Después de aquella pelea, no podía ver nada, ya que las lagrimas me impedían la vista, corría lejos, como si la vida me fuera en ello. Solo paré cuando mi camino fue obstaculizado por un río, no reconocía de nada aquel lugar pero era realmente hermoso. Había un gran río de aguas cristalinas, donde había también un puente de piedra, la hierba era de un verde resplandeciente, y detrás de mi, había una cafetería. Lloré un buen rato, hasta que noté a alguien cerca mío.
-¿porque lloras? Sabes, las chicas guapas como tu no deberían llorar- dijo el chico, haciendo que me sonrojara levemente y consiguiendo sacarme una sonrisa por encima de mis lagrimas.
-no pasa nada, es solo que...- y no pude acabar porque volví a llorar.
-tranquila, relájate y cuéntame que te pasa, te sentirás mejor- dijo dulcemente mientras se sentaba a mi lado, lo que hizo que pudiera observarlo bien. Era un chico de estatura media tirando para alto, de pelo azabache y unos preciosos ojos turquesa.
-gracias, ya estoy bien, es solo que he discutido con mi familia, y ha sido una discusión grande y brusca, así que yo solo he salido corriendo con los ojos cerrados, y cuando los he abierto, me he encontrado aquí, aunque aun no se bien donde estoy- dije sollozando, mientras lagrimas recorrían mis mejillas.
-shhhh, tranquila, no pasa nada- dijo mientras me abrazaba como comprendiendo mi dolor. -si te soy sincero yo también acabo de discutir con mi familia y solo se me ha ocurrido venir aquí, ya que es como mi lugar para desconectar-
-ah, lo siento mucho, yo... ya, ya me iba...-dije mientras rompía el abrazo y me levantaba.
-no no, tranquila, quédate no me importa para nada compartirlo contigo, y menos sabiendo que tenemos el mismo problema, creo que los dos necesitamos compañía- dijo agarrándome del brazo para que no me fuera, a la vez que sonreía.
-bueno entonces si no te importa, esta bien- dije volviéndome a sentar y correspondiendo a su sonrisa.
-que bien, y mírate, ya vuelves a sonreír- dijo riendo, a lo que yo también me uní. Aunque me fije y me recordó mucho a alguien, a Harry Potter para ser exacta, aunque... No, no puede ser eso, aunque seria genial e increíble.
-¿te parece si nos vamos a la cafetería a tomar un helado?- añadió.
-claro- respondí sonriendo. Así que nos dirigimos hacia esta, donde el me invito a un helado, ya que yo no había traído dinero. Después de un rato, decidí hacer la pregunta que llevaba tiempo rondando en mi cabeza.
-¿te puedo hacer una pregunta?- le pregunté.
-claro- dijo él.
-¿como te llamas?- pregunte esperanzada, aunque fuera imposible.
-me llamo James- respondió, a lo que mis esperanzas aumentaron.
-¿y cual es tu apellido?- le volví a preguntar.
-¿puedo confiar en ti?- pregunto él.
-claro, para lo que quieras- dije sonriendo.
-esta bien, mi nombre completo es James Potter, James Sirius Potter para ser exactos- dijo él, a lo que yo no sabia que decir, estaba demasiado feliz.
-vaya, eso es increíble, ¡no me lo puedo creer!- dije feliz, pero calmada ya que no quería asustarlo.
-lo increíble es que te lo estés tomando tan bien, no me lo esperaba, las otras chicas me suelen casi matar a causa de la euforia, pero me alegro de que no seas así- lo que hizo que mi alegría aumentara y comenzamos a charlar de nuestra vida.
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¿Magia? Magic.
FantasyCuando una chica corriente se encuentra en contacto con la magia y ve que es parte de una misteriosa y peligrosa profecía, ya nada puede parecer extraño. Claro que, jamás se puede subestimar a Lesley Arilas que, junto a la tercera generación puede r...