La lluvia cae contra el tragaluz de la habitación, retumban todas las gotas y da la sensación de que el cielo quisiera venirse abajo.
Es ridículo esperar ansiosamente la lluvia para luego encerrarse en un mundo sin ruidos en donde solo sientes tu respiración y los latidos de tu corazón ir sincronizados con ella. Aún así, el solo hecho de sentir la lluvia en mi mente logra que la piel se me erice.
A veces siento que el clima se adapta a mi estado de ánimo aunque es bastante ilógico, de todos modos, me gusta pensar así.
Hoy de camino a casa los arboles me parecieron mas vivos de lo normal, sus hojas me hacían notar con fuerza que esto no es invierno, es primavera.
las aceras cubiertas de agua y los autos avanzando sobre ella me hacen volver a la realidad, me hacen volver a recordar que esto no es una historia, es mi vida.
A medida que camino siento unas innegables ganas de llorar, siento unas innegables ganas de tumbarme y caer en un profundo sueño. Una vez más, despierto y digo que no es una historia.
La lluvia cae fuerte sobre el tejado, la lluvia cae con fuerza en mi alma y aunque no puedo negar que tengo un vacío en ella, me siento libre y feliz.
Como si fuese un ciclo, veo los árboles y recuerdo que es primavera, no invierno.
Todos los días me asomo por la ventana y observo el cielo. Lo contemplo y depende de como esté, es la ropa que voy a usar. A veces está soleado, otras veces está nublado, otras veces cambia durante el día, es como si cierta parte del cielo no estuviera segura de como se siente.
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Historias cortas vol.2
NouvellesPequeñas historias que son perfectas para leer durante la noche. ¿Tienes insomnio? Lee alguna de ellas.