Cap 17 - Pillados

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[18 de Diciembre, Viernes]

El centro comercial estaba repleto de gente aprovechando que todas las tiendas contaban con maravillosos descuentos que se tenían que aprovechar. Las chicas estaban animadas, pero había mucha gente y eso hacía que Dean se sintiera tenso además de saber que con tanta gente les costaría encontrar el regalo idóneo pero Amelie se enganchó a su brazo para reconfortarlo y siguieron a las demás.

Habían pasado ya varias horas desde que se habían puesto a buscar, cada una tenía una idea diferente de lo que le gustaba al susodicho y Dean se estaba comenzando a marear de tanto dar vueltas.

- Descansemos un rato por favor - Rogó el rubio a sus amigas. Todas frenaron el paso y estuvieron de acuerdo en descansar un poco en una de las cafeterías del centro comercial.

- A las malas te puedes usar a tu mismo de regalo - Dijo Lilly, todas rieron al ver el sonrojo del ojiazul.

- Chicas pienses con sus mentes jóvenes - Dijo Olivia llamando la atención del grupo - Le apasiona el rugby, Dean y divertirse; algo podremos hacer que incluya esas tres cosas.

- Yo...no sé jugar al rugby - Murmuró el único chico algo tímido.

- O al menos dos de sus pasiones, ¿qué tal si lo llevas a una cita? Eso creo que le hará feliz - Terminó de decir Evelyn.

- Pero ir a una cita sin regalo me han dicho que es un pecado - Las chicas rieron ante mi comentario.

- Puedes regalarle una pulsera de cuero con algo grabado, a él le encantan esas cosas - Dijo Olivia como si fuera estúpido por que no se me hubiera ocurrido antes, quizás tuviera un poco de razón.

- A pues entonces ya lo tengo, nos vemos el lunes - Exclamó el rubio antes de salir corriendo hacia una tienda en la que ya habíamos entrado antes, me había parecido ver algo que podría ser el regalo ideal. Amelie me cogió del brazo y la miré extrañada.

- ¿N..No puedo ir contigo? - Preguntó ella y solo escuchó palabras sueltas por el bullicio que había a su alrededor.

- No hace falta, hasta luego - Se soló de su agarre y se fue de allí, quería que la primera persona que viera el regalo fuera el destinatario, no ella.

Cuando llegó a casa su novio lo esperaba en la sala de estar con los brazos en jarra, parecí estar enfadado por la expresión en su cara. El más bajo temeroso escondió sutilmente la bolsa tras su espalda y avanzó hacia él.

- H..Hola - Dijo el más nervioso con una sonrisa algo extraña.

- ¿Se puede saber dónde estabas? - Ese tono de voz tan frío le hizo estremecer de una forma que ni él mismo supo el por qué le entraron ganas de llorar y querer huir de allí - ¿Por qué no contestabas mis mensajes? Cuando desperté no estabas y me temí lo peor - Pese a que su tono de voz se había vuelto un poco más suave seguía temeroso - ¿Por qué lloras? - Preguntó intentado acercarse al que no dejaba de temblar pero este retrocedió y echó a correr hacia las escaleras.

Cuando llegó a la planta de arriba se metió en su cuarto y cerró con pestillo, se puso a llorar a moco tendido. Le había dado tanto miedo escucharlo hablar así que sus defensas se activaron al igual que hacía antes con su padre.

- Eh Dean, abre - Se sorprendió al escuchar la voz de Willem, un tanto más grave que la de su hermana y, pese a que seguía muy asustado, abrió la puerta.

El ojiverde al verlo con los ojos enrojecidos cerró la puerta tras de si y lo atrajo hacia su pecho para abrazarlo y acariciar su cabeza con la mano derecha.

- Sé que fue un idiota pero no quiso utilizar ese tono contigo - Habló mientras el otro se comenzaba a calmar y se sorbía los mocos.

- ¿Por qué te disculpas tú por él? - Preguntó Dean separándose un poco de él mirando sus orbes verde oscuro.

- Supongo que quería disculparse haciéndote ver que me dejaba salir más a menudo - Se encogió de hombros con indiferencia.

- Di..Dile que vuelva - Él asintió, limpió las lágrimas que quedaban en su rostro con el pulgar y plantó un pequeño beso en sus labios para después dejarse caer de rodillas.

El moreno estaba de rodillas en el suelo con la cabeza gacha y los brazos tendidos sobre el suelo. El mismo tras unos segundos elevó los brazos y abrazó las piernas de Dean haciéndolo exaltar por la sorpresa.

- Lo siento - Le miró a los ojos y le sonrió de una forma radiante. Se levantó del suelo ayudándose de las manos del ojiazul y los abrazo con fuerza - Siento haberte hablado así, no lo hice queriendo - Dean asintió y le correspondió el abrazo.

- Más te vale no hacerlo o me enfadaré yo y daré más miedo que tú - William se rió, una risa preciosa a los ojos del rubio quien no pudo evitar seguirle.

- Te quiero - Dijo separándose un poco de él y unió sus labios con efusividad.

A Dean le costó un poco seguir el beso hasta que se acostumbró, no se había adaptado aún a los besos salvajes que le daba su novio de vez en cuando. William aprovechó que el jersey que llevaba era holgado para colar sus manos por dentro y acariciar la dulce piel de la persona que amaba.

- Wi..William - Dijo Dean de una forma similar a un gemido.

Esto calentó a su compañero quien con prisas le quitó el jersey de lana y lo tiró hacia algún lado de la habitación, después lo empujó a la cama y se quitó él mismo la camiseta. Ambos se miraban con deseo y corrieron a sobar el cuerpo del otro, frotarse y disfrutar del contacto.

William dejó un camino de besos desde su boca hacia sus rosado amigos quienes buscaban atención y él con gusto acudió en su búsqueda. Dean se retorcía poco acostumbrado al placer que el moreno era capaz de brindarle y aún sin poder llegar a imaginarse como podría ser si llegaran a más.

- ¿Dean? - Ambos se miraron, él pedía su aprobación y el otro asintió sin apenas pensarlo. Ambos estaban desnudos y mimaban el cuerpo del otro sin dejar ninguna zona con necesidad. Tras un rato de prepararlo y descubrir cada rincón de su cuerpo William le avisó de que iba a entrar, no sin antes ponerse un condón.

- Tú solo clávame las uñas si duele, y si te duele mucho me dices que pare, ¿sí? - El pequeño asintió con nerviosismo pero decidido y le dejó espacio para que se pusiera cómodo - Allá voy - Advirtió.

Era muy gentil, aún así a Dean le dolía como para tener que aguantar la respiración y dejarle marcas en la espalada pero aguantó porque lo quería dentro suyo.

- Ya está dentro, puedes respirar - Dijo el más grande apartándole las pequeñas lagrimillas que escaparon de sus ojos y le besó para calmarlo.

La puerta se abrió sin ellos darse cuenta.

- Oye Di, no entiendo los deb.....¡AAAHH! - Ambos giraron las cabeza asustados y alcanzaron a ver las caras deformadas de sus respectivos hermanitos pequeños, cerraron la puerta de un portazo y corrieron en busca de Jack pegando gritos por toda la casa.

- ¡Mierda! - Exclamaron ambos siendo conscientes de lo que acababa de ocurrir.

Will se levantó y cerró la puerta con pestillo - No dejaré que nuestra primera vez acabe de esta forma - Y se lanzó de nuevo a besarle reavivando las brasas que segundos antes amenazaban con apagarse.

Dean (+18 - Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora