{15 de Septiembre. Lunes}
Las clases de ese día ya habían terminado, y esos dos chicos no se había vuelto a cruzar, el rubio era escurridizo. William por su parte había estado preguntando a sus amigos por el nombre de ese chico, pero extrañamente nadie lo sabía o recordaba. Sin echarle más hierro al asunto se dirigió a la enorme pista con la que contaba el colegio para jugar al rugby.
Ya todos los componentes del equipo habían llegado cuando el entrenador apareció planteándoles la rutina de entrenamiento de hoy, puesto que cada día era diferente. A los chicos se les hizo muy duro y nada más terminar cayeron tendidos sobre el césped sin fuerzas aparentes.
Luego de recuperar un poco el aliento todos fueron a ducharse al vestuario masculino para quedar libre de cualquier rastro de sudor o mal olor, además de para relajar los músculos. El pelinegro nada más salir de ese lugar se topó con una vocecilla que él adoraba: Autumn.
- Terminaste ya tu entreno, estuve esperándote - Esa chica de cabellos castaños, ojos azules, curvas de escándalo y una voz embriagadora era Autumn, la novia de William. Hace 6 meses que están juntos, porque el hecho de que sus padres sean homosexuales no a influido en ningún momento en su orientación sexual y siempre ha sido un chico bastante popular con las chicas.
- Sí linda, iré a recoger a Sophie, así que ve a casa con cuidado - El de ojos caramelo plantó un tierno beso superficial en los labios de su pareja y ambos se despidieron con un fuerte abrazo. El colegio de su hermana no estaba demasiado lejos de su instituto, así que en no demasiado tiempo se quedó esperando por su tan amada hermanita la cual salía en pocos minutos.
Lo que no se esperaba era ver allí a aquel chico rubio de corazón frío, el chico del que aún no sabía su nombre, Will pensó que se aburriría hasta que saliera su hermana, pero ahora había algo, o mejor dicho alguien, con quien pasar el tiempo hasta la salida de los infantes.
- ¡Hola! - Dijo el mayor de los dos a aquel adolescente, este se asustó y le propinó una patada en acto reflejo. Al ver al pelinegro sobándose la espinilla se relajó un poco y le regaló una expresión de falso desinterés.
- Tampoco me gusta que me asusten - El oji-azul respondió frívolo con los brazos cruzados, aunque estaba aguantándose un poco las ganas de sonreír, hace mucho tiempo que no lo hace, está como cualquiera diría, "oxidado".
- ¿Hay algo que te guste? - Al contrario William no estaba enfadado, algo lo hace ser incapaz de molestarse, estaba en un estado bromista y sarcástico. El adolescente de nombre aún desconocido por el moreno no se paró a pensar la pregunta, sino que la respuesta salió de sus labios sin ser él mismo consciente.
- Helado de limón - Cuando reaccionó ya era demasiado tarde, ese era "su punto débil" y ahora este lo conocía, no hay cosa que adore más que el helado de limón. Sus mejillas tornaron rosadas y apartó la mirada, gesto que a William le pareció demasiado tierno.
- No lo sabía...¿con qué.... limón? - Le restregó su error para burlarse un poco de él como castigo por no decirle su nombre - Yo prefiero el de vainilla - Confesó el más hablador para que estuvieran en igualdad de condiciones - ¿Me dirás tu nombre? Por más que pregunto nadie lo sabe - El más bajo se sintió por dentro orgulloso de lo que había escuchado, eso era lo que había estado intentando desde que entró en aquel instituto, pasar desapercibido.
- Ahora lo sabrás - Este quedó desconcertado hacia la respuesta del chico, no lo entendía - Ahí está - Y entonces un niño pequeño igualito al rubio apareció corriendo en su dirección como alma que lleva el diablo y gritando.- ¡¡Dean!! - Y entonces el mayor abrió los ojos sorprendido, acababa de entender lo que el otro le había dicho y por fin sabía su nombre, Dean, un nombre que para su opinión le quedaba perfecto y que le gustaba muchísimo. Salió de su ensoñación cuando algo jaló un poco de sus pantalones, Sophie.
- Hola preciosa, ¿ha ido bien tu día? - La cogió en brazos y le plantó un enorme beso en la mejilla, ella asintió con una enorme sonrisa de oreja a oreja y se percató de que había un chico a su lado con su amigo James cogido de la mano, la pequeña señaló al de ojos azules con curiosidad - Él es Dean - Lo presentó con una gran sonrisa sincera en su cara.
- ¿Podemos ir con ellos a tomar helado? - Will sonrió en dirección a Dean de forma vacilante y el otro solamente asintió avergonzado. Los cuatro fueron a la heladería más cercana y pidieron sus helados favoritos, tras unos minutos de conversación los llevaron a su mesa, para su opinión bastante rápido, además de que intercambiaron sus números de teléfono para poder estar mejor comunicados, para el proyecto claro está.
- ¿Es tu novio? - La pregunta de Sophie hizo que Dean escupiera todo su helado manchándose la cara y atragantándose, William y James estallaron a carcajadas al ver su reacción al igual que Sophie. El moreno aún con lágrimas en los ojos cogió una servilleta y la pasó por la mejilla del rubio haciéndolo sonrojar, apartó su mano y se fue al baño algo enfadado para limpiarse mejor.
- Ups, se ha enfadado - Dijo el más alto un poco preocupado, pero mientras, se puso a hablar con los pequeños sobre su apasionante primer día de colegio. Por lo visto James estaba antes en otro colegio y se ha hecho bastante amigo de Sophie, es un niño muy agradable a los ojos de Will - Como tu hermano y yo tenemos que hacer un proyecto, puedes venir a nuestra casa cuando quieras - Ofreció el pelinegro amablemente haciendo que ambos chiquillos se emocionaran.
- James nos vamos - De pronto Dean salió del baño ya limpio, igual o incluso más frío que antes, no quería llevarse bien con el del de ojos caramelo y mucho menos ser su amigo, así que optó por hacerse tan frío que William se alejara de él y lo dejase tranquilo - Mañana a las 6 - El mayor asintió entristecido por el reciente comportamiento distante del menor y este se fue sin despedidas con el pequeño en sus brazos, el cuál sí se despidió de ellos agitando su brazo alegremente.
El comportamiento que presentaba Dean le hacía pensar a William en si tiene algún problema familiar o algo por el estilo, que nadie sepa su nombre es muy raro, y que encima esté tan delgado le hace preocupar un poco, sin embargo para poder ayudarlo, si es que lo necesita, deberá ganarse primero la confianza del rubio.

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Dean (+18 - Gay)
RomanceUna vez que descubres qué es estar acompañado por muy solo que hayas estado toda tu vida ya nada volverá a ser como antes. Lo necesitas a tu lado, te sientes lleno, así se sentía Dean cuando vio por primera vez al moreno. Segunda parte de "Te odio y...