El infierno de perderte.

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¡Vamos! ¡Más rápido! ¡Acelera más! Esos eran mis pensamientos a la hora de recorrer la fría calle de ciudad Azafrán con mi vieja amiga. El miedo invadió todos mis sentidos luego de la llamada de Dawn. ¡La mujer de mi vida está en peligro y yo sin poder hacer nada! Observe como el tráfico estaba en su clímax esa noche y no entendía porque rayos estaba así justamente en este momento tan crucial. Tenía que tomar un riesgo y confiando en mi habilidad decidí tomar la ruta contra vía. Observar los autos a punto de estrellarse contra mí era intimidante pero eso era lo de menos en ese momento. Mi mala suerte aumento cuando escuche unas sirenas de policía que a lo mejor detectaron mi mal acto y empezaron a seguirme también en sus motocicletas. Podrían arrestarme cuando quisieran pero no era el momento, no esta noche.

Al tomar una curva peligrosa decidí acercarme a la acera donde pude observar unos botes de basura y pues decidí tomarlo y usarlos como obstáculos para deshacerme de la ley la cual fue un éxito cuando vi por mi retrovisor como los dos policías caían al pavimento. Tendría que disculparme luego pero al menos me libre de impedimento para llegar hacia mi chica de ojos azules. Mi corazón estaba bombeando sangre a máxima velocidad pero mi alivio se sintió al ver que estaba frente al edificio donde mi amada trabaja. Sin duda me aparque como pude y tome mi celular para llamar a mi amigo del alma, tenía que saber donde llevarla y lo más pronto posible. Escuchaba los timbrazos del celular hasta que por fin obtuve respuesta.

-¿Ash? ¿Qué haces llamando tan tarde?-

-¡No tengo tiempo para explicar! ¡Dime donde queda la clínica más cercana!- En ese momento entre al edificio y corría hacia los elevadores. Con mucha prisa empecé a presionar el botón que me dirigía a la oficina de Serena.

-¿Qué es lo que sucede Ash? Me estas asustando.-

-¡Yo lo estoy más! ¡Serena se desmayo en la oficina! ¡Está en peligro y necesito tu ayuda!- Mis manos temblaban mientras ascendía. No quería vivir la misma tragedia, esta vez iba a actuar como fuese.

-¿Qué rayos? ¡Ash que hiciste!-

-¡No hay tiempo! ¡Solo dime por favor!-

-La clínica más cercana se encuentra en el centro de la ciudad desde donde te encuentras. La clínica es de un amigo mío y te podrá atender sin problemas.- Brock terminaba de explicarme todos los detalles acerca de la dirección y agradecía a los cielos por tenerlo de amigo. Al ver que el ascensor llego a mi destino me despedí de Brock de manera apresurado y salí hecho una bala hacia la oficina de mi amada.

Creí estar preparado para lo que me iba a enfrentar pero chocar con la realidad era demasiado impactante para mí. Al abrir la puerta de golpe pude ver como la peli azul trataba de atender a la persona que estaba inconsciente....Serena. El ver su piel pálida me lleno de terror al mismo tiempo que varios recuerdos amargos nublaban mis sentidos. ¡NO! ¡Tenía que ser fuerte en ese momento y ningún estúpido trauma me iba a evitar salvarla! Me acerque hacia ambas y toque la muñeca de mi persona especial en apuros, mi alivio fue sentir que aun tenia pulso, débil, pero tenía. Dawn estaba hecha un mar de nervios por todo lo que sucedía pero no tenía nada de tiempo para discutir que había pasado.

-Serena....Serena....despierta....soy yo Ash......abre los ojos por favor......- Mi voz se quebraba al verla ahí al acariciar su mejilla sin respuesta pero de pronto un enorme rayo de luz me lleno de esperanza al ver que ella hacía gestos en su rostro. Era definitivo., tenía que actuar rápido y tome a Serena por las piernas para poder cargarla entre mis brazos, se sentía muy liviana y eso me preocupaba al sentir también como su cuerpo se sentía frágil. Había tenido la dicha de sentir su belleza en el pasado pero en ese momento era un símbolo de debilidad el cual ella poseía.

Deseos Congelados en el Tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora