriendo por ayuda dirigiéndose a la sala de profesores.

—¡¿Hay algún profesor?! ¡Ayuda!

Gritando por los salones cercanos Dylan tenía la esperanza de encontrar a un profesor, sin embargo, a medida que avanzaba, no encontraba a ninguno.

—¿Qué pasa?

Un chico que recién llegaba a la institución se topó con Dylan y lo miró confundido.

—¡¿Viste a algún profesor?! ¡Es urgente!

—¿Ah? No te entiendo... ¿Estás bien?

—¡No! Una amiga...murió y no sé quién lo hizo y....y...

No puedo calmarme.

Como si su cuerpo fuera controlado por otra persona, Dylan trataba de no temblar y sentirse seguro, pero no podía. Todos sus pensamientos se aglomeraban provocando una confusión en su mente, sus brazos y piernas no dejaban de temblar, y por último su lucidez era escasa, lo único que quería hacer era llorar como un niño, pero no se permitía eso, para él aun era posible salvar la vida de Isabella, aunque este sea una escasa probabilidad.

—¿Murió? ¿Quién? ¿Acá? ¿Dónde?

¡Maldita sea! ¡Él no entiende!

— ¡No es hora de chismosear! Dime si viste a un profesor, ¡por favor!

Reinicio FallidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora