Una semana desde esa noche, una semana desde que la pesadilla dejó de aparecer, una semana desde que estar con mi familia se volvió extraño, una semana desde que solo hablaba con Ed por medio de mensajes, ¿Cómo es que mi vida cambio tanto?, me encontraba sentada en la habitación levantando todos los libros en el aire, al no tener con quien salir ni con quien hablar en casa me había dedicado a hablar con Fernando y practicar para manejar mis capacidades, 2 toques en la puerta me hicieron saltar, mi mirada viajo al mueble y segundos después los libros se encontraban acomodados como debían
—¿si?- pregunte pero nadie contesto, me encogí de hombros y me lancé de espaldas a mi cama, otro golpe en la puerta, -¿Quién?- pregunté y nadie respondió, fruncí el ceño, una oleada de golpes en la puerta me hizo saltar y maldije en voz baja, —¿¡QUÉ!?- gruñí y me puse de pie caminando molesta hacia la puerta, cuando la abrí dejpe salir un grito, sus brazos me rodearon y lo apreté con fuerza
—¿eso dice que me extrañaste?- preguntó con voz divertida
—Eso dice que me hace muy feliz verte- aseguré y me apreté más a su abrazo, se sentía seguro, se sentía honesto, se sentía tranquilo
—Pues me alegra porque no pensaba regresarme- bromeó haciéndome reír
—Ven, pasa- pedí haciéndome a un lado, cerré la puerta y suspiré, —¿Por qué regresaste tan pronto?- pregunté y miró el piso
—Estaba aburrido allá- mintió sin mirarme a los ojos
—Alexis- reproché
—Bieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen- alargó su voz como niño pequeño descubierto, —Peter me dijo que no te había visto y que la última vez que lo hizo no estabas bien, la tía estaba mejor así que me vine, tu me necesitabas más- explicó y sonreí
—Gracias- señalé y caminé hacia él, me senté a su lado y tomé su mano, —gracias de verdad- dije de nuevo y sonrió negando restándole importancia, si tan solo el supiera….
Pasamos la tarde juntos, hablando del mal clima que había en Texas y de cómo sus primas no dejaban de coquetear con él, reí ante su reacción, ¡SON MIS PRIMAS! Había dicho alarmado, no las culpaba, él era guapísimo, sonreí “Nota mental: jamás lleves a Edward a Texas” pensé y la sonrisa de borro de mi rostro, Edward,
—¿Camila?- la voz de Alex me sacó de mis pensamientos
—¿si?- pregunté y sonrió
—¿Qué dices?- preguntó, -¿vienes a casa a cenar?- sonreí y asentí a prisa
—Me doy una ducha rápida y vuelvo de acuerdo?- dije y asintió, sonreí y me puse de pie caminando hacia mi closet, no podía hacer volar la ropa hacia mi frente a él, tomé un vestido blanco de tirantes y cuello redondo, ropa interior escondiéndola baje este, mi toalla y caminé hacia él baño
—¿puedo quedarme aquí?- preguntó extrañado
—¿piensas espiar?- pregunté y sus mejillas se sonrojaron, negó a prisa, “Edward habría dicho que si”, habló una voz dentro de mi, dejé salir el aire frustrada, sacudí la cabeza y lo miré
—Entonces si, puedes quedarte- dije y sonreí una vez más antes de entrar al baño, coloqué el seguro y me apresuré a ducharme, después de bañarme me vestí y sequé mi cabello, dejé que cayera en ondas naturales sobre mis hombros y salí del baño, deje la ropa en el bote y caminé hacia el closet, tomé mis zapatillas negras y la chaqueta de Edward me había obsequiado, 5 minutos después nos encontrábamos saliendo de casa, subimos a su auto y condujó a su casa, no encendimos el radió, continuamos hablando de trivialidades, él no preguntaba acerca de mi y sabía que estaba esperando a que yo sacara el tema pero, no estaba preparada a decir nada, por lo que solo continuaba preguntando acerca de sus vacaciones y sus primas acosadoras, caminamos hasta la puerta y esta se abrió de nuevo antes de que pudiera intentar abrirla él, su madre sonrío alegre
