60-Corazones rotos

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Pasó un mes desde el cumpleaños de Lena.

Kara se había recuperado bastante bien y había vuelto a entrenar con Mel, que había aprobado sus exámenes y ahora podía dedicar algo más de tiempo a loa entrenamientos con Kara y Alex.

Una noche, al llegar a casa, Mel encontró a Nia sentada en el sofá.

-Mel: Buenas noches, tesoro... - dijo besándola.

-Nia: Hola.- respondió sin mirarla.

-Mel: ¿Te pasa algo?

-Nia: Tu perra se ha comido mis zapatillas.

-Mel: ¿Luna? Qué raro, nunca ha hecho esas cosas.

-Nia: Pues ahora si las hace...

-Mel: ¿Estás enfadada por eso?

-Nia: No. Apenas te veo, Mel. Desde que Kara se recuperó, pasas más tiempo con ella que conmigo...

-Mel: ¿Estás celosa de mi madre? - preguntó, cruzada de brazos y levantando la ceja.

-Nia: No, celosa no. Es tu madre... ¡Pero no me vine a vivir contigo para no verte más de una hora cada noche! Te marchas temprano, pasas todo el día en L-Corp. Y luego, vas con Kara a entrenarte y llegas tan cansada, que sólo quieres cenar y dormir. ¡Ni siquiera hemos vuelto a tener sexo desde entonces! ¡Ni hemos comido juntas. Antes lo hacíamos...!

-Mel: Nia, esto es importante para...

-Nia: ¡Sí, todo es importante para ti! ¡Excepto yo, por lo que veo!

-Mel: Eres muy importante para mí, tesoro, ya lo sabes...

-Nia: Insisto, en que tal vez, no lo suficiente... ¿Sabes qué día es mañana?

-Mel: Doce de Noviembre...

-Nia: ¿Y...?

-Mel: ¿Y... qué....?

-Nia: ¿Qué harás mañana?

-Mel: Lo de todos los días. Ir a trabajar,  entrenar con Kara...

-Nia: ¿No has planeado nada especial conmigo?

-Mel: ¿Nada especial...? No, ¿por qué?

-Nia: ¿Es en serio, Mel...? - dijo, casi llorando.

-Mel: Nia, ¿qué te pasa? - dijo acariciando su mejilla.

-Nia: Nada, no me toques... - dijo apartando su mano de un manotazo. - Hoy dormiré en el otro cuarto...

-Mel: ¿El de invitados? ¿Por qué?

-Nia: No lo sé, Mel... Tú sabrás - dijo levantándose del sofá, molesta - Tienes cena en la nevera, si quieres...

-Mel: Pero.... - dijo confusa.

-Nia: Ah, y me debes unas zapatillas nuevas... Unas que tu perra no quiera comerse.

-Mel: Posiblemente eche de menos a Kieran y Llara. Aquí no tiene con quién jugar. Luna no se compor... -dijo, escuchando el portazo.

Nia se acostó y se durmió poco después, llorando. Era la primera pelea que tenía con Mel y no le gustaba esa sensación. Pero Mel debía darse cuenta de las cosas.

Mel cenó y, antes de acostarse, pasó por el cuarto de invitados y abrió lapuerta, despacio.

-Mel: Nia.... Tesoro... - susurró, escuchando su respiración y su corazón. Estaba dormida. Suspiró y se acercó, sentándose a su lado y acariciando su pelo.

Un amor de otro planetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora