47-Miedo

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Pasaron 3 meses.

Mel y Nia seguían conociéndose. Hablaban, se besaban, pero ninguna se atrevía a ir a más. Aún no. Y no era porque no lo desearan, más bien todo lo contrario. Pero eso del amor era nuevo para las dos. Ninguna podía creerse aún que estuvieran juntas, que una quisisera a la otra. Querían disfrutarlo, vivir cada segundo.

Cuando no estaba con Nia, o en los laboratorios de L-Corp, Mel se centraba en sus estudios. Aunque lo cierto era, que no necesitaba más de una o dos horas de estudio al día y, aun así, iba muy por delante del resto de sus compañeros.

Nia, por su parte, trabajaba mano a mano con Kara en Catco.  Le encantaba trabajar con su ¿suegra? Lo cierto era que no se acostumbraba a esa palabra. En el trabajo, Kara no se metía en nada personal. Pero fuera de él... Había ocasiones en las que Nia no sabía dónde meterse ante las preguntas de Kara. Era obvio que se preocupaba por Mel, pero es que a veces hacía cada pregunta.... Menos mal que Lena siempre la frenaba, cosa que Nia agradecía muchísimo.


La pequeña Laurel ya tenía nueve meses y Alex y Sarah se apañaban bastante bien.

El que Sarah hubiese pedido permiso para estar con Alex y la niña, hizo que Alex se tranquilizase, se tomase las cosas de otra manera y que incluso volviese a su peso. Hacía ejercicio para recuperar su forma física, y ya no se sentía tan mala madre. Cuando a Laurel le empezaron a salir los dientes, Alex no lo pasó tan mal. Estaba acostumbrada por sus sobrinos, y sabía cómo calmar a su hija.Además, Sarah estaba muy pendiente de todoy Eliza también la estaba ayudando muchísimo. Agradecía tener a su madre cerca.


Lena ya estaba de 21 semanas, así que ya se le notaba bastante. Iba a L-Corp, no quería pasarse el día metida en casa, pero no solía quedarse hasta tarde. Eve solía ocuparse de los temas más pesados y Lena sólo acudía alas reuniones realmente importantes. No bajaba a los laboratorios. Por alguna razón, aunque sabía que eran seguros, le daba miedo bajar allí. Así que era Mel la que subía y le ponía al día de cómo iban las investigaciones, los experimentos y demás.

-Mel: Mamá... - dijo entrando en el despacho de Lena. Esta miraba por la ventana, acariciando su vientre.

-Lena: Hola, cielo...

-Mel: ¿Estás bien?

-Lena: Sí...

-Mel: ¿Segura? Te noto... inquieta.

-Lena: No es nada... Dime, ¿qué querías?

-Mel: Te traigo el informe del último experimento... - dio, entregándole una carpeta. Lena se sentó y lo cogió, empezando a leer.

-Lena: Los resultados no podrían ser mejores... - dijo sonriéndola.

-Mel: Supongo que no... - dijo, sin dejar de mirar a su madre. Lena podría decir lo que quisiera, pero ella podía olerlo y podía oírlo. No estaba bien. ¿Lo habría notado Kara? No le había dicho nada y eso que no dejaba a Lena hacer ningún esfuerzo. Si fuese por Kara, no levantaría ni un bolígrafo. - ¿Estás nerviosa?

-Lena: ¿Qué...?

-Mel: ¿Te recuerdo que tengo un buen oído? Estás nerviosa por algo.

-Lena: Anoche no dormí muy bien, cielo, es todo...

-Mel: Claro...

-Lena: Oye... - dijo sonriéndola - ¿No estarás pensando empezar tus práctica antes de tiempo y utilizarme a mí para ellas...? - bromeó.

Un amor de otro planetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora