5.

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Dos semanas habían pasado y las pesadillas no desaparecían, era viernes y acababa de salir del colegió,

—¡MILA!- gritó ed y sonreí al verlo corriendo hacía mi, últimamente no hablábamos tanto, solo cuando regresábamos a casa y nadamas,

—Hey- murmuré y sonrió,

—¿tienes algo que hacer?-

—¿Cuándo?

—Hoy, ahorita de hecho- murmuró y negué

—Genial, ¿me acompañas?- preguntó y fruncí el ceño

—¿A dónde?- una sonrisa apareció en su rostro

—Sorpresa, ¿vienes?- asentí y me giré a donde luke estaba

—Dile a mamá que llegare tarde, no me esperen a comer- murmuré y asintió no muy complacido, corrí de regreso a donde Ed esperaba con la puerta de su auto abierta, —gracias caballero- bromeé y rió, cuando subió se colocó el cinturón y arrancó el auto, —¿A dónde iremos?- pregunté de nuevo y sonrió, —no te lo diré- aseguró y bufe, aunque íbamos en silencio no se sentía incomodo, en ratos nos mirábamos y sonreíamos como si compartiéramos una broma interna

—Entonces….- alargó

—¿si?- anime y mordio su labio

—Tu y Alexis son…

—Amigos- declaré

—Han pasado mucho tiempo juntos- dijo y sonreí

—Si, bueno, no, no realmente, entre semana paso tiempo con todo el equipo así que no cuenta como “tiempo con él”, solo los sábados y es porque estoy ayudándolo en matemáticas- expliqué y sonrió

—¿tú?-

—Si, yo- dije un poco ofendida hacía su tono

—No, no lo tomes así, es solo que, ¿no va 2 grados arriba?, debería ser al revés- explicó y me encogí de hombros

—En realidad soy bastante buena en matemáticas- admití y soltó una pequeña risa, —lo sabrías si pasaras más tiempo conmigo-reproché

—Eres tu la que me ignora en la prepa- aseguró y negué

—Por supuesto que no!- protesté, —tu eres el que no se sienta conmigo en la cafetería- recordé y rodó los ojos

—Es solo que no quiero interrumpirte con tu novio- soltó

—¡QUE NO ES MI NOVIO!- alegué, —además cuando te busco no estas- dije y negó

—Siempre estoy en casa- aseguró y negué

——No los fines de semana- recordé y se encogió de hombros, —¿A dónde vas Moon?- pregunté

—A casa- dijo y fruncí el ceño, —a la otra casa- explico y asentí, quería preguntar más pero el auto paró y bajamos, —solíamos venir aquí cuando éramos pequeños- murmuró y fruncí el ceño

—¿veníamos a la nada?- pregunté alzando un ceja, sonrió

—Ven- murmuró y tomó mi mano, una corriente recorrió mi cuerpo y supe que él la sintió pues miró nuestras manos sorprendido, la soltó a prisa y fruncí el ceño, comenzó a caminar y lo seguí aún confundida, mi boca se abrió ante la hermosa vista del lago, ¿porque no sabía que existía?

—Es hermoso- murmuré y asintió,

—Camz- murmuró y lo miré, —¿eres rencorosa?- preguntó y negué, sonrió y asintió, —genial- dijo y me cargó sobre su hombro caminando al agua

SECRETOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora