Cap 13 - "Hambre, frío y miedo"

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[9 de Octubre, Jueves]

Las clases en el instituto ya había terminado y Dean aún ansiaba la respuesta que William no le había respondido y se estaba comenzando a preocupar o más bien a enfadar porque muy dentro suya una vocecita le decía que no había nada que le pudiera gustar de su personalidad porque era horrible  todo esto que tenían había sido un reto, pero otra sin embargo le animaba a seguir esperando, a confiar en él, ya que, William, era su primer amor.

- Will - Dijo el rubio cuando ambos volvía juntos a casa, el otro ladeó la cabeza mirándolo con gesto curioso - Dime - Respondió, al otro le daba vergüenza seguir insistiendo, pero quería saber qué es lo que le gustaba de su molesta personalidad - ¿Ya sabes lo que te gusta de mí? - El otro negó con despreocupación y a Dean le había molestado.

- Con qué no te gusta nada de mí, ¿es eso? - Dean soltó la mano de su acompañante violentamente y se apartó un poco de él, ambos dejaron de andar - No, es solo que...no se cómo explicarlo - El rubio inspiró con fuerza y resopló.

- ¿Sabes qué? Da igual, no te puede gustar nada de mí porque doy asco - Dean echó a andar con rapidez mientras el otro le seguí de cerca y le llamaba por su nombre, pero estaba dolido y solo quería estar solo - Oye no es así, espera - El más alto comenzó a correr detrás suya y Dean se asustó y corrió lo más rápido que pudo zigzagueando entre las calles para perderlo de vista.

Cuando dejó de correr por falta de aire al mirar hacia detrás no le vio y respiró tranquilo pero se percató de que no sabía donde estaba, las calles que se encontraban a su alrededor le resultaban desconocidas y no recordaba por donde había venido. Aún así, no se preocupó demasiado y comenzó a andar por donde él creía que se encontraba la casa de su...amigo.

Llevaba más tiempo andando de lo que había esperado y su estómago rugía con fuerza, hace rato ya que habría llamado a Jack o a Damian, incluso a William, pero no llevaba su móvil encima, lo había dejado en casa cargando. Daba vueltas y vueltas pero ninguna calle le sonaba y ya sí comenzaba a asustarse.

¿Y si este era una zona peligrosa? ¿Y si alguien venía y le daba una paliza? ¿Y si un borracho venía y le hacía cosas? ¿Y si lo secuestraban? Las situaciones que se imaginaban en su mente creativa no ayudaban en nada, sino que le hacía tener más miedo del que tenía hace media, una o incluso dos horas.

Cansado de todo el tiempo que llevaba andando se sentó en la acera y recostó su cabeza sobre las rodillas, tenía hambre aunque podía soportarlo ya que estaba acostumbrado a comer poco, eran más los nervios ante el peligro lo que lo agotaba, y las largas horas que había pasado andando.

Por más que preguntaba a la gente por la dirección ninguno lo sabía o simplemente pasaban de él, no se sabía de memoria el número de nadie así que no podía llamar y sin otra opción comenzó a andar de nuevo.

Estaba empezando a oscurecer y hacía frío, su cuerpo temblaba y cada vez le costaba más andar. Un ruido detrás suya lo alertó y giró preocupado hacia la fuente del ruido, tres hombres caminaban tras de él, tres hombres con grandes, tres hombres fuertes, tres hombres que olían a peligro y Dean sin pensarlo dos veces echó a correr con las pocas fuerzas que le quedaban.

Para su gran suerte mientras corría llegó a parar a una estación de policía, su salvación, entró con rapidez por la puerta y se apartó las lágrimas de la cara, respiró un poco y se acercó al mostrado, donde una mujer con uniforme policial se encontraba sentada.

- Hola, ¿qué necesita? - Preguntó formalmente aquella mujer de pelo castaño ondulado y vibrantes ojos castaños, tenía una sonrisa realmente linda y se podría decir que era bastante guapa, aunque eso a Dean no le importaba demasiado.

- M..me perd..ido - Tarmudeó el pequeño muerto de frío puesto que iba en mangas cortas. La mujer corriendo se levantó y le puso su caqueta sobre los hombros para calentarlo un poco - ¿Sabes el número de tus padres o de alguien que te pueda recoger? - Preguntó la policia mientras lo frotaba para que entrara el calor, el otro negó.

- Al menos dime el nombre de alguien que te pueda venir a recoger, intentaré buscar su número en el libro - Dean lo pensó un momento, no estaba seguro de a quién debía llamar, pero sí sabía a quién quería él llamar.

- Wi..William Galla..gher - Murmuró, la mujer abrió los ojos con sorpresa - ¿Conoces a Will? - El otro asintió aún temblando, la mujer rió un poco, sacó su teléfono del bolsillo y marcó un número - ¿Me dices tu nombre? - El pequeño respondió y ambos esperaron a que la persona a la que llamaban cogiera el teléfono.

- Tía me pillas mal ahora mismo - La otra persona respondió al cuarto tono y Dean se alivió al escuchar la voz de William algo jadeante - ¿Por? - Se escuchó un resoplido al otro lado - Estoy buscando a Dean y no lo encuentro - Al pequeño le entraron ganas de llorar pero conseguió contenerse - Pues es tu día de suerte cielo, Dean esta conmigo en la comisaría - Todo se quedó en silencio por unos segundos - Voy para allá - Y la llamada se cortó.

- Siéntate allí y espera ¿sí? - Sonrió casi maternalmente, Dean se apegó a la chaqueta que le había dado y se sentó en la silla abrazando sus piernas mientras seguía temblando levemente. Luchaba por no quedarse dormido porque quería esperar hasta que William llegara, quería disculparse por cómo se había puesto con él y las cosas que le había dicho.


Dean (+18 - Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora