44-Enamoramiento

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Pasó otra semana. Lena tenía nauseas cada mañana y Kara siempre se levantaba con ella, ayudándola. Luego la acompañaba de vuelta a la cama y se tumbaba con ella, hasta que se encontraba mejor. Llegaba casi todos los días tarde a Catco, pero no le importaba. Lena la necesitaba. Una tarde, Kara y Lena estaban viendo la televisión con Kieran y Llara.

Los pequeños estaban sentados delante de la televisión, viendo los dibujos.

Kara y Lena estaban en el sofá. Lena estaba recostada sobre Kara, que se había tumbado y rodeaba el vientre de Lena con sus manos, como si así pudiese proteger al bebé de todo. De pronto Kara movió a Lena con cuidado  y se levantó, colocándose delante de la puerta, que se abrió segundos después.

-Kara: Mel... - dijo al verla.

Mel estaba furiosa. Sus ojos se habían vuelto rojos y apretaba los puños con fuerza. Tiró sus cosas al suelo, de mala manera, mirando a Kara.

-Lena: Mel, cielo, ¿qué ocurre...? - dijo levantándose.

-Kara: Lena, no. Quédate ahí... Mel... Cielo, tranquila...

-Mel: Déjame pasar....

-Kara: No. Vamos, cálmate... - ordenó, mirándola fijamente.

Mel sabía que no tenía nada que hacer contra Kara, así que se fue calmando poco a poco.

-Mel: Lo siento... - dijo cuando se tranquilizó.

-Lena: ¿Qué ha pasado?

-Mel: Un mal día, es todo.... Voy a ducharme.

-Lena: ¿Kara...?

-Kara: No puedo leer mentes, amor... No sé qué le pasa.

-Lena: ¿Qué utilidad tiene eso...? - preguntó - Sólo le hace daño... ¿Para qué le sirve?

-Kara: Para que Lillian se sienta orgullosa de destrozar otra vida más... - dijo abrazándola - Hace mucho que no entreno con ella.... Debería llevarla al D.E.O y hacerla cambiar. Quizás eso la tranquilice un poco.

-Lena: Es buena idea... - dijo volviendo a sentarse. - ¿Y estos? Ni se inmutan, míralos, viendo los dibujos como si nada.

-Kara: Déjalos amor, que disfruten... - dijo sentándose a su lado y abrazándola, preocupada por Mel.


Mel estaba en la ducha, dejando que el agua le callese encima, sin hacer nada más. Se sentía frustrada, enfadada... Esa tarde casi hace explotar L-Corp por no centrarse en lo que hacía y no dejar de mirar a Nia, que llevaba allí toda la semana para escribir el artículo que le pidió Kara. No podía apartar la mirada de ella cuando la veía mordisqueando el bolígrafo que llevaba en la mano, o cuando se agachaba a recoger algo y le daba una vista perfecta de todo su trasero, o de sus pechos, según como estuviese colocada.

-Mel: Soy una idiota, Luna... - le dijo a la perra, que estaba tumbada delante de la ducha, mirándola - Debería haber hecho algo... Al final se irá de L-Corp y me quedaré con las ganas.

La perra bostezó y siguió tumbada, a lo suyo.

No podía quitarse de la cabeza la mirada y la boca de Nia. Y no entendía por qué, nunca le habían atraído las mujeres. Bueno, tampoco es que se hubiese fijado mucho en los hombres, la verdad. Pero siempre se había considerado hetero...

Esa tarde, además de casi destruir la empresa de su madre,  casi besa a Nia. No fue a propósito. Las dos se agacharon a la vez a recoger un papel que se le había caído a Mel y al levantarse, sus caras quedaron demasiado cerca. Mel se quedó mirando los labios de Nia, embobada. Vio que se movían, pero ni se enteró de que la hablaba. Y eso que su oído era perfecto... Y su olor, ese olor que la estaba volviendo loca.... y esos ojos....

Un amor de otro planetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora