Cap 8 - Mierda

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{29 de Septiembre, Lunes}

- Enséñame los nudillos - Todo el cariño que podía haber sentido por ella había abandonado su voz, ahora se mostraba amenazante, dura como el acero y áspera como el papel de lija. Sin mucha paciencia agarró uno de sus brazos mientras esta intentaba oponer resistencia en vano, y como él había imaginado tras entrar en razón, estaban amoratados - Con que has culpado a Dean, ¡Eres una pedazo de perra! - William comenzó a desorientarse, sus piernas cedieron y quedó arrodillado sobre el suelo - ¡Fuera! - Gritó Amelie empujando a la otra al exterior y cerrando el pestillo segundos después.

Ella sabía lo que le estaba pasando, estaba teniendo otro ataque, sacó lo más rápido que pudo el medicamento de emergencia y se tiró encima de William, aún tenía tiempo, abrió el frasco de cristal anaranjado y vertió el líquido en su boca para que se lo tragara, sus ojos abandonaron el color verde esmeralda y volvieron a su color, la chica temblaba y no dudó en llamar a Olivia.

En cuanto la vio entrar se derrumbó y la otra corrió para abrazarla - ¡Pasé tanto miedo! - La adolescente lloraba a moco tendido en el hombro de su amiga - ¿Se lo has dado? - La otra asintió entre lágrimas mientras era acariciada por la espalda haciéndola calmar un poco - Le debe importar mucho ese niño, ya es la segunda vez que casi le da un ataque - La otra se percató de lo que había dicho segunda, a lo que la otra respondió con un "Luego te lo explico" en su mirada verde césped.

Amelie y Olivia acostaron al moreno en la camilla de la enfermería con dificultad y esperaron a que despertase, no pasaron más de 15 minutos cuando unos ojos caramelo asomaron entre sus párpados haciendo suspirar a las dos señoritas -¿Qué harías sin nosotras Will? - El más alto sonrió pesaroso dándole las gracias a ambas para después abrazarlas con algo de presión - Ve pensando una forma de ganarte la confianza de Dean de nuevo, te debe estar odiando - Pese a ser tan directa William lo necesitaba, que le dijeran lo idiota de había sido, pero también que debía arreglarlo.

- No lo dudes - Dijo el chico motivado empezando a maquinar qué le diría, cómo y cuando. Esa tarde se la pasó en su cuarto pensando y llegó a la conclusión.....de que no sabía qué decirle, no le había creído, lo h..había mandado al hospital y lo peor de todo, él no merece su perdón, ha sido un completo imbécil y no se merece a Dean, pero a pesar de todo su egoísmo no le permite dejar las cosas así con él, porque muy en el fondo es consciente de que siente por él algo más que amistad y pese a haberse prometido cuando era pequeño que no se enamoraría de un chico, no lo ha podido evitar.

{8 de Octubre, Miércoles}

Había pasado más de una semana en la que el moreno había sido rechazado una vez tras otra, en cuanto este se le acercaba el otro cambiaba de rumbo y lo ignoraba, la única vez que le había dirigido la palabra fue para comunicarle que haría el trabajo por separado, lo que no le alentó demasiado, además para complicarle más el asunto estaba preocupado por Lilly, últimamente se comportaba extraño y quedaba muy poco con ellos.

Tuvieron una reunión seria sobre el comportamiento de la susodicha los últimos días - ¿Tendrá algún problema? - Todos miraron a Evelyn como diciendo "Eso es evidente" a lo que ella murmuró algo sin sentido con algo de irritación - Hablé con sus padres y lo único que me han dicho es que sale mucho y llega bastante tarde - Mencionó Amelie dejando ver la preocupación instalada en sus expresiones - ¿Y si tiene algún problema con Luke? - Luke era el actualmente novio de Lilly, se podía destacar su buen cuerpo y su comportamiento algo desagradable, el de ojos caramelo por lo visto no estaba al tanto de ese asunto.

Habían intentado hablar con Lilly pero esta se mostraban distante y mucho menos respondía las preguntas de sus mejores amigos, a todo esto Dean seguía ignorando a William, todos estos sentimientos de ansiedad se comenzaban a alojar en lo más profundo del adolescente involuntariamente.

Cuando terminó el instituto los cuatro siguieron a la castaña ya que esta se había empeñado en que tenía asuntos que hacer y no los podía acompañar a casa, lo que era común los últimos días - Al fin llegas perrita faldera - Habían llegado a un descampado que les resultaba desconocido, e indudablemente esa era la voz de el "cariñoso" novio de Lilly - Has tardado mucho, ¿acaso no tenías ganas de verme? - La sangre de William comenzó a hervir al ver a la ojiverde ser tratada de esa manera tan repugnante.

Pero lo que lo hizo saltar fue ver como comenzaba a desabrocharse el cinturón de los pantalones, corrió hacia ellos a pesar de que las demás lo intentaran agarrar y le propinó un puñetazo directo a la mandíbula de semejante bastardo - ¡¿Qué dem?! - El bravucón se heló instantáneamente al observar esa mirada devastadora verdinegra tan oscuro que atravesaba tu alma por la mitad - ¡Mierda! - Él intentó huir pero una veloz patada fue directa a su costado dejándolo aturdido sobre la tierra de aquel remoto descampado - Como le vuelvas a hablar o incluso la mires, considérate hombre muerto - Para rematar lo que había empezado pateó con fuerza su intimidad para después voltearse e ir en dirección al instituto -¡ William vuelve! - La chicas corrieron detrás suya para pararlo, en ese estado o mejor dicho, esa forma, no podía andar por la calle.

El ser que lo controla lo rompe todo a su paso, lo habían contenido por algún tiempo pero simplemente hay veces en las que explota, William, o como lo solían llamar, Willem, por ponerle sencillamente un nombre. Willem anda como si fuese "el malote del barrio" y en realidad es eso lo que es, maldad en estado puro - Hacía tiempo que no salía, estaba muuuuy aburrido Will, deberías ser menos egoísta - El de ojos verdes caminaba a donde sus pasos le guiaban, porque estos parecían llevarle a algún lado y cuando se dio cuenta ya había llegado a la entrada del instituto, más a pesar de ello seguía andando cada vez más curioso hasta llegar a la biblioteca, ¿por qué William quería estar ahí?

A Willem se le dibujó una amplia sonrisa al descubrir el motivo por el que había ido hasta allí, un bajito chico rubio estudiaba sobre una de las mesas de madera de abeto con la mirada puesta sobre un libro de álgebra. Siguió moviendo sus piernas hasta pararse frente al chico que tanto adoraba Will, este al verlo fue a levantarse pero este lo volvió a sentar con fuerza - No, no, no, yo no soy tan amable como Will ¿sabes? - El de ojos rozando la transparencia levantó su rostro para ver al emisor de esa voz tan profunda.

- Tu no.... - Fue a decir Dean hasta que el otro lo cogió del cuello de la camisa y lo levantó de golpe, el de pelo ceniza había visto esos oscuros ojos verdes, él no era William y aún no habiéndole visto los ojos, lo habría sabido, esta persona no huele tan bien como el moreno.

Dean (+18 - Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora