ES EL CUMPLEAÑOS número cuatro de Jimin, y Namjoon quiere llevarle el regalo más genial que exista. Sin embargo, Jin le dijo que sólo debe escoger uno de entre tantos miles, y Namjoon quiere llorar porque no puede decidir; lo mejor sería comprar todos porque Jimin es su mejor amigo en el mundo, pero su hermano mayor se ha cruzado de brazos y ya le ha dado un coscorrón para que deje sus berrinches y elija.
La locura termina cuando Jin sale de la juguetería con el pequeño Namjoon entre sus brazos, hay un mar de lágrimas en sus mejillas e hipos que afirman que no pudo decidirse.
—Eso te pasa por indeciso —le dice Jin al bebé de tan sólo cinco años, sin mucho calor porque nunca ha podido realmente enojarse con él—. Ahora iremos a la fiesta de Jimin sin un regalo, Joonie.
—¡No! —protesta Namjoon en desacuerdo y se limpia los mocos con toda la palma de su mano; Jin hace un gesto que describe la forma exacta de alguien dándose por vencido, y saca una servilleta para limpiar los restos que han quedado esparcidos por su rostro—. Yo quiero llevarle a Mochi el regalo más genial de todo el universo.
—¿De todo el universo? —Jin ríe y baja a Namjoon para luego tomarlo de la mano. Sus pasos no son apresurados, pero mientras se dirigen al estacionamiento de aquella plaza comercial, Jin intenta pensar en la forma de encontrar el regalo perfecto para Jimin, el hermanito menor de su novio Yoongi—. Pensemos Joonie, ¿cuál sería el mejor regalo de cumpleaños para ti?
—¡Un libro! —dice Namjoon entusiasmado, recordando el fantástico libro que Jimin le regaló en su pasado cumpleaños. "El principito" se convirtió entonces en el apoyo principal de Namjoon ahora que estaba aprendiendo a leer; era de esperarse que aquel obsequio fuese su preferido.
—Eso está bien —afirma Jin, desbloqueando la camioneta para subir primero a Namjoon—. Pero sabes que Jimin todavía no sabe leer. No está tan avanzando como tú, Joonie. Y, además, Jimin es un niño de juguetes, no de libros.
Haciendo un puchero, pero aceptando lo que su hermano acaba de decirle, Namjoon sube a su silla y trata de abrocharse él mismo. Jin no puede evitar reír cuando la frustración supera al pequeño y se da por vencido con un gran suspiro, así que termina el trabajo antes de que más del llanto de hace un momento regrese.
Cuando se trata de Jimin, Namjoon siempre ha sido muy exigente consigo mismo, y Jin se ha dado cuenta de eso muchas veces.
Como la última vez que salieron al parque juntos.
Jimin siempre ha sido más pequeño que Namjoon, y al no alcanzar por sí sólo los juegos, pide ayuda a sus mayores o al mismo Namjoon quien tiene los bracitos más largos que él. Jin empujaba a ambos niños en los columpios, pero al terminar, Jimin se había quedado con ganas de volver a subirse.
Namjoon no podía empujar a Jimin por sí solo, y Jimin miró la desilusión en el rostro de Namjoon así que lo abrazó como consuelo.
"Pronto crecerás", le había dicho Jimin con una preciosa sonrisa y sus mejillas coloradas como bollos. "Yoongi dice que si tomamos nuestra leche y comemos verduras seremos muy grandes, Joonie. Pronto jugaremos solos en los columpios".
Así que Namjoon había corrido a preguntarle a Jin si eso era cierto, por lo que su hermano lo afirmó con un guiño hacia su novio. Desde entonces, Namjoon es el primero en pedir su leche por las mañanas, y ya no deja verduras rezagadas en su plato.
"¡Debo crecer rápido para empujar a Mochi en los columpios!", había sido lo que Namjoon dijo en cuanto se le cuestionó sobre su entusiasmo y buen comportamiento.
Desde ese momento, Jin supo que Namjoon tenía cierta debilidad por Jimin. Ellos de verdad se habían vuelto cercanos.
Lo que ocurría ahora no era tan diferente. Namjoon estaba enojado consigo mismo al no haber sido capaz de elegir el mejor regalo de cumpleaños para su mejor amigo, por lo que sus labios abultados, mejillas infladas y sospechoso silencio debían significar que realmente se lo estaba pensando.
