Narra Peyton
Mirando desde un rincón oscuro, con el pelo amarrado en una cola , veía desde mi solitario lugar como las demás prisioneras hablaban entre ellas y otras molestaban a las más nuevas , como la vida tiene momentos difíciles y como las demás personas quieren hacer miserables a otras .
La leona había entrado en el patio , toda sería y amargada más de lo que usualmente , al parecer buscaba a alguien con la mirada , tal vez quería cobrar algo que tenía con esa persona o tal vez sólo buscaba una víctima para maltratar , los motivos eran cientos ,pensar en cada uno de ellos era inútil , hasta incluso absurdo .
Seguí pensando en mis pesares y tristezas mientras miraba mis manos todas negras de la suciedad y tocar la punta de mi pelo y aunque estaba con una cola , me incomodaba lo largo que estaba, no aguantaba el calor y lo pesado que se vuelve si sudas . Mi mirada era perdida y sin vida , mi mente estaba en otra pero una voz me hizo salir de mis pensamientos
- estúpidita donde estas ?- grito la leona, y bueno me buscaba a mi , así me decía desde que entre aquí, jamás quise dar mi nombre sólo me quedaba callada , tal vez me buscaba por lo del otro día y tal vez quería devolverme la paliza pero, no hice caso alguno y me quede allí cerrada en mis emociones , total , no me vería por la oscuridad de el rincón donde me encontraba .
Los minutos pasaron , era nuestro momento libre y la leona seguía allí sentada observando cada minúsculo lugar del patio esperando tomarse con mi mirada pero jamás pudo divisarme , en eso toco el silbato que indicaba la hora de entrar a la celdas . El tiempo al aire libre se había acabado. No me importo en lo mas mínimo volver a mi celda, los ojos me pesaban y quizás debería dormir un poco.
Las rejas de las cedas se abrieron , entrando en ella y detrás mío me seguía la leona.
Antes de dar un paso en la celda la federal me detuvo, posando su mano en mi pecho , dejo entrar a la leona y cerro la celda dejándome afuera de ella , en mi mente estaba confundida pero mi expresión sólo se veía la cara que desde que llegue es la misma , una cara de muerta con una mirada perdida y sin vida , me aclaro la confusión que rondaba mi mente
- tienes una llamada y no preguntes quien pues aquella persona no quiso dar su nombre - no sabía quien me hablaba no esperaba ninguna llamada y tampoco me imaginaba que fuera alguien del taller .
Entendía que si ellos me llamaban o intentaban alguna comunicación conmigo, estarían expuestos a que los policías los consideren como posibles sospechosos.
Camine hacia la sala de llamadas donde otra federal esperaba con el teléfono en la mano , lentamente me fui acercando al teléfono , tomándolo y acercándolo a mi oído antes de decir - hola .
Narra Justin
Después de aquella tarde en la casa de David razone y decidí llevar a cabo un plan , sacaría a Peyton de la cárcel cueste lo que cueste .
Entrando en un callejón oscuro y peligroso , me encontraba , viendo de lado a lado discretamente , torcí y entre en un lugar en el cual me esperaba un hombre sentado ante una mesa de madera con su cigarro en la boca y un cuchillo con una madera en la mano tratando de darle forma a ese pedazo de madera . En cuanto entre y el noto mi presencia dejando votar el humo del cigarro
- ¿que buscas? - alcanzo a decir aquel temeroso hombre -
- busco a Sanchez - susurre con algo de seguridad y autoridad -
- ¿ para que lo busca ?- pregunto curioso con una expresión de pocos amigos -
- un asunto de dinero - no deje que su temerosa mirada me intimidara y mire desafiante -
- pasa - comento en voz baja y siguió con su diversión -
Pase sin ningún problema , ya había estado aquí . No era fácil encontrar su paradero , entre en una habitación donde el se encontraba sentando en su silla de cuero con un baso de ron en la mano que decoraba con anillos y varios tatuajes al igual que todo su brazo .
- miren que trajo la marea - alzo la ceja - ¿ que te trae por aquí Justin ? - pregunto mostrando sus amarillos dientes -
- necesito tu ayuda - confesé -
- Bien - amplio un poco mas su alegría - ¿ en que soy bueno? - apoyo su espalda en el respaldar de la silla -
- necesito que me ayudes a sacar a alguien de un gran lió -me acerque a su escritorio-
- ah ya veo - pauso - ¿y quien es tu amigo ?
- no es de tu incumbencia - aprete un poco la mandíbula -
- necesito saber todo - sonrió dejando mostrar su dentadura de oro que combinaba con los pocos dientes amarillos que le quedaban-
Suspire estresado pero en un susurro confesé - no es el , es ella - utilice los pronombre para no dar nombre alguno -
- Wow no sabia que una mujer conquisto el corazón duro de este rebelde - río algo cansado y ronco debido al gran consumo de cigarrillos-
Me limite a mirarlo, no tenia ningún comentario y no quería dar muchos detalles de mis problemas.
-¿ y en que lío se metió tu mujercita ? - dejo de mirarme para acomodar unos papeles en la mesa -
- desgraciadamente esta en la cárcel - baje la cabeza con cierta decadencia -
- si te gustan , rebeldes , difíciles de conquistar ¿ no ?
Sonreí , pues me había hecho recuerdo de el carácter de mi mi pequeña rebelde que me estaba haciendo mucha falta - si - conteste con algo de melancolía pero manteniendo me algo neutro -
- y quieres que te ayude a sacarla de la cárcel ¿verdad?
a eso vine - me puse más serió -
- bueno va a ser difícil pero tratare , no es seguro pero ven la próxima semana, te daré una respuesta concreta
Lo mire por unos segundos viendo su expresión seria sin sonrisas de oro y dientes podridos, hablaba enserio y solo me quedo asentir lentamente y dar unos pocos pasos para atrás y marcharme.
Salí de allí con la esperanza de que el pudiera ayudarme , se que es un trabajo muy difícil pero no imposible . Ustedes se preguntarán ¿por que no fui con Camilo ? Pues si fui pero no se encontraba, había salido de la ciudad por un corto periodo y volvería la semana entrante , por la desesperación vine aquí a probar suerte y que me ayuden pero resulto lo mismo , esperar una respuesta .
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Rebeldes sin causa
FanfictionUn mismo pasado duro y miserable Una misma vida de retos y riesgos Una misma educación Un mismo estilo de vida Y los dos Rebeldes sin causa