Monólogo interno y la noche.

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Estaban todos durmiendo, salí de la casa y me dirigí al patio. La oscuridad de la noche normalmente asusta, te deja perplejo. Sientes que eres una sombra más en un paisaje cubierto por lo negro y que es delicadamente iluminado por la luna, las estrellas y las pocas luces de los focos que podrían estar prendidos aún. La oscuridad, la noche en sí. Al menos ahora, no me asustan para nada.

Muchas personas dicen que debes tener tu mente en blanco para afrontar ciertos problemas. La mente en blanco para mi significa que vacías todo. Nadie puede hacer eso, siempre algo pasará por nuestra mente y nos manchara aquel blanco que buscamos tan ansiosamente.

La oscuridad, la noche o el negro, como busques llamarle, es un exceso de muchos colores. Es decir, que de cierto modo nuestra mente, en constante desarrollo siempre tiene una gama de colores que en algún momento se va a unir y generará oscuridad.

Esta noche, salí para poder pintar. No pintaré en ningún papel, no pintaré sobre ninguna superficie en particular. voy a sofocar mi mente a tal punto que cuando cierre los ojos, vea tan oscuro como cuando veo en esta noche.  Quiero que, una vez este sofocado, aquellas luces vayan apareciendo poco a poco y pueda tener el paisaje de la noche en mi mente.

Una vez listo el paisaje, monto la escena en mi cabeza.  Busco los personajes, el lugar preciso en donde se va a desarrollar la historia que quiero crear. Es un poco cómico todo esto, siempre busco que los protagonistas seamos tu y yo. Lamentablemente, nunca puedo imaginar un final feliz para ambos. Los finales para mi son difíciles, por eso, siempre trato de dejar finales abiertos o inconclusos. He dejado muchas historias sin terminar. Es complicado terminar un cápitulo en decepción.

¿Sabes lo difícil que es crear en tu mente la noche? Mi cerebro queda exhausto. Todos los colores que llegan a mi cabeza se crean día a día, todas las tonalidades que te puedas imaginar, llegan a mi cabeza. Crear algo desde cero es una obra maestra, sea reconocido o no.

Que tu obra le guste a alguien es un logro, que tu obra toque a alguien y de cierta forma lo marque es lo que busco con cada frase que creo.

Han pasado solo cinco minutos desde que salí. Me bebí un vaso de ron, me lavé la cara y aún no me siento pero, en mi mente han pasado generaciones de personas. Cada una de las personas con distintas realidades pero, al final todas convergen en lo que veo en nosotrosm lo que vivimos.

¿Que por qué escribo? Asi libero todo aquello que tengo guardado y guardo todo aquello restante. Imagina cada una de mis historias como álbumes de fotos. Puedo ver mi pasado y mi futuro, del presente no me gusta escribir. En verdad, no es que no me guste, es que es simplemente imposible escribir algo del presente. Una vez que toca la pagina, ya es parte del pasado.

¿Que cómo puedo escribir sobre el futuro? porque se que aun no ha pasado y que podría pasar.

Cada historia es una noche para mi, no todas las noches son iguales pero, comparten lo mismo. Comparten aquel sentimiento de poder guarecerme en un manto gigante, de pensar que no existen límites, pensar que soy infinito.

¿Para quién son mis obras? Pues, para el que desee leerlas, no limito lo que hago a nadie. Pero, deicar una parte de mi ser a alguien, creo que demuestra lo importante que es esa persona, creo que esa persona puede valorar el trozo de mi vida que he puesto allí.

Miro una vez más el cielo, sonrío y me devuelvo.

La casa silente, espera la llegada del sol. La cama está fría, esperando mi llegada.

La gente está durmiendo, la gente está soñando, la gente está esperando igualmente. Ellos inconscientemente han entrado, ellos están en el máximo esplendor de la noche.

Historias cortas vol.2Where stories live. Discover now