(One piece) Sálvame [Yaoi]

Capítulo 24: ¿Despedidas?

―¿Estas bien?― Preguntó cuando entró a la habitación y vio a su amigo con la cabeza baja y los codos apoyados sobre sus rodillas.

―Si...― Suspiró pesadamente―. Bueno, un poco nervioso―. Levantó la mirada―. La Familia Donquixote es muy poderosa, y si nos descubren...

―Muerte segura―. Completó la oración―. Pero, es algo que ya sabíamos al momento de aceptar la misión.

―Lo sé...― Sonrió de medio lado―. ¿No te asusta? La muerte...

―No―. Su mirada se ensombreció―. Tú y yo hemos presenciado la muerte de cerca, estuvimos en la fina línea... Así que temerle sería algo estúpido, más cuando no tienes razones para seguir vivo―. Sus ojos se fijaron en él―. No sé tú, pero yo no.

―¿Y yo que soy? ¿Una popo del inodoro?― Inquirió ofendido al escucharlo, el pelirrojo dejo escapar una sonora carcajada.

―No, idiota, eres mi mejor amigo―. Respondió―. Pero, sé que estarías bien, aunque no esté aquí.

―Deja de decir esas cosas, saldremos ilesos de esa misión e invitaras a salir a Trafalgar de una vez por todas―. Las mejillas de Kid se colorearon ante eso.

―Pero... ¡¿Qué dices! ¡A mí no me gusta ese tipo!― Esta vez fue el turno de Killer de reírse, el pelirrojo a veces era demasiado obvio.

―Por favor, ¿creías que no lo sabía?― Sintió los ojos filosos del mas alto, pero no le importo―. Hace años que estas enamorado de él, desde la primera vez que lo viste en ese hospital.

―Imbécil―. Se giró para que no viera sus mejillas todas sonrojadas―. Solo se me hace atractivo, nada más.

―Si, claro―. Giró los ojos, pensando en lo terco que era.

―Cállate.

En alguna parte de Sabaody.

Caminaba sin rumbo, la noche cada vez estaba mas fresca y la luna mostraba todo su esplendor en el centro del cielo.

―Le debo una explicación a Katakuri...― Fue lo primero que pensó. De seguro el mayor ya había llegado al departamento, viendo todo el desastre que dejo―. Me va a matar...― Seguramente no estaría nada contento, primera vez que lo dejaba solo en su casa y ya se mandaba una.

Se sentó en un banco, realmente no tenía ganas de nada. Las cosas iban de mal en peor, una tras otra. ¿Cuál sería el final de ese camino?

―¡Ya me voy, viejo!― Giró levemente su cabeza al escuchar eso, viendo la silueta de un hombre alto y rubio, pero su fleco que le tapaba media cara impedía que pudiera ver completamente su rostro―. ¡Mañana a las diez estaré aquí!― El hombre comenzó a caminar en dirección contraria a él, por lo que solo pudo ver su espalda.

Se quedó observándolo, preguntándose como sería la vida de esa persona. ¿Viviría tranquilamente? ¿Sería feliz? ¿Cómo serian sus padres? ¿Tendría hermanos?

―Dios, que estoy pensando...― Ladeó la cabeza, ¿por qué se ponía a pensar sobre una persona que ni siquiera conocía?― Tengo que ir a hablar con él―. Se levantó y comenzó a caminar hacia el departamento de su novio, le debía muchas explicaciones.