'La mediadora'(TMR)Newt

lucha

Anna fue hacia el pequeño armario donde guardaban varias armas y se adueñó de una metralleta portátil muy ligera y varios revólveres. Esto iba en serio, y no dudaría en disparar a los raros.

- Ya sabes que no hace falta que luches, siempre puedes quedarte aqui y..-dijo Jorge cogiendola por el hombro. Anna lo apartó y lo miró cara a cara.

-¿Qué quieres decir Jorge?, ¿crees que no estoy preparada para disparar a los raros?.Bien sabes que lo he hecho antes.

Jorge se pasó la mano por los mechones de pelo ahora más largos y rizados que cuando lo conoció en la ciudad del desierto.

-¡Sabes que no es eso!¡Estos raros son diferentes! Y si... -vaciló un momento.-Y si Newt, Brenda, Minho o Thomas están entre ellos ¿que?.

- Newt probablemente esté muerto y todos los demás son lo suficientemente listos como para haber huido de Nueva York, nosotros somos los que estamos al frente de batalla, si ahora no ganamos ellos moriran de todas formas. Y ahora vamos.-se cargo las armas al hombro y salió a la calle en busca de pelea.

No llevaban más de dos horas caminando y patrullando nueva york cuando oyeron gritos y varios disparos, corrieron hacia la estación de trenes donde controlaban los habitantes que salian y entraban de la ciudad.

En la estación se estaba llevando a cabo un exterminio de raros, aunque parecía más bien al contrario: por cada raro que mataban tres más aparecían y los agentes no eran ni siquiera la quinta parte de la marea de raros que se avecinaba sobre ellos.

Anna y Jorge se dispusieron a atacar, ella atacaba con la metralleta a diestro y siniestro sin mirar la cara de agonía de los raros. Jorge atacaba con su pistola y un cuchillo que habia encontrado de camino a la batalla y con este los remataba.

Tras una hora de batalla sin descanso, ya solo quedaban cincuenta agentes y los raros eran veinte veces más que ellos en número y no cesaban.

Anna seguía ahora atacando con los revólveres pues la metralleta habia fallado tras matar cientos de raros. Se giró en un leve momento al oír un ruido muy familiar y de reojo pudo ver a Jorge siendo atacado por una treintena de raros que se avalanzaban sobre él.

Corrió a su encuentro, pero fue inútil pues los raros se apartaron del cuerpo moribundo de Jorge.

- Jorge...no me dejes...por favor-susurró Anna apoyada en su pecho.

- Eres la chica más valiente que he conocido, se así siempre, no luches para sobrevivir, vive.-dijo Jorge a duras penas, con una herida mortal en el pecho.-te quiero.

Anna, con lágrimas en los ojos y un fuerte nudo en el pecho se incorporó y miró a su alrededor. La derrota era palpable, los raros habían usado la misma técnica con varios agentes y habia funcionado.

Iba a lanzarse a muerte contra ellos cuando vio un destello rubio que surgía entre la marea de raros derrumbandolos a su paso.