Capitulo 8

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Como él había dicho, tardamos mas de una hora en recorrer todo la ciudad, hasta llegar a las afueras. Corriendo por la carretera entre el campo de arboles al rededor. Era la misma carretera que dirigía al circuito de carreras a la que fuimos el domingo. Por un segundo pensé en que verdaderamente nos dirigíamos hacia allá. Se desvió en el instante en que pensaba preguntar. Se adentro por un camino de tierra que quedaba a un costado. Fruncí las cejas, los arboles nos rodeaban y el sol empezaba a esconderse detrás de todos esos arboles abundantes en hojas. 

Fue disminuyendo de velocidad mediante que nos adentrábamos en las profundidades del bosque. Algo me decía que todo esto era familiar. Se perdió entre un sendero confuso y pensando que ya nos habíamos perdido, se detuvo frente a un lago. Mis ojos se abrieron rápidamente.  Las rocas acumuladas a un costada, formando una gran montaña me hizo recuerdo a la anterior noche que Jaxon me trajo y me mostró este lugar. 

Justin apago la moto rápidamente y se mostró animado. Se bajo mientras que yo aun seguía un poco perdida en mi conciencia. Jaxon tanto como Justin afirmaron que pocos conocían este lugar. 

- vamos, quiero que observes el paisaje desde encima de las rocas - extendió su mano para ayudarme a bajar, la acepte -

El cielo anaranjado hacia que la laguna se tornara de un color violeta anaranjado. El tan puro cristalino del lago hacia eso posible. Unas ganas de quitarme la ropa y nadar en ella me invadieron. Justin por otro lado solo quera que trepara las rocas. Ya conocía el paisaje, sabia lo que había allí arriba. De todas formas no quería arruinar la emoción que mostraba Justin. 

Lo segui por el camino hasta las grandes rocas y dándome ayuda, empezamos a trepar. Trataba de que no me resbalara o que no cayera por lo que se nos hizo un poco largo el recorrido hacia la cima. En minutos,llegamos. A gatas, subí y cansada no tenia ánimos de pararme a contemplar con toda su esplendor. Me quede sentada con la vista en la roca que me sostenía en lo alto. Alce la vista ya mas cómoda, sentada con las piernas extendidas. Mis ojos se llenaron de mil colores. 

El naranja del cielo se mezclaba con el azul de la noche que comenzaba a manchar el cielo. El violeta que había en medio de esos dos colores era tan puro como el lago de mas abajo. La ciudad a lo lejos estaba resaltada por el amarillo del sol que se escondía detrás de esta. Las luces que se encendían en la ciudad  con la llegada de la noche formaba como estrellas en medio de un universo multicolor. Realmente era hermoso. 

- Mágico ¿no es cierto? - pregunto a mi lado -

Voltee a mirarlo, el miraba encantado lo que mis ojos también habían estado contemplando. Con una sonrisa de orgullo y los ojos miel manchado con los colores del cielo, parecía feliz y maravillado. Mis labios se curvaron hacia arriba al observarlo. Me di cuenta de lo guapo que era. Como su cabellera caía en su frente, dorada y brillante. Su piel tostada tan perfecta y visiblemente suave. 

Sus labios rosados pálidos aun seguían manteniendo la sonrisa. No podía apartar la vista de él. Justin volteo inesperadamente y me miro de la misma forma en que contemplaba el paisaje.

- El mejor día de todos - aseguro , divertido y animado -

- Ya lo creo - le susurre apartando la vista y dirigiéndola al oriente-

- Aun es mas hermoso al amanecer - pauso - es mucho mas mágico. Incluso parece irreal 

- ¿ya lo has visto antes? - pregunte volviendo a mirar a sus ojos - 

- No - una mueca de desdén cruzo por su cara - Eso me contaron. Conocí este lugar con mis amigos 

-¿ellos te mostraron este lugar?

- No realmente. Lo descubrimos todos juntos - se relamió los labios lentamente - Estábamos haciendo una fogata por aquí cerca y decidimos explorar. Lo encontramos justo cuando pensábamos que no había nada atractivo en este soso bosque. 

Rebeldes sin causaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora