Cap 29 - Feliz

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[25 de Diciembre, Viernes]

En ese momento su cuerpo se quedó en estado de shock, quería correr y besarlo hasta que sus labios no pudieran más, pero por más que lo intentaba no era capaz de moverse. El rubio, débilmente, levantó sus manos en busca de un abrazo.

Despacio, se acercó a la camilla y lo rodeó con sus brazos, comenzando a llorar a moco tendido. El otro le acariciaba la espalda en un intento por calmarlo, aunque hiciera justo lo contrario.

- Eres un estúpido, te odio - Murmuraba él, herido.

- Lo sé - Admitió - Perdóname.

- Casi te mueres, que hubiera hecho yo... - Dejó la frase en el aire, preso de un nuevo río de lágrimas.

- ¿Cómo te iba a dejar solo? - Susurró en su oído.

El moreno lo apretujó un poco más, cuidando de no hacerle daño. Luego se separó un poco y le miró a los ojos, acariciando su mejilla con cariño. Veía como sus lágrimas caían sobre su piel blanquecina y las retiraba con el dorso de la mano.

- ¿No me darás un beso de buenos días? - Preguntó al verlo dubitativo.

- Es por la noche tonto - Dijo entre risas y se acercó a su rostro.

Fue un beso tierno y suave, como dos amantes recién despertados en la mañana. Se sentía tan bien el besarle y notar cómo movía sus labios, que lo correspondía, que se movía. Al rato, Dean se movió un poco dejando un pequeño espacio para que Will se tumbara con él. Pese a ser la cama un poco estrecha, cupieron los dos perfectamente.

El recién despertado se acurrucó en los brazos de su pareja, disfrutando del olor de su perfume y los alterados latidos de su corazón. El otro disfrutaba de tenerlo bajo la protección de sus brazos, y de notar cómo su piel se erizaba ante sus leves caricias.

- Me alegró mucho que todos viniérais a verme, sobre todo escuchar cuan emocionado estaba Jamie con su telescopio - Rió por lo bajo, el otro le miró.

- ¿Lo escuchaste? - Asintió con la cabeza.

- Te tardaste en venir - Ambos rieron de nuevo, disfrutando de estar por fin juntos.

- Me haces tan feliz.

[31 de Diciembre, Jueves]

A Dean le dieron el alta bastante más rápido de lo que pensaban, ya se imaginaban festejando el nuevo año desde el hospital. Damian fue a recogerlo al hospital para llevarle de vuelta a casa, le pareció un poco raro que no hubiera venido el resto, pero no le dio demasiada importancia.

Al entrar por la puerta un montón de confeti le sacó una sonrisa de oreja a oreja. Los niños había pintado una pancarta en la que ponía "Vienvenido a casa", le hizo gracia hasta el pequeño fallo de ortografía.

Su novio se acercó y le dio un casto beso en los labios, no sin antes susurrarle: "Estaba deseando tenerte ya en mi cama", Dean no pudo evitar sonrojarse.

Había venido toda la familia para celebrar tando su alta como fin de años, los abuelos, los tíos, los primos... Incluso estaba Amelie, aunque ella se había escabullido, incómoda.

William y Dean intercambiaron miradas, tenían algo pendiente. En cuanto pudieron se escabulleron de todos los invitados salieron al jardín, donde sabían que se escondía cierta chica de ojos verdes.

La vieron allí, sentada en el césped arrancando pequeñas briznas de hierba del suelo. Al escuchar pasos ella se giró, y al verles agachó la cabeza.

- Amelie, queríamos hablar contigo - Ella comenzó a juguetear con sus manos, nerviosa.

- Yo... lo siento mucho, no debí decirte lo que te dije - Comenzó el moreno.

- Y yo fui muy insensible con tus sentimientos - Siguió el otro, ella se levantó molesta.

- ¡No os disculpéis! ¡Yo fui la que se portó fatal! Mira lo que causé... - Sus ojos se comenzaron a humedecer.

- Bueno, ahora que ya todos nos disculpamos, ya podemos seguir siendo amigos, ¿no? - Dijo Dean, sonriendo.

- Pero, ¿me perdonáis? - Preguntó con el corazón en la boca.

- Claro que sí, prima - Los tres se fundieron en un abrazo casi fraternal mientras la consolaban en susurros.

Ahora todo había retomado su curso habitual, los problemas se habían solucionado y todo parecía ir bien. 

A la llegada de la noche todos cogieron una copa de champagne, menos los menores que cogieron diversos refrescos. Corearon a la vez que la televisión y todos alzaron sus bebidas cuando el reloj marcón las 12 de la noche.

Todos comenzaron a abrazarse y a felicitarse mutuamente entre risas. La fiesta continuó hasta la repentina salida del sol, cuando al fin se marcharon los últimos invitados. La casa, que había estado tan animada, se sumió de pronto en un completo y agradable silencio.

William subió entonces las escaleras y se metió en la habitación, donde su pequeño novio hacía ya horas que dormía. Se quitó la camiseta y los pantalones y se metió en la cama.

- ¿Will? - Murmuró adormilado.

- Sshh - Dijo acoplándose a su lado - Te quiero.

- Yo también te quiero - Respondió.

Y ambos, abrazados, se quedaron dormidos con sonrisas en sus rostros.

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Querido público, he de confirmaros que, en efecto, éste es el último capítulo de esta hermosa historia que tanto he disfrutado escribir para ustedes.

Aún así, no os preocupeis porque haré un prólogo para que veáis un poco cómo continua la vida de esta feliz parejita.

Gracias a todos por leer esta historia y nos veremos en la siguiente ^-^

Dean (+18 - Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora