La luz y la sombra.

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Era una noche normal, o por lo menos, eso creía.

Conducía mi auto como todos los días, ansioso de llegar a mi casa, de llegar a descansar en tu cálido pecho y tus suaves brazos.

Los grandes edificios se alzaban ante mí, se alzan al igual que tus caricias matutinas, a tus besos por la noche y a tu resplandeciente ternura que cubre mi alma.

Las luces me cegaban y evitaban que pudiera conducir de maneral apropiada. Un apagón se hizo presente een medio de la común noche, por un momento, hasta mis ojos se apagaron.

Volví a abrir mis ojos, aquellos grandes edificios se habían encogido, las luces se habían extinto y los autos que estaban en ese momento, simplemente, desaparecieron.

Estaba yo, solamente yo en el centro de la ciudad. Mi auto se detuvo pero, en un acto de magia, mi mente comenzó a volar. Comencé a crear cosas que nunca se me habían ocurrido, mis extremidades se sentían más livianas y mis ojos se movían al unísono junto con mis pensamientos. Todo marchaba de maravilla hasta que, de la nada y sin previo aviso, el vacío auto tenía un inesperado copiloto.

"Hola, te ves mas activo quie de costumbre." Fueron las primeras palabras que soltó. No podía creerlo, una sombra me hablaba, un ser que no tiene rostro y que, supuestamente, es inerte me estaba hablando.

No me había dado cuenta por el hecho de haber estado solo tanto tiempo en ese auto, mis labios estaban sellados, ninguna palabra saldría de ellos aunque los forzara. La sombra continuaba: "Así es, no puedes decir una sola palabra. ¿Sabes por qué no? Estás en un espacio en donde todo se te es permitido, menos hablar. Ya conoces el dicho -los muertos no hablan-"

Mi cara en ese momento se desfiguró, mi corazón se agitó y sinceramente ya no podía seguir despierto.

Todo lo que había creado y había pensado nunca saldría a la luz. Sumergido en un mundo lleno de desesperacion y de tristeza me digo a mi mismo: "Un momento, luz. ¿Por qué en el fondo veo una luz, no comprendo, todos los edificios están apagados y aun así, ese foco sigue prendido." La sombra a mi lado en respuesta a mi desesperada interrogante: "Ese foco nunca se apaga, es tu última luz y puedes usarla para mandar un último mensaje en el otro lado, úsala sabiamente".- de esta forma la sombra interrumpía aquel tétrico momento, por un momento, me hizo despertar.

En ese sitio los segundos no contaban y podía estar infinitamente hasta que usara aquella luz, para ser honesto, no sé que diré ni a quien le diré mi situación.

Me senté en el auto por un momento mas, necesitaba pensar. Me tiemblan las manos, estoy sudando frío y no puedo concentrarme en cual será mi siguiente pensamiento. ¿Cómo le diré que ya no podré estar junto a ella? ¿Quién va a cuidar de ella si no soy yo? Creo que ya sé a quién le hablaré , pero aun no sé que le diré.

"Puedes decirle lo que quieras, en casos muy raros, la luz te da 24 horas más para comunicarte pero, no pueden saber que morirás." La sombra nuevamente me hizo reordenar mi mente, hizo que mi corazón se calmara e hizo que mis manos volvieran en si. Tiernamente la sombra me dice: "Debes estar tranquilo, yo no estoy aquí para presionarte ni para castigarte, eso es trabajo de otro ente. Soy tu sombra, crecí viviendo bajo tuyo, ocultándome en la oscuridad y haciéndome más poderosa con la luz."

Me acerqué a la luz, la toqué y me llevó de vuelta a la pista.

Conduje a casa, estaba dormida para ese instante y de forma muy plácida, no pude despertarla, solo me acosté a su lado y besé su cabeza.

Al otro día no fui a trabajar, era obvio, quería dejarlo todo en ella. Me levanté y salí con ella, todo fue repentino. En cada esquina y local que tenía alguna luz, veía a ese foco, veía a aquella luz que me dio esta oportunidad cómo se hacia más y más tenue, lentamente se iba apagando.

Era mi última hora, solo atiné a besarla y darle un abrazo por última vez, vi mi sombra por sobre su hombro mientras la sostenía en mis brazos y tocó su muñeca en señal de que se me iba el tiempo, que debía volver, que debía partir para siempre.

"Quiero que seas feliz, quiero que puedas mirar al cielo con una sonrisa y que puedas dormir como la noche pasada. Quiero que tus sueños sean cálidos y que tu esperanza nunca se apague. Quiero que me prometas que aunque no esté, seguirás adelante. Te amo." La volví a besar después de decirle eso, volvió el apagón, mis ojos se volvieron a apagar, pero esta vez fue para siempre.

Historias cortas vol.2Where stories live. Discover now