Parte 21: Mi confesión

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21-Mi confesión

**Shizuku**

Oigo los toques en mi puerta a las ocho de la mañana mientras mi cuerpo asciende y desciende sobre la dura polla de Ginjo haciéndome jadear sin parar. Aprieto los dientes intentando bajar el ritmo al oír la voz de mi padre al otro lado.

-¿Shizuku? Vas a llegar tarde al instituto-

-Hoy...hoy me quedo papá...no me encuentro bien...ah.....-

-¿de nuevo enfermo? De acuerdo, hablaré con tu tutor, volveré con medicinas-

Aguanto casi la respiración hasta que mi padre se aleja del pasillo y caigo sobre la cama boca abajo con Ginjo arremetiendo con fuerza desde atrás.

-Ah! Ah! Sí ¡más! Ah!...ah!.....-

-¿de veras estás enfermo precioso? Tu cuerpo está ardiendo...-

-Ah...tu polla...está muy caliente...ahh!-

-eres un mentirosillo...quedarte en casa para follar...-

-Agh! Ah!- la culpa la tiene él por meterse en plena noche en mi cuarto por la ventana. A veces Ginjo, otras Rose...no les importa hacerlo en mi casa porque mi padre respeta tanto mi intimidad que no entra si ve la puerta cerrada, señal de que no quiero que me moleste. Aprieto mis manos sobre las sábanas notando como acelera las embestidas y mis gemidos empiezan a ser más cortos por la falta de aire.

-Ah-ah! Ah!! ¡¡AAH!!- todo se vuelve blanco y consigo abrir los ojos viendo como Ginjo se está poniendo el pantalón mientras su semen sale de mi culo cuando me muevo.

-tengo que ir a trabajar ¿sobrevivirás sin mí?- él da una carcajada y yo le tuerzo el gesto mientras se despide de mí guiñándome un ojo y saliendo por la ventana. Tiene suerte de que vivamos en una casa de una planta y pueda colarse con tanta facilidad. Cuando lo hacemos en mi casa a escondidas de mi padre me recuerda a mi primera vez hace un año...es algo que no podré olvidar...

--Flashback—

Clavo mis uñas en los brazos de Rose que me tienen sujeto por la espalda mientras Ginjo me baja los pantalones del pijama dejándome desnudo de cintura para abajo. Apenas hace una hora estábamos cenando junto a mi padre y ahora estoy entre ellos sin saber que quieren hacerme. Me tiemblan tanto las piernas que no me sale la voz ni para avisar a mi padre que se ha quedado dormido por un fuerte somnífero.

-Shizuku no temas... ¿te gustaría que te hiciéramos lo mismo que hacemos con tu padre?- recuerdo cuantas veces les he pillado teniendo sexo los dos con mi padre mientras éste gemía como un animal en toda la casa. Me ruborizo cuando Ginjo se desnuda mostrándome una polla grande y erecta que palpita ante mis ojos.

-esto puede ser tuyo, pequeño... ¿quieres acogerme en tu cuerpo?- noto como Rose está depositando pequeños besos en mi cuello tenso y Ginjo se lame un par de dedos antes de llevarlos más allá de mi polla y meterlos en mi ano haciéndome gritar.

-Ah! Due...le....-

-relájate...te gustará, tienes que calmar tu cuerpo...- cierro los ojos sintiendo los dedos de Rose sobre mis pezones y jadeo de placer cuando noto como mi propia polla se yergue por el cosquilleo que siento con los dedos de Ginjo dentro. Empiezo a mover mi cadera a su compás y él gruñe cuando oprimo sus dedos.

-déjame a mí Ginjo. No te preocupes precioso, disfrutarás muchísimo...necesito que relajes tu esfínter un momento- me pongo a cuatro patas en la cama y resisto los dedos de Rose notando que ha metido algo duro en mi agujero y está empujándolo al fondo de mi interior. Me agarro a Ginjo asustado y a los pocos minutos busco sus labios con desesperación al sentir que mi cuerpo abrasa tanto que no puedo estar quieto.

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