—NO PUEDO DORMIR —dijo Hoseok cuando se sentó en la orilla de la cama. Había entrado en la habitación de Jin, y Hoseok sabía que al él no le gustaba que lo hiciera sin su permiso cuando estaba molesto. Pero Hoseok había estado muy inquieto, y tenía mucho antojo de su leche favorita.
Jin no estaba dormido, sólo se encontraba viendo cosas en su teléfono esperando a que el sueño lo derribara. Después de una larga jornada en el trabajo, y de haber llegado a casa para luego tener una pequeña discusión con su novio, lo que menos quería era cerrar los ojos sabiendo cómo habían terminado las cosas. Aunque su orgullo también le impedía buscar a Hoseok.
Sin embargo, cuando lo miró entrar en su habitación, se alegró de que Hoseok hubiera tomado la iniciativa.
—¿Sigues molesto? —preguntó Hoseok con timidez. Al no obtener de Jin ninguna respuesta más que una dura mirada, se subió al colchón y gateó hasta quedar encima de él, sentándose sobre sus piernas.
Jin giró el rostro hacia un costado.
—No te enojes —dijo Hoseok tomando el rostro de Jin, obligándolo a prestarle atención—. Mejor dame lechita, no puedo dormir.
Sin poder evitarlo, una sonrisa se escapó de sus labios, y Hoseok se inclinó para dejar un suave beso sobre ellos.
—Cariño, dámelo en mi vasito, por favor.
Jin suspiró, llevando las manos hacia la cintura de Hoseok.
—De acuerdo —respondió con resignación. Los encantos de Hoseok eran su más grande debilidad.
Jin salió de la cama y Hoseok lo siguió hasta la cocina, donde se sentó en la mesa mientras veía a Jin buscar su vaso preferido. Luego, Jin sacó la leche de chocolate que le gustaba tanto a Hoseok, y le sirvió un poco, entregándoselo.
Hoseok comenzó a reírse por la tonta ocurrencia de Jin, y cuando tomó un sorbo y se lamió los labios manchados de chocolate, Jin sonrió ladino y se mordió un belfo rosado.
—Desnúdate —dijo Jin, y se pasó la mano por encima de su pantalón de pijama, acariciándose el miembro.
Hoseok siguió tomando de su vaso, y luego negó diciendo: —No me has dado la leche que te pedí. Aunque la de chocolate no está tan mal.
—Estoy en eso. Desnúdate.
Hoseok sonrió, porque sabía que Jin quería un incentivo para endurecerse. Así que rápidamente pasó sobre su cabeza la playera blanca que traía, y se puso en pie para deshacerse de su bóxer. Cuando regresó la mirada, Jin ya tenía abajo los pantalones y sostenía firmemente su polla mientras la bombeaba con suavidad.
Hoseok sintió que se le hacía agua la boca, por lo que buscó la mirada de Jin para obtener su consentimiento. Jin asintió, por lo que Hoseok llevó una de sus manos hacia su pecho y comenzó a frotarse, haciendo énfasis en uno de sus pezones, con el cual jugó y apretó hasta que un gemido necesitado lo abandonó.
Jin estaba completamente erecto, y cuando Hoseok miró hacia la mesa, Jin ya tenía un pequeño vaso de cristal frente a él: su verdadero vaso favorito.
Con un duro pellizco, la polla de Hoseok comenzó a gotear. Su deseo se combinó con sus pecaminosos pensamientos. Se sentía tan sucio como deseado.
—No te toques la polla Hoseok —le advirtió Jin, y Hoseok volvió a subir la traviesa mano que había bajado para acariciar sus bolas—. Aún estoy un poco sentido contigo.
—Pensé que me habías disculpado —gimió, y luego Hoseok se mordió los labios, clavando la vista en la polla de Jin, que estaba larga y brillante.
—Aún no has pedido que te perdone —Jin soltó un gemido, e inclinó el rostro hacia atrás mientas aumentaba los movimientos en su mano, pasando el pulgar sobre el glande, frotándolo con determinación.
Hoseok de verdad estaba muriendo por tocarse, pero si lo hacía, Jin se enojaría de nuevo, cosa que ya no quería por haberlo desobedecido antes. Era una lástima, pero debía contenerse.
Así pues, cuando Jin sintió el orgasmo construirse bajo la mirada oscura de Hoseok, acercó el pequeño vasito, y le dio unos cuantos tirones fuertes a su polla justo antes de correrse. El blanco líquido comenzó a verterse dentro, y Jin siguió trabajándose para ordeñar hasta la última gota, reprimiendo los sonidos mordiéndose los labios.
Hoseok miró cómo la corrida de Jin pronto atiborró aquel vaso. Esa era una de las cosas que amaba de Jin. Su novio se corría en abundancia, fuerte, espeso, y podía llenar su cuerpo hasta el punto de querer sentirlo escurrir por sus piernas. Hoseok se sentía sediento en ese momento.
Al regresar la mirada hacia Hoseok, Jin sonrió.
—Toma tu leche calientita, y vete a dormir, Hoseok
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GOOD NIGHT 》BTS
Fanfiction-Dos es siempre mejor que uno. -¿Y tres? -Tres es aún mejor. • HOMOSEXUAL • 70 pequeñas historias sobre ships de BTS con contenido erótico: MM & MMM. • Además del contenido +18, las historias pueden ser: • románticas • comedia •...