Habían sido días extremadamente agotadores, llevaba horas persiguiéndola.
Las horas de cansancio se iban sumando poco a poco en mi cuerpo y la verdad no sabía hasta cuando iba a poder seguir así.
Estaba buscando a aquella persona que había cambiado mi vida por completo, estaba buscando a aquella musa, la cual, por un momento iba a cambiar mi forma de ver el mundo.
Aunque esa persona me hubiese desechado, eso no significaba que yo no podría seguirla por siempre. Quizás, una parte de mi la dejó, pero en el fondo de mi ser nunca dejó de existir.
Quiero que imagines un poco como se ve mi mente, quiero que puedas recrear aquella escena que me atormenta constantemente.
Imagínate parado en una tormenta de invierno y que te logró atrapar en subida, retirarte no es una opción. Imagina como lentamente se comienza a congelar tu cara y tu mente comienza a nublarse por la fatiga, quiero que sepas solo el comienzo de mi martirio.
El aire se siente frío, los minutos pasan y sigo caminando tras de ella. No se detiene, no deja huellas en el camino.
El camino comienza a tornarse vertical, el tiempo practicamente se detiene pero mi cuerpo sigue en movimiento. A paso rápido creo que por fin la alcanzaré, por fin llegará la hora en donde esta tortura termine, por una vez por todas, seré libre.
Tomando el ultimo aliento que me queda me impulso hacia adelante, en un ultimo impulso logro atraparla.
Una vez en mis brazos e infinitamente satisfecho, abro mis ojos que había cerrado por la emoción y solo veo una sombra.
Mi rostro que ya no podía má,s se desfigura. Solo tendí a cerrarlos nuevamente y llorar frente a aquellas mala pasada que me jugó el destino.
Ya despierto y fuera de aquella pesadilla, me levanto como todos los días. Estoy listo para un nuevo día de sufrimiento silencioso.
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Historias cortas vol.2
Short StoryPequeñas historias que son perfectas para leer durante la noche. ¿Tienes insomnio? Lee alguna de ellas.