NAMSUJIN: vecinos 2

3.3K 288 30
                                    


     SON LAS OCHO DE LA MAÑANA cuando camino hacia la ventana para abrir las cortinas. Se me ha hecho tarde, pero, si calculo bien mi tiempo, puede que llegue con un decente retraso de diez minutos.

Aparto la tela hacia ambos lados, y el sol radiante choca contra mi rostro haciéndome fruncir el ceño. Cubro mis ojos con el dorso de la mano por un instante, y me permito disfrutar de la vista que da la ventana de mi apartamento.

Vivo en un complejo de departamentos, en el piso cinco. ¿Y esto que tiene de increíble?, pues, quitando el hecho de que están todos juntos, el residencial está a veinte minutos de la ciudad con vehículo, y a diez minutos de la orilla de la playa caminando. Es por esa última razón por la que me he mudado: por la hermosa, segura y alejada ubicación. Un escritor como yo, que requiere de constante inspiración, necesita de lugares como estos donde pueda encontrarse paz, donde haya manera de pensar en los detalles y...

Joder.

Detengo todo movimiento, y me doy cuenta que tal vez la vista del mar a lo lejos no sólo sea mi iluminación esta mañana.

Mi garganta se mueve en un dificultoso intento por tragar, y un cosquilleo en lo bajo de mi abdomen se construye ante la vista más jodidamente sucia que alguna vez haya visto. No soy de mirar pornografía para satisfacer mis necesidades, pero puedo asegurar que lo que veo definitivamente compite con cualquier escena erótica profesional.

Desde aquí, puedo ver a mis vecinos follar en su departamento.

Ellos se han olvidado de cerrar las cortinas de su habitación, o eso es lo que creo. Porque ambos están tan metidos en su "asunto", que ni siquiera se han dado cuenta del público que tienen. Por supuesto, suena raro considerarme público cuando sólo soy yo y... demonios. ¿He dicho lo muy mal que están poniéndome?, ¿he mencionado lo bastante pervertido que soy?

Mis vecinos están casados. Son una pareja de hombres que se mudaron al conjunto de departamentos casi al mismo tiempo que yo. Desde entonces, debo admitir que he pensado demasiado en ellos, pues nunca había visto a chicos tan malditamente guapos.

El más bajo de ambos se llama Min Yoongi, y el ángulo en el que están posicionados me da la vista perfecta de su polla mientras se desliza en el interior de Kim Seokjin, su esposo.

Mierda. Jin está en cuatro, literal. Juntos y desnudos sobre la cama se ven increíblemente sucios. No puedo ver su rostro inmediatamente, pero cuando Jin se deja caer y entierra la cabeza en una de sus almohadas, es cuando lo veo morder sus esponjosos labios, y luego abrir la boca donde puedo suponer, está gimiendo con la fuerza apropiada como para mantener empuñadas las sábanas.

Yoongi está aferrado a sus caderas. ¿Ya dije que me encanta el sexo duro? Estoy encontrando difícil no imaginar la piel de Jin mallugada bajo mis yemas. Está enterrándose en él tan fuerte que reprimo mi propio gemido mordiendo el interior de mis mejillas.

Ahora es que me doy cuenta que inevitablemente estoy duro bajo mis pantalones de pijama.

Es de locos permanecer aquí, de pie frente a la ventana, sin ningún temor de ser visualizado. Y creo que simplemente lo soy. Porque mis pies no quieren moverse, mi vista no quiere apartarse de ellos, y mi mano ha caído sobre mi jodida erección en un intento por consolarme.

Estoy propenso a ser descubierto, y asusta que no pueda importarme. Estoy tan metido en el sexo que ambos mantienen que no me doy cuenta cuando Yoongi ha detenido sus estocadas, y Jin, de pronto, abre sus ojos para poder verme.

Estoy jodido. Es lo que pienso. Mi asombro retardado se acrecienta cuando me doy cuenta, también, que me he quedado inmóvil frente a la ventana. Entonces, mi respiración se detiene cuando Yoongi se remueve sobre la cama para salir de Jin lentamente.

No puede estar pasando, ¿cierto? Mis vecinos no pueden seguir teniendo sexo cuando me han visto espiándoles.

Y obtengo respuesta tan pronto como la excitación vuelve como una perra hacia mis bolas, y me tenso en mi lugar observando el cambio en sus posiciones.

Jin está a punto de chupársela.

Yoongi lo toma de los cabellos y lo jala hacia su ingle, donde Jin entierra su nariz en el vello oscuro y recortado. Lo acaricia, absorbe su aroma, y no tarda mucho en tomar la polla de Yoongi y meterla hasta el fondo de su garganta.

Oh. Joder.

Mi propia polla palpita en deseo, y sin aguantar más aquello que había tratado de reprimirme, meto la mano dentro y libero mi endurecido miembro de su confinamiento, sólo para proceder a masturbarme.

Me pongo más duro cuando Yoongi desvía su mirada hacia el cristal y sus ojos se detienen en mí, como si de alguna manera disfrutara de lo que me hace. Observar y ser observado. Nunca había vislumbrado una combinación tan malditamente excitante.

Jin traga y libera la punta para torturarle, y Yoongi no aparta sus ojos de mí mientras sus labios se abren y suelta una sarta de maldiciones que logro comprender con el movimiento de su boca.

Acelero mi propio bombeo y siento la electricidad de mi orgasmo construirse y viajar por toda mi columna. No pasa demasiado tiempo cuando miro a Jin retirar la endurecida polla, le da unos cuantos jalones, y Yoongi se viene sobre su lengua, manchando sus labios y parte de su barbilla perfilada.

Sin contenerme, el chorro de mi propia lujuria sale disparada hacia enfrente, y gotas perladas manchan el cristal de mi ventana haciendo un total desastre.

Me apoyo con una mano sobre el cristal mientras jadeo entrecortadamente, y le doy unos últimos tirones a mi polla sacando de mi sistema la locura que estuvo invadiéndome. Cuando apoyo la frente también sobre esta, es cuando la claridad vuelve a mi mente y la fría realidad me golpea indicándome lo estúpido que he sido por dejarme llevar ante esta vergonzosa situación.

Me doy cuenta, desafortunadamente, que sí, tengo que disculparme.

Cuando vuelvo la vista hacia la escena en el departamento de mis vecinos, una nueva travesura comienza a invadirme porque, ¡demonios!, ¿quién diría que no a una oferta como esa?

Jin está apoyado en la venta, lamiéndose el residuo de semen que ha manchado su boca, y Yoongi, quien había desaparecido de momento, regresa al cristal con una hoja de papel que tiene escrito: ¿No quieres unirte?

Riendo como un lunático, acepto. Porque eso es, he perdido la cabeza. Sin embargo, en nombre de la creatividad tendré que ir y tocar a su puerta, pues puede que sea la inspiración que necesite. 

GOOD NIGHT 》BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora