NAMMIN: 40/20

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     UN DESVÍO EN SU MIRADA hace que sus ojos caigan en los míos; aquella amplia sonrisa se desvanece, y sus labios se aprietan en una línea firme con nerviosismo.

Suspiro. Mientras Jimin conversa con sus amigos, pienso que debo decirle que podría ser más cuidadoso. Aunque no lo culpo, ni siquiera yo puedo dejar de observarlo.

Él no es muy bueno ocultando sus emociones. Sus pensamientos más profundos se pintan en su rostro con exquisita facilidad. Y, cuando la chica a su lado lo toma del brazo para llamar su atención, la dificultad que Jimin tiene para concentrarse en ella hace que una risa pequeña levante mis pómulos.

Oh, mi dulce Jimin. La etapa en la que vive hace que quiera regresar en el tiempo hacia esa época dorada en donde yo también hacía lo mismo. De joven, las mujeres me parecían indiscutiblemente hermosas, llamativas e interesantes. Pero, por mucho que jugué a ser el hombre que todas querían, ni una sola vez llegué a enamorarme, nunca pude gustar realmente de ellas.

Sin embargo, a mi edad, he aprendido a conocerme. A mis cuarenta, finalmente estoy loco por alguien.

Jimin sonríe, y al volver sus ojos hacia mí muerde sus labios mientras sus mejillas se sonrojan. Allí, en medio de un grupo de chicos divirtiéndose y conversando entre ellos, está el hombre que hace que me sienta nuevamente joven.

Caminando hacia su dirección, ellos me visualizan, por lo que entran al salón de clases apresurados por tomar su lugar. En la puerta, Jimin queda rezagado, y con paciencia me espera hasta que ambos estamos cerca.

—Buen día profesor Kim —saluda. Su amplia sonrisa se ve adornada por aquellos carnosos labios—. ¿Ha descansado bien?

—Park —asiento, e inspeccionando que no haya nadie próximo a nuestro alrededor, agrego—: Mejor que tú, seguro.

—Tal vez —con timidez, Jimin agacha la mirada. Empero, cuando se vuelve, el destello travieso y despampanante manda una punzada directamente hacia mi ingle, tentándome—. Si tan sólo alguien me hubiese dejado dormir...

—Es una lástima —acercándome a su oído, susurro—: Puede que tenga consideración contigo hoy.

—No la tengas —me dice, y bajando su mirada hacia mis labios, Jimin se relame los propios para después alejarse.

Entrando, tomo asiento en mi escritorio y respiro. Miro a Jimin sentarse junto a su novia, a los demás jóvenes preparándose para el examen de hoy. Entonces, pienso con gracia que estar enamorado de un chico de veinte años no le hace bien a mi corazón por tanta dolencia y anhelo, sin embargo, la forma en la que Jimin me observa desde lejos y los cosquilleos que se amontonan en mi estómago hace que valga absolutamente la pena.

GOOD NIGHT 》BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora