Continuación de Joven obsesión ♡
EN MUCHOS CASOS, LO PROHIBIDO causa placer. Una vez que lo has probado, también puede provocar adicción.
Yoongi conoce muy bien esa sensación, aquella que interfiere en la mente cuando las campanas de advertencia se encienden, pero que es repentinamente aplastada por otra indudablemente mejor: el deseo. La excitación lo corroe con una fuerza tan desmedida cuando está frente a lo clandestino, que su mente se nubla y se rinde para entregarse por completo. Porque, por supuesto, luego habrá momento de cuestionarse, de decirse a sí mismo que lo que hace no está bien, que nunca volverá a hacerlo. Obviamente, es una maldita mentira, pero le gusta pensar que tiene todo bajo control, que pronto su capricho cederá y dejará de desear a su adorada perdición: Jeon Jungkook.
Pero no ahora. No cuando tiene al mejor amigo de su hijo atrapado entre sus brazos mientras gime y lloriquea por atención. El razonamiento, la moral y el jodido arrepentimiento pueden esperar. Yoongi sólo quiere ver a este precioso chico correrse mientras escucha su nombre salir de sus labios.
Es una hermosa noche, normal como cualquier otra, y Jungkook ha venido a visitar a Jimin, quien previsiblemente –por fortuna– no se encuentra en casa.
Casi siempre es así. Jungkook llega, entra como si estuviera en su propio hogar, saluda amablemente a su esposa, pasa tiempo con Jimin mientras juegan videojuegos o hacen la tarea, y, finalmente, cuando toca despedirse, se cuela astutamente en su oficina y se frota sobre Yoongi hasta que pierde la maldita cabeza.
Y, como cada que pasa, Yoongi deja que todo ocurra según su curso porque, aunque diga una y mil veces que tiene control sobre Jungkook, tal como de sí mismo, la realidad es que no puede negar absolutamente nada de lo que el chico desee.
Algunas veces, mira sus manos y su mente le recrimina los motivos por el cual se permitió tocar el cuerpo de un chico. Tal como ahora mismo, mira lo obsceno de la escena, justo frente al espejo de cuerpo completo que hay en la habitación que fielmente comparte con su esposa, y se repite una y otra vez que lo que hace no es más que algo pasajero.
Pero, cuando su puño envuelve el miembro del chico mientras lo mantiene mirando hacia adelante para que vea lo impresionante que se ve hecho un desastre, confirma que lo pasajero está comenzando a sentirse permanente.
Jungkook está con los ojos llorosos y su cuerpo se retuerce entre los brazos de Yoongi. Yoongi le ha bajado los pantalones y se ha plantado firmemente detrás de su cuerpo con el único propósito de mantenerlo inmóvil mientras lo masturba hasta el cansancio. Para Yoongi, es la imagen más bella que sus ojos hayan visto alguna vez.
No lo ha besado. Jungkook jamás ha besado a Yoongi y es una de las cosas que más desea, pero ahora que tiene la mente nublada y el placer se ha extendido por su cuerpo, piensa que es tonto reclamarle al hombre las razones por las cuales le ha mentido otra vez.
Yoongi siempre promete que lo besará en su próximo encuentro, pero cada uno de ellos llega y termina de la misma manera, haciendo que Jungkook se pregunte si Yoongi de verdad –enserio de verdad– no siente nada por él. Y, puede que a veces lo crea, pues la relación prohibida que ambos llevan no marcha hacia ningún lado, y Jungkook también lo sabe muy bien. Sin embargo, es tanta su obsesión y delirio por el hombre, que simplemente no puede negarse.
Jungkook adora que Yoongi le ponga las manos encima. No hay razón para detener los furtivos encuentros cuando disfruta tanto como lo hace ahora mismo. Por eso, haciendo un doloroso pero glorioso vaivén de sus caderas, mientras su polla entra y sale del agarre ajustado que lo mantiene cautivo, y su culo choca contra la protuberancia de la excitación de Yoongi, realmente cree con firmeza que tal vez, muy en el fondo del duro corazón de Yoongi, existe algún bonito sentimiento hacia él.
Y lo deja. Jungkook permite que lo desmolden para ser re armado otra vez. La vista de las manos blancas, huesudas y marcadas con venas de Yoongi son tan eróticas que piensa que valdrá la pena cada una de las veces en las que ambos estén así, ocultos para que nadie los vea.
Jungkook gime y jadea. Yoongi eleva la mirada hacia el espejo y conecta sus ojos con el chico mientras sigue con la tortura. Más veloz. Más descontrolado.