Pero la determinación del pequeño Namjoon no duró mucho, porque a mitad de camino se quedó dormido. Quizá fue por haber llorado, piensa Jin con gracia, y decidiendo echarle una mano a su adorable hermanito, le hace una llamada a Yoongi para preguntarle sobre lo que más quiere recibir Jimin por su cumpleaños.
HORAS MÁS TARDE, cuando Jin despierta a Namjoon para vestirlo y arreglarlo para la fiesta, una oleada de nuevas lágrimas se desprende del pequeño al darse cuenta que en realidad no ha comprado nada para Jimin.
Jin lo consuela diciéndole que no debe preocuparse, pero Namjoon decide no creerle porque su hermano siempre ha sido un bromista con él.
El camino es silencioso, y el pulgar de Namjoon termina convirtiéndose en ciruela pasa después de estar en su boca durante todo el recorrido. Jin lo deja pasar porque sabe que su hermanito está muy mimado, pero anota mentalmente que para la próxima debe darle un coscorrón cuando lo vea chupándose el dedo.
Juntos bajan y se encaminan hacia la puerta. Allí, esta se abre indicando que un Jimin muy emocionado había estado pendiente de su llegada.
—¡Joonie! —grita el bebé Jimin con sus manos hacia el cielo; un abrazo fuerte se da entre ambos niños y comparten un dulce beso que Yoongi deja pasar porque son muy pequeñitos—. ¡Llegaste! ¡Vamos a jugar!
—Jimin —llama Namjoon, y su cara cae hacia el suelo tratando de esconder su vergüenza—. Yo... no te traje un regalo.
—¿Regalo? —Jimin observa a Namjoon como si no entendiera; Yoongi y Jin se miran compartiendo el mismo pensamiento: a Jimin sólo le importa que Namjoon esté allí, en casa—. No importa Joonie, sólo quiero jugar contigo.
—¿De verdad? —pregunta Namjoon, y su mirada gacha se eleva revelando la humedad en sus ojos; el pequeño siempre destacándose por ser muy sentimental.
—Sí, tonto —tomando a Namjoon de la mano, ambos corren hacia el patio trasero y Jimin le dice a Namjoon que los demás niños ya han llegado.
La reunión es una pequeña comida con su familia y amigos más cercanos, y regresando el tiempo en el que todo ocurrió, Jin piensa que haber conocido a la familia Min es un buen obsequio para todos.
—¿Lo trajiste? —pregunta Yoongi más tarde cuando todos han terminado de comer y los niños corren por el patio después de haber devorado sus respectivas porciones de pastel. Sólo esperan que ninguno termine con el estómago revuelto, y puedan terminar la fiesta sin inconvenientes.
—Sí —dice Jin sonriente—. Pero ahora que los veo tan felices, creo que no es necesario dárselo. ¿No lo crees?
—Puede ser —dice Yoongi mientras le da un sorbo a su bebida y mira hacia la otra dirección; sus ojos se quedan en el par risueño que rueda en la hierba para luego chocar entre ellos, y sus propios labios se curvan al recordar lo que le había dicho a Jin unas horas antes—. Sería bueno que se lo dejáramos en su habitación. Tendrá una sorpresa doble.
—Te dejaré esa misión a ti —inclinándose, Jin se apoya en el hombro de Yoongi. La dulce escena donde sus hermanos pequeños juegan con sus amigos les hace recordar la forma en la que se conocieron.
—Creo que no podrán vivir el uno sin el otro, ¿cierto? —agrega Yoongi.
—Pienso que no —afirma Jin—. Pero, ¿acaso no es lo más dulce que hayas visto, Gichi?
Sin decir nada más, los mayores observan al par de niños por otro largo momento.
Namjoon está ayudando a Jimin a levantarse para después sacudir su ropa y apretarle las mejillas; Jimin deja que le ayude y su sonrisa es tan amplia que hace que sus ojitos se cierren. Luego, se toman de la mano y repiten la acción que han estado jugando con el resto de sus amigos, y mientras sus risas hacen que todo el mundo se contagie de su alegría, ellos comparten miradas que únicamente ambos entienden.
Quizá Namjoon no haya podido darle a Jimin el mejor regalo del universo, pero para Jimin, Namjoon siempre será su único y más grande obsequio.
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GOOD NIGHT 》BTS
Hayran Kurgu-Dos es siempre mejor que uno. -¿Y tres? -Tres es aún mejor. • HOMOSEXUAL • 70 pequeñas historias sobre ships de BTS con contenido erótico: MM & MMM. • Además del contenido +18, las historias pueden ser: • románticas • comedia •...