¿Por qué el tiempo era tan relativo? Es decir, aun me cuestiono todos los días la razón del porque es tan injusto el padre tiempo. Cuando estoy con él, las horas parecen segundos y cuando la lejanía nos separa cada segundo parece una hora aunque no debería de renegar ya que ha sido la semana más feliz de mi vida desde que ambos abrimos nuestros corazones el uno al otro.
Solo recordar el sabor de sus labios me eriza la piel, el remembrar el color de sus ojos me hace suspirar y sentir aquel calor me embriaga cada uno de mis sentidos; todos esos sentimientos adornados entre mis suspiros son los que me han acompañado en la semana. A pesar de la cruel distancia que nos daba nuestro diario vivir, él aun hacia lo posible por combatir ese obstáculo invisible desde ese beso que ambos necesitábamos.
Cada mañana, tarde y noche él siempre me abordaba con un mensaje preguntando o por mi bienestar o por cosas triviales que para mi eran importantes por el simple hecho que era él quien las preguntaba, creo que con nadie he compartido detalles tan mínimos de mi vida como lo he hecho con él, aunque claro, no era justo que solo Ash supiera de mi y también lo bombardeaba con preguntas hasta incluso con su comida favorita, lo cual me prometí en aprender para dibujarle una sonrisa.
Mi semana mejoraba con cada día que pasaba y claro, ir a verlo a su lugar de trabajo hizo que mi corazón se acelerara cuando la necesidad de mi automóvil por el preciado combustible fue notoria, cosa que me encantaría que hiciese más seguido. Al verlo de pie atendiendo a las personas frente a mí con esa sonrisa encantadora me enternecía más que cualquier cosa; impacientemente esperaba mi turno, aunque unos de sus compañeros de trabajo me ofreció cortésmente atenderme lo negué para la tristeza del joven que imagino que quería los privilegios de mi azabache favorito, cosa que no le pensaba entregar a nadie más que a él.
Sin darme cuenta, ya era mi turno de ser atendida por mi persona especial a lo cual ya me había mal acostumbrado desde el primer día. Su sonrisa conmigo era totalmente diferente comparada con la que había visto con los clientes anteriores, era más brillante y sincera conmigo, ese brillo había hecho derretir mi corazón pero ahora era más intenso. Cuando él se volteo a hacer su labor, no hice más que suspirar por su presencia mientras él ejecutaba su trabajo con tanta diligencia, tenía la facilidad de enamorarme más con cada segundo que pasaba.
Al terminar, se acerco a mi ventana invadiendo mi privacidad que era ya suya desde aquel día, salte de sorpresa y de emoción al tenerlo tan cerca. Su mirada me indicaba que ya había terminado y que esperaba su pago impacientemente, claro que no era dinero lo que sus ojos me pedían así que le di lo que él me exigía y le brinde un tierno beso el cual también tenía sed sentir de nuevo. Me encanto el cambio que me regalo que fue esa curva en su rostro que me hacia suspirar. Ese ha sido mi último recuerdo junto a él en la semana y quería más cada minuto sin él. Tuve que volver de mi trance al ver que el reloj marcaba ya la 5:30 de la tarde, el tiempo de salida había ya pasado hace ya unos minutos.
Estire mis brazos y mis piernas, me levante de mi escritorio mientras recogía mis cosas pero en ese momento mi celular empezó a vibrar cosa que me sorprendió ya que no tenía la costumbre de que me marcaran excepto......al captar quien era abrí el mensaje con mucha emoción pero al terminar de leer su contenido me pareció extraño lo que contenía.
"Te tengo una sorpresa, te espero afuera"
Mi curiosidad había llegado a límites insospechados y me propuse a descubrir que era el secreto de mi amado. Antes de salir escuche la voz de mi secretaria con un tono de sorpresa y emoción cosa que me pareció extraño al estar prácticamente las dos solas. Abrí la puerta de mi oficina y mi felicidad no cupo en mi corazón cuando lo vi frente a mí. Cuando él vio que salió una sonrisa se le dibujo al instante.
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Deseos Congelados en el Tiempo.
Romance"Serena es una joven que vive el día a día sin colores, sin emoción ni deseos. Sonrisas falsas por aquí y por allá era su diario vivir. Complacer a los demás antes que a ella sin sentir satisfacción. Lo que ella no sabe es que la vida puede cambiar...