Para cuando Jungkook tiembla entre sus brazos, Yoongi le ataca el cuello, y en este deja besos húmedos y marcas rojizas para que Jungkook, al verlas en la comodidad de su casa, lo recuerde después.
Yoongi ama eso. Le gusta pensar que Jungkook sueña con él, que es su nombre el que grita cada que se masturba. Que no puede vivir sin sus caricias, que es quien lo protege del mundo, egoístamente, alejando a todos los que quieran acostarse con él.
Es una obsesión un tanto enfermiza, pero Yoongi está demasiado hundido que piensa que ya no vale la pena intentar flotar. Por esa razón, cuando mira a Jungkook correrse en su puño, mientras siente cómo el chico se aferra a él y es su nombre quien dice entre jadeos entrecortados, aquel pensamiento de posesión se reafirma haciendo que, sin pensar, le dé la vuelta al rostro de Jungkook sólo para darle un beso completamente devastador.
Jungkook no tiene idea de lo que está ocurriendo, pero se deja hacer. Y, aunque le haga falta el aliento, busca lo que queda en sus pulmones para corresponder a esos labios duros y a esa lengua demoledora que no hace más que saquear su boca y mallugar su corazón.
Yoongi, insaciable como siempre, desprende su boca de Jungkook cuando cree que ha vuelto a tener el control sobre sí mismo. Lastimosamente, la realidad es otra.
—Me besaste —dice Jungkook una vez que se ha recuperado, asombrado de tener aún algo de razonamiento. Y, cuando Yoongi lo suelta para alejarse de él, toma su brazo inmediatamente para que no haga lo que siempre hace cada que parece que alguna barrera ha caído sobre sus pies, dejándolo vulnerable—. Espera.
Yoongi lo mira completamente en silencio al detenerse justo frente a la puerta. Jungkook se sube los pantalones, arregla su camisa, y mira con amargura los restos de semen que han quedado esparcidos en la preciosa y oscura alfombra. Suspira. Una vez que se recompone, regresa hacia Yoongi para rodearlo por el cuello una vez más, y sonreír.
Sonreír es la única arma que tiene contra él. Y parece funcionar, porque Yoongi ha vuelto a su semblante de antes y lo ha rodeado con sus brazos en una rendición silenciosa. Cuando Yoongi aparta la mirada y ladea la cabeza hacia otro lado, Jungkook vuelve a sentir paz otra vez.
Por mucho que le haya gustado y su corazón haya dado saltos de alegría, Jungkook no está dispuesto a perder lo poco que tiene sólo por un simple beso. Que, efectivamente, ha sido el mejor que le han dado en la vida, pero es un sacrificio que tiene que hacer para seguir, como siempre, con esta ridícula obsesión que tiene por un hombre casado.
—¿Hyung? —incita Jungkook, y Yoongi expulsa un suspiro que lo hace reír—. ¿Puedo venir mañana de nuevo?
Yoongi arruga la nariz. Está cediendo, como siempre, sólo porque el chico ha usado honoríficos con él y es, particularmente, otra de sus adorables debilidades.
Por consecuente, parece que la tarde terminó y todo ha regresado a su sitio como de costumbre. Yoongi le ha dicho a Jungkook que deje de venir, pero el chico simplemente lo ha ignorado monumentalmente y se ha ido alegre, con el brillo despampanante del orgasmo.
Mañana, Jungkook volverá a su casa para hacer tarea con Jimin. Mañana, se quedará a cenar y ambos chicos verán una película juntos. Mañana, su esposa le dirá a Jungkook lo encantador y estupendo amigo que es para su hijo. Mañana, fingirá ser un buen esposo y follará con su mujer para que piense que todavía hacen el amor como si realmente estuviesen enamorados.
Mañana, Yoongi olvidará toda su falsedad cuando tenga a Jeon Jungkook contra el escritorio y finalmente vuelva a besarlo. Porque ¡al demonio con las reglas y negaciones!, está indudablemente perdido por él.
Lo único que Yoongi espera con ansias es poder dejar de ser, algún día, un jodido mentiroso.

ESTÁS LEYENDO
GOOD NIGHT 》BTS
Fanfiction-Dos es siempre mejor que uno. -¿Y tres? -Tres es aún mejor. • HOMOSEXUAL • 70 pequeñas historias sobre ships de BTS con contenido erótico: MM & MMM. • Además del contenido +18, las historias pueden ser: • románticas • comedia •...