YOONSEOK: de bebidas y oportunidades

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     —TOMA OTRA HOSEOK —dijo Yoongi cuando su mejor amigo golpeó la lata de cerveza contra la superficie de la mesa.

—¿Estás tratando de emborracharme, hyung? —contestó Hoseok, tomando aquella lata entre sus manos, abriéndola sin antes limpiarla. Parecía muy despreocupado.

—¿No lo estás ya? —dijo Yoongi, tomando un trago. Tenía años sin ver a Hoseok ebrio, y eso había sido desde la preparatoria, cuando ambos se escaparon un fin de semana con sus amigos del colegio, y tuvieron el valor de embriagarse sin permiso.

—¡Para nada! —dijo Hoseok, y se dejó caer en el respaldo del sofá con un brinco que hizo que la cerveza se derramara sobre su mano.

—¡Oye, ten cuidado!, me vas a ensuciar los muebles Hoseok.

—¿A quién le importa tus estúpidos muebles? —contestó Hoseok irritado. Tenía el rostro enrojecido y los ojos más cerrados que abiertos. Yoongi aún no podía creer que Hoseok lo perdiera con su tercera lata de cerveza, mucho menos que estuviera sufriendo por el idiota más grande de la escuela.

—A mí —respondió Yoongi—, soy yo quien paga el alquiler de este departamento.

—Y soy yo quien tiene el corazón roto —avisó Hoseok, y con una de sus manos se golpeó el pecho demasiado duro para el gesto—. Fui yo a quien dejaron, hyung. Eres tan maldito e insensible.

—Hoseok —llamó Yoongi mientras se pasaba una palma por el rostro. Había estado escuchando la triste –si a eso se le puede llamar triste– historia de su mejor amigo, el cual básicamente trataba de haber sido dejado por el imbécil más grande de la historia –o sea, el novio. Un chico guapo, pero sin cerebro que lo había conquistado sólo para acostarse con Hoseok. Claro, eso no se lo iba a decir Yoongi de nuevo; era un "TE LO DIJE" que reservaba para cuando Hoseok volviera a estar sobrio—. Ya no estés así, amigo. Encontrarás a otro chico, estoy seguro.

—Pero, ¡¿quién hyung?! —explotó Hoseok, haciendo que apretara la cerveza y esta se derramara una vez más, pero sobre el mueble.

—¡Mierda Hoseok! —dijo Yoongi, quitándole a su mejor amigo el trago de la mano antes de que ocasionara más desastre. Aún debía de lidiar con la vomitada que Hoseok tendría después.

—¡Nadie me quiere! —puchereó Hoseok—. Ni quiera mi estúpido gato.

—Tú no tienes un gato —dijo Yoongi—. O quizá te refieras a Jimin.

—¡Hyung!, deja de bromear y ser tan insensible. Nadie me quiere, ni tú.

Yoongi se mordió la lengua ante las palabras de Hoseok, porque era evidente que todavía no superaba su tonto enamoramiento hacia su mejor amigo, mismo que inició cuando se dio cuenta que adoraba ver a Hoseok sonreír 24/7, o cuando Yoongi recibía abrazos frecuentes de Hoseok sin razón aparente, o cuando ambos se volvieron inseparables. Ya no estaba seguro de cuándo ocurrió, pero era un sentimiento que persistía aun cuando Hoseok era demasiado ciego como para darse cuenta de ello.

Todos sabían que Yoongi gustaba de Hoseok, menos el mismo Hoseok. ¿Podría ser su vida más miserable? Sin mencionar todas las veces en las que Hoseok venía a contarle sobre su vida privada –muy privada– junto al mismo idiota que lo acababa de dejar. Yoongi sólo quería partirle la cara al maldito.

—Hobi...

—¡No me digas Hobi! —gritó Hoseok y llevó sus rodillas al pecho—. Chohyuk me decía así...

—Sí sabes que nosotros te pusimos Hobi primero, ¿verdad? —respondió Yoongi con un bufido—. Además, suena más bonito cuando yo lo digo.

Hoseok abultó los labios y giró el rostro para mirar a Yoongi, quien jugaba con la lata entre sus manos.

—No lo sé —dijo Hoseok—. ¿Puedes repetirlo?

—No voy a repetirlo —refunfuñó Yoongi—. Sólo olvida a ese idiota. No es el único quien te quiere Hoseok —mencionó Yoongi y miró a Hoseok de vuelta. Estaba seguro que era el alcohol corriendo por su sistema el que hacía que sus mejillas se sintiesen calientes.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó Hoseok.

—Estoy bastante seguro que Jimin y Jungkook te quieren, también Namjoon. ¡No se diga de Jin y Taehyung! Todos tus amigos te queremos... Tú mamá, tú papá, tu hermana...

Hoseok abultó los labios en un mohín y frunció el ceño.

—Ellos no cuentan.

—¿No?, ¿ni siquiera cuenta el que yo te quiera? —Yoongi se aclaró la garganta un tanto nervioso—. Mejor toma otra cerveza.

—Hyung, eres mi mejor amigo. Se supone que debes de quererme —dijo Hoseok ignorando la invitación de Yoongi—. Tampoco cuenta.

—Hoseok, claro que cuenta —contrarió Yoongi, su temperamento poco a poco elevándose.

—No, no cuenta. Porque Chohyuk me daba besitos en la boca y me decía cosas lindas. Esas cosas no lo hacen los amigos, hyung. Además de follar y...

—¡Ya! —interrumpió Yoongi—. Ya entendí, pero eso no tiene nada que ver.

Cansado, Yoongi dejó la cerveza sobre la mesa frente al sofá. No estaba seguro del porqué escuchar a Hoseok decir todo aquello le irritaba muchísimo, pero por alguna razón deseaba hacerle saber a su mejor amigo que el tal Chohyuk no era el único que podía quererlo.

Re acomodándose en el sillón que compartían, Yoongi se acercó a Hoseok hasta que quedaron uno frente a otro. Hoseok no dijo nada del comportamiento de su amigo, aún seguía mirándolo con los labios abultados, las mejillas rojas y los ojos pequeñitos –obviamente ebrio. Yoongi sólo deseaba que Hoseok no recordara nada al día siguiente, porque lo que estaba por hacer era prácticamente la oportunidad de su vida, el sueño más anhelado y una de sus mayores fantasías –ignorando, por supuesto, las más pervertidas.

—Hobi —llamó Yoongi, trayendo toda la atención de Hoseok—. No sufras por ese tonto. Hay alguien más que también te quiere.

—¿Quién? —preguntó Hoseok, inocente de todo lo que pasaba a su alrededor.

—Yo —dijo Yoongi, y tomó las mejillas de Hoseok tan sólo para acercarlo y plantar en sus labios un pequeño beso.

Hoseok no se movió, ni siquiera protestó cuando Yoongi volvió a hacerlo. Ambos abrieron sus labios y se besaron tímidamente, despacio.

Cuando finalmente Yoongi se separó, miró que Hoseok tenía los ojos cerrados, y frunciendo el ceño, llamó: —¿Hoseok?

Hoseok ni siquiera respondió, sino que se dejó caer sobre Yoongi, apoyando la frente sobre uno de sus hombros. Yoongi quiso retirarlo para saber lo que pasaba, pero cuando escuchó un ronquido, supo que Hoseok se había quedado inmediatamente dormido.

Sí, Yoongi no tenía suerte. Mucho menos la tuvo cuando a media noche Hoseok se vomitó en su cuarto. Pero ciertamente besarlo había sido la mejor de sus oportunidades. 

GOOD NIGHT 》BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